La renuncia publica del embajador de Venezuela ante la ONU Milos Alcalay, deliberadamente hecha para causar el mayor daño posible es algo completamente indignante. Pero más indignante aun es saber que la responsabilidad recae exclusivamente sobre los hombros del gobierno de Venezuela. Sí señor, bastante hemos advertido desde aquí desde Nueva York sobre el nido de serpientes que se encontraba en la misión diplomática. ¿Cuantos informes no hemos enviado y publicado en medios como Aporrea?, ¿con cuanto diputado no hemos hablado, y nada? ¡Nada de nada! Nadie hizo nada al respecto.
Es tarde ahora para rasgarse las vestiduras. No señor, para nadie es un secreto que gran parte del servicio exterior, empezando por las embajadas y representaciones consulares –con sus honradas excepciones, claro está- se encuentran infiltrados de traidores, de burócratas calienta puestos, de oportunistas vende patrias que responden a todos los intereses menos a los del país. Ahí tenemos el caso de la Cónsul de Chicago, Ana González, que le renovó ilegalmente un pasaporte a CAP en 2002. Ahí está Milos Alcalay. ¿Cuántos otros Milos no hay ahora mismo investidos con una cargo “representando” el país? ¿Cuántos no estarán trabajando para servicios de inteligencia extranjeros? ¿Cuantos no celebraron el 11 de Abril? ¿Por qué siguen ahí? ¿Acaso no contamos con suficiente recurso humano que apoye el proceso de cambios o que estén dispuestos a no tomar posiciones partidistas? ¿Por qué mantener a esa cuerda de zánganos vende patrias si se sabe que trabajan para la oposición?
Nadie puede decir que no sabía que Milos era un escuálido. Y eso es lo peor, sí lo sabían, ¿por qué carrizo lo dejaron ahí? Eso es tremenda irresponsabilidad. Cómo es posible dejar un cargo de tamaña importancia en las manos del enemigo? ¿Quien es el responsable ahora? ¿Acaso no oyeron las campanadas cuando en las elecciones presidenciales de Julio del 2000 el 74.9% del personal de las embajadas y consulados votó en contra del Presidente? Ahí están los resultados a la vista de todos en la página del CNE. Y esa es la gente que nos representa. ¡Que ironía! Un servicio diplomático de espaldas al país, de espaldas a la voluntad popular. ¿Será que alguien va a hacer algo? Comandante Chávez, usted tiene la palabra.
Círculo Bolivariano Profesor Alberto Lovera, Nueva York
