A pocos días de que el presidente Nicolas Maduro asuma el próximo 10 de enero un nuevo periodo como jefe de Estado para los años 2025-2027, después de su elección el pasado 28 de agosto, en que su triunfo fue acompañado por mas del 52% de la votación derrotando al candidato de la ultraderecha contrarrevolucionaria Edmundo Gonzales, patrocinado por una poderosa red con María Corina Machado como su principal vocera, respaldada por los grandes poderes imperialistas globales de los Estados Unidos y la Unión Europea, se van develando y desenmascarando todas las movidas y maniobras para impedir que dicho evento ocurra dentro de la mayor normalidad, propiciando y orquestando graves hechos de violencia y de acción militar que involucra a las mafias políticas, del narcotráfico y el paramilitarismo movilizado desde Colombia por la cúpula de la extrema derecha fascista del uribismo y el conservadurismo de las castas bogotanas.
Ya el señor ministro del Interior del gobierno bolivariano, Diosdado Cabello, se ha encargado de identificar y aplastar los principales focos del golpismo mediante estrategias de acción y movilización institucional que implican el ejercicio vigoroso de la legalidad.
Aun así, la culebra sigue viva y se debe estar alerta. En ese sentido, rueda la hipótesis de la proyección de un escenario de la mayor gravedad en el Estado de Zulia en el occidente de Venezuela y con amplia presencia de grupos criminales vinculados con el narcotráfico, el contrabando y el neoparamilitarismo orquestado por el Comando sur, el ejército y la policía colombiana.
El bloque contrarrevolucionario ha previsto, en cabeza del gobernador del estado de Zulia, señor Manuel Rosales, dar posesión a Edmundo Gonzales Urrutia en el inicio de un proceso de balcanización y fractura del territorio con el reconocimiento de los estados de otras naciones bajo el control hegemónico de la ultraderecha neonazi en auge.
Esa parece ser la principal y suicida apuesta en curso con el respaldo de la entrante administración de Trump en USA, quien ha nombrado un gabinete de pistoleros dispuestos a lo peor para retomar el control de las grandes reservas petroleras de Venezuela.
Se requiere que los gobiernos adversos a estos oscuros planes de intervencionismo y destrucción del entrante gobierno del presidente Maduro condenen estas peligrosas maniobras, pues cuando han sido implementadas en otros casos como en Yugoslavia, Serbia, Macedonia, Gaza, Ucrania y Siria, las consecuencias han sido terribles por la generalización de la violencia con la participación de poderosos conglomerados militares como la OTAN.
Si tal situación se da en el Zulia el próximo 10 de enero es probable que nos acerquemos a lo que fue la guerra de la Contra de Ronald Regan para aplastar la revolucion sandinista, desde luego con gravísimas consecuencias en la guerra civil interna colombiana que la denominada Paz total no ha logrado superar por las evidentes contradicciones en que incurre.
¿Posesionará Manuel Rosales a Edmundo González?
Horacio Duque
A pocos días de que el presidente Nicolas Maduro asuma el próximo 10 de enero un nuevo periodo como jefe de Estado para los años 2025-2027, después de su elección el pasado 28 de agosto, en que su triunfo fue acompañado por mas del 52% de la votación derrotando al candidato de la ultraderecha contrarrevolucionaria Edmundo Gonzales, patrocinado por una poderosa red con María Corina Machado como su principal vocera, respaldada por los grandes poderes imperialistas globales de los Estados Unidos y la Unión Europea, se van develando y desenmascarando todas las movidas y maniobras para impedir que dicho evento ocurra dentro de la mayor normalidad, propiciando y orquestando graves hechos de violencia y de acción militar que involucra a las mafias políticas, del narcotráfico y el paramilitarismo movilizado desde Colombia por la cúpula de la extrema derecha fascista del uribismo y el conservadurismo de las castas bogotanas.
Ya el señor ministro del Interior del gobierno bolivariano, Diosdado Cabello, se ha encargado de identificar y aplastar los principales focos del golpismo mediante estrategias de acción y movilización institucional que implican el ejercicio vigoroso de la legalidad.
Aun así, la culebra sigue viva y se debe estar alerta. En ese sentido, rueda la hipótesis de la proyección de un escenario de la mayor gravedad en el Estado de Zulia en el occidente de Venezuela y con amplia presencia de grupos criminales vinculados con el narcotráfico, el contrabando y el neoparamilitarismo orquestado por el Comando sur, el ejército y la policía colombiana.
El bloque contrarrevolucionario ha previsto, en cabeza del gobernador del estado de Zulia, señor Manuel Rosales, dar posesión a Edmundo Gonzales Urrutia en el inicio de un proceso de balcanización y fractura del territorio con el reconocimiento de los estados de otras naciones bajo el control hegemónico de la ultraderecha neonazi en auge.
Esa parece ser la principal y suicida apuesta en curso con el respaldo de la entrante administración de Trump en USA, quien ha nombrado un gabinete de pistoleros dispuestos a lo peor para retomar el control de las grandes reservas petroleras de Venezuela.
Se requiere que los gobiernos adversos a estos oscuros planes de intervencionismo y destrucción del entrante gobierno del presidente Maduro condenen estas peligrosas maniobras, pues cuando han sido implementadas en otros casos como en Yugoslavia, Serbia, Macedonia, Gaza, Ucrania y Siria, las consecuencias han sido terribles por la generalización de la violencia con la participación de poderosos conglomerados militares como la OTAN.
Si tal situación se da en el Zulia el próximo 10 de enero es probable que nos acerquemos a lo que fue la guerra de la Contra de Ronald Regan para aplastar la revolucion sandinista, desde luego con gravísimas consecuencias en la guerra civil interna colombiana que la denominada Paz total no ha logrado superar por las evidentes contradicciones en que incurre.