Venezuela atraviesa una profunda crisis económica y social, cuyo salario mínimo "integral" apenas supera un dólar mensual, al realizar la respectiva equivalencia en moneda extranjera de acuerdo con el valor de tasas oficiales para remesas que supera los Bs. 4 millones¹ - próximos Bs. 40 soberanos a partir del 20 de agosto de 2018 -.
Tal realidad ha originado que millones de venezolanos, en especial los más jóvenes se hayan visto en la necesidad de emigrar de su país, en virtud de que la hiperinflación aunada con la destrucción productiva, no sólo liquidó la capacidad adquisitiva de los trabajadores para comprar los alimentos mínimos necesarios, sino que además generó un terrible colapso en los servicios públicos como la electricidad, el agua, el transporte, la educación y la salud, cuya crisis no sólo afecta gravemente el nivel de vida de los ciudadanos, sino que incluso se han violado derechos humanos e institucionales, cuando el madurismo reprime las protestas del pueblo o desconoce la Asamblea Nacional como un poder autónomo e independiente, cuyos diputados hasta son víctimas de persecuciones políticas y encarcelamientos que violan todas las disposiciones constitucionales y jurídicas.
La magnitud de la emigración ha revelado el fracaso de Nicolás Maduro. Que la propia Organización de Naciones Unidas (ONU) señale que más de 2,3 millones de venezolanos han abandonado su patria², mientras otras organizaciones llevan ese número a más de 4 millones de personas, al punto que Perú ha llegado a registrar más de 5 mil emigrantes de nuestra nación llegando diariamente a ese país del sur, previamente pasando por Ecuador³, la cantidad habla por sí sola de que estamos en presencia de una estampida de seres humanos que huyen del madurismo, que sólo ha generado en un lustro las cifras más espeluznantes de destrucción económica y social, no sólo al llevar la producción de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) desde 3 millones de barriles por día a tan sólo 1,2 millones de barriles diarios, lo cual no sólo evidencia la quiebra de la principal industria nacional, sino que han retornado enfermedades como el paludismo, la difteria o el sarampión. O sea, que ha habido un retroceso en materia petrolera, asistencial y sanitaria de casi un siglo.
Por ello, cuando Nicolás Maduro se atreve a decir sobre ese numeroso éxodo de venezolanos, cuya mayoría son muy jóvenes que: "Hay centenares que se fueron con el ofrecimiento falso de la derecha, de que iban a disfrutar las mieles de otros países, y terminaron lavando pocetas, como esclavos y mendigos"⁴, tenemos que condenar de manera tajante que un "presidente" de la República se exprese de esa manera tan pueril y escatológica de esos compatriotas.
Primero, porque Maduro al decir a esos jóvenes que se van por "ofrecimientos de una derecha", les está diciendo que no son seres pensantes y que se dejan manipular por un discurso político. Entonces, cualquiera de ellos también podría decirle al propio Maduro, que si alguien decide quedarse en Venezuela es porque recibe un "bono" a través de un mal llamado "carnet de la patria" que apenas alcanza para comprar medio kilo de queso – como lo dijo un inefable ministro, al cual desde entonces, mandaron a callar – o en su defecto, que es un manipulado mental porque se conforma con recibir una bolsa de comida que apenas alcanza para uno o dos días de alimentación. Y luego, Maduro insulta y ofende a esos millones de jóvenes que se han ido del país al tildarlos de "esclavos y mendigos", insistiendo por cierto, con el tema de "lavar pocetas", como si el desempeñar tal oficio convirtiera a ese trabajador en delincuente.
Si para Maduro son "esclavos y mendigos" los venezolanos que han decidido, incluso en un ejercicio de nolición, abandonar su país, es porque precisamente ante la espantosa hiperinflación y crisis económica que atraviesa Venezuela, por efecto de las pésimas políticas públicas del gobierno madurista, no existen posibilidades de lograr una vida digna, devengando salarios que apenas superan un dólar al mes, razón por la cual, no existe ninguna posibilidad de sobrevivir con el actual gobierno mientras éste se encuentre en el poder.
Lo irónico es que Maduro, aunque llama "esclavos y mendigos" a esos jóvenes que han emigrado, busca afanosamente apoderarse de las remesas que esos venezolanos envían a sus familiares, como forma de poder sobrevivir a esta infernal crisis. Entonces, ¿Cómo es eso de que esclavos o mendigos son capaces de enviar, según cifras conservadoras, más de mil millones de dólares al año para nuestro país? ¡Vaya contradicción!
