Ya se ha hecho una práctica constante en España, odiar, vejar y maltratar a los sudamericanos. Y lo hacen parientes de aquellos iberos que llegaban a Venezuela hediondos a ajo y cebolla, muertos de hambre, y que luego se hicieron bien ricos a costa de la prodigalidad y generosidad de nuestra gente. Me he llenado de indignación al conocer el caso de unos cinco jóvenes, entre ellos una pareja de recién casados que iban a pasar en Madrid su luna de miel, que al llegar a Barajas y al saber los sádicos fascistas de Inmigración que eran venezolanos, pues lo regresaron a nuestro país inmediatamente. Todos ellos llevaban dinero suficiente para pasarse un mes en Europa, y contaban con trabajo bien remunerado en Venezuela.

Después del maltrato y las horribles ofensas, la enorme pérdida de sus ahorros conseguidos con tanta ilusión y sacrificio para darse este paseo, ahora la línea aérea goda se hace la loca.

Yo propongo que nuestro gobierno bolivariano y revolucionario haga lo mismo: por cada venezolano que sea devuelto de esa manera abusiva y degradante, nosotros responderemos con la misma: cogeremos a unos cuantos gachupines que lleguen al aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía y los mandaremos de vuelta sin explicación ninguna a su lugar de origen. De otro modo aquí no hay revolución alguna. Recuérdese que Bolívar cuando un extranjero nos ofendía y ante este hecho nuestros funcionarios no actuaban con contundencia y dignidad, decía que le daba vergüenza llamarse colombiano (de la Gran Colombia). No puede ser que a estas alturas estas cosas se dejen de lado, como de poca monta, porque yo les digo: “¡¡¡¡¡¡¡¡¡Españoles del carajo, contad con una patada por el culo si persistís en ser nuestros enemigos!!!!!!!!!!!!!”

Aquí voy a mostrar la carta de uno de los afectados por esta locura fascista que hoy se impone en Europa:



“Señores.

Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores

Oficina de Relaciones Consulares

Dirección de Asuntos Especiales.



Me dirijo a este organismo con la finalidad de exponer denuncia sobre la mala experiencia que pase en el aeropuerto de Barajas en Madrid: Desde hace varios meses planifiqué unas vacaciones a Europa. Reservé tres días en un hostal en Madrid y luego viajaría a Oviedo donde tengo un primo médico residenciado en esta ciudad; también iría a Valencia donde tengo un amigo; viajaría luego a París, Londres, Amsterdam y Milán en donde tengo familiares y amigos; llevé mis pasajes (pagados ya) de todas estas ciudades. Al llegar al aeropuerto de Barajas en Madrid fui detenido cual delincuente y encerrado en una sala común junto con otros viajeros detenidos; pasé por un interrogatorio con un supuesto abogado que en ningún momento me asesoró y simplemente cumplió con afirmar lo que el oficial interrogador exponía; el motivo de la detención era la falta de una “carta de invitación” y de no contar con documentación que certificara que contaba con los recursos necesarios para mi permanencia. Fui retenido por casi 30 horas privado de mi libertad; llegué a Barajas el miércoles 3 de septiembre del presente año y devuelto a mi país el día jueves. De nada valieron las diligencias hechas por mi primo (de nacionalidad española) y una amiga en Madrid, quienes ofrecieron responsabilizarse por mi estadía en el país; el oficial que me interrogó me coaccionó para que firmara una carta de aceptación del veredicto emitido por ellos con lo cual perdía mis derechos a apelar la decisión, sin permitirme comprobar que cumplía con los requisitos necesarios para mi estadía en el país. Anexo a esta carta copia del pasaje Caracas-Madrid-Caracas y los pasajes Valencia-París, París-Londres, Londres-Amsterdam, Amsterdam-Milán, de esta ultima ciudad tenía pensado regresar en tren hasta Madrid para retornar a Caracas; adicionalmente anexo estados de cuenta que muestran que contaba con los recursos económicos necesarios para mantenerme en Europa, mi carnet estudiantil que me certifica como estudiante de la UCV, copia de cédula y pasaporte.

Hago esta denuncia con la finalidad de que en mi país se conozca como somos tratados los venezolanos honestos que deseamos tener unas vacaciones en otro país y también que me indiquen quien se responsabiliza por el daño moral que se me ha causado y por los gastos ocasionados, como también para que se tomen medidas para evitar este tipo de atropellos en contra de nuestros compatriotas venezolanos.

Les doy las gracias anticipadas por las diligencias que tengan a bien hacer para que me sean reparados los daños causados.”