Después de oír y ver la maratónica sesión del Grupo de Rio, al final, me causó admiración el desenlace. No se como el presidente Leonel Fernández leyó una conclusión hecha a la velocidad de la luz (¿?) pero fue importante lo acontecido, apartando suspicacias.
Ya todo está dicho sobre el singular evento pero lo que en verdad me causa un fuerte impacto, es la sangre de nuestro presidente para darle la mano y conversar tan relajadamente con ese lacayo y avieso de Uribe Vélez. El presidente Correa se desenvolvió como todo ser humano "normal", le dio la mano tragando grueso y fin de la historia, giró y good bye, cachorrito.
En cambio el comandante tenía un talante y un asertivo comportamiento que no es fácil mantener con un vecinito como el de marras, que hasta lo amenazó de llevarlo a la Corte Celestial (para acusarlo con el "dios" que habla con el loco Bush). En verdad que las diferentes escenas de Chávez conversando tranquilamente con Uribe, son dignas de admirar y llevarlas a las mejores universidades del mundo para las cátedras de diplomacia exterior, para que los alumnos puedan recrearse viendo cómo podemos comportarnos en un escenario sumamente protocolar ante enemigos de doble faz y triple moral. Se necesita un buen estómago para eso. Ha sido una obra de arte la forma como hiló fino y desarrolló la estrategia que el momento requería. Vayan mis felicitaciones y admiraciones a ese gran estadista que es nuestro presidente Chávez, el más humanista del mundo.
Ahora, querido comandante, después de tan larga y difícil faena diplomática y de firmes decisiones, le pedimos que nos dé una manito en nuestro suelo patrio. Queremos que los funcionarios poco eficientes salgan del Gabinete y se vayan a la sala de espera, que coloque personas más eficientes, que tenemos por montones, para enderezar el rumbo de una revolución aquejada de muchas deficiencias. Sabemos de su solidaridad para con sus amigos del alma pero usted ha demostrado que tiene estómago suficiente para colocarles la mano en el hombro y decirles lo que usted sabe decir. La patria lo necesita con urgencia, ese cambio ya casi linda en lo humanitario. Adelante, señor presidente. Lo esperamos.
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