El país colapsa. Y en ese colapso si algo ha generado Maduro en la patria de Bolívar es la creación de una esclavitud moderna, cuando el salario mínimo en Venezuela es el más bajo del continente, y por si fuera poco, ha obligado que muchos de nuestros niños, mujeres y hombres, forzados a la mendicidad tengan que buscar "comestibles" en la basura como forma humillante y de denigración humana, intentando subsistir con los desechos como si fueran "alimentos"⁵.
¡Claro! Para Maduro los "esclavos" y "mendigos" son quienes se niegan a someterse, cuales vasallos a su decrépito gobierno. Por eso la creación del mal llamado "carnet de la patria", en donde aquellos que lo portan son efectivamente su grupo de esclavos y mendigos, porque en definitiva, esa es la relación de dependencia que él ha creado sobre aquellos que deberían rendirle culto y pleitesía, en una conducta panegirista. Así hemos visto aberraciones, en donde hasta venezolanos son despojados de su vivienda, por no condenar el supuesto "atentado contra Maduro⁶". O sea, si no dices lo que quiero, pierdes los beneficios que recibes de mi terreno feudal, como si Venezuela fuera de su propiedad, sus recursos parte de sus riquezas personales, y además los "beneficiados", pues fuéramos sus esclavos, cómo si aún viviéramos en la edad media.
Otro hecho que llama la atención, es que mientras Maduro considera "esclavos y mendigos" a los venezolanos que emigran, ni siquiera hace mención alguna de los jefes de los llamados colectivos armados. Tal es el caso de Valentín Santana, quien incluso aparece a través de videos acompañado de un grupo de supuestos subalternos adscritos con su grupo paramilitar, amenazando con asesinar a venezolanos al decir que defiende al madurismo portando "armas largas"⁷ y con un lenguaje de guerra contra los presuntos enemigos.
Verbigracia, para Nicolás Maduro, criminales convictos y confesos como Valentín Santana que incluso Chávez ordenó su detención precisamente rechazando que las armas no estuvieran en manos de la Fuerza Armada⁸, en vez de tomar como referencia lo que decía el líder fallecido de la revolución bolivariana en relación con el mal llamado colectivo "La Piedrita", hace todo lo contrario, - y aun así se hace llamar "chavista" - al punto que un criminal como el mencionado Valentín Santana, aparece en imágenes con un ministro, una alcaldesa y un general⁹, comprobando que para el madurismo, los grupos paramilitares dirigidos por este tipo de criminales, son apéndices del gobierno, en virtud de que para ellos no existe ninguna ley contra la delincuencia organizada o similar.
Sería pleonástico decir que para Nicolás Maduro esta banda de delincuentes y asesinos no son "esclavos ni mendigos", sino "patriotas y revolucionarios" ¿Y qué dicen de esto los defensores del madurismo? ¡Nada! Para ellos son inmorales quienes emigran con títulos universitarios, mientras que criminales como Valentín Santana denunciados por el propio Chávez son "ejemplos de una juventud para la patria".
Los verdaderos apátridas son aquellos quienes sumidos al pensamiento madurista se atreven a decir que aquellos que lavan pocetas, - aunque sea en Miraflores – son "esclavos y mendigos", mientras los que portan las armas de manera ilegal son los "auténticos trabajadores y constructores de la república".
Sí por alguna razón, cualquiera de nosotros llega a ser condenado en Estados Unidos por narcotráfico y tiene vínculos de consanguinidad o afinidad con la pareja presidencial o con cualquier miembro de la cúpula madurista, no duden por un instante que jamás dirán en su declaratoria haber sido cómplices de algún cartel con soles, sino que todo será por haber sido "confundidos por la derecha", y en consecuencia, terminaremos como "esclavos y mendigos" lavando pocetas en las cárceles del imperio. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
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¹ https://www.aporrea.org/economia/n329678.html
⁴ https://www.aporrea.org/ddhh/n329792.html
⁵http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/cronica-venezolanos-comen-de-la-basura-66598
⁷ https://www.youtube.com/watch?v=lyLmE5vh-oQ