Llama especialmente la atención de mi espíritu, de mi inteligencia, de mi formación profesional y familiar, el hecho de haber leído un artículo que divaga, navega y naufraga en la web intitulado “Bajas Proritarias en la Cancillería” de un supuesto autor de nombre Max Rodríguez.
Si algo enseñan en las escuelas, en los liceos, en la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV, en la Academia Diplomática Pedro Gual y en cualquier centro de formación venezolano, es a redactar; de allí mi asombro: Me asombra la forma, porque el contenido del artículo cae por su propia falsedad.
Es doloroso ver como difaman, en nombre de la gestión presidencial que todos apoyamos desde nuestro nivel y con nuestro trabajo limpio, a profesionales que nos hemos ganado nuestro puesto con eso, con trabajo digno, con puntualidad, con sacrificio, con horas de desvelo, con el eterno “corre corre” cuando se requiere para dar respuestas oportunas, para que la gestión del cambio logre apuntarse hacia el éxito.
Bajas en la cancillería? O puestos en el exterior para los que aún no han logrado un cargo en alguna embajada? Hay que ser profesional de cancillería, para saber que estar fuera no es nada fácil, es estar lejos de nuestro país, de nuestra familia, de nuestros afectos. No es el difamar a gente que usted ni siquiera conoce, lo que hará que la revolución se apuntale a la concreción definitiva. Lo hará posible el espíritu de sacrificio y de entrega que usted pueda poner para “llegar”.
Bajas para qué? Para lograr nuevos puestos para los que creen que deben tenerlos? Pues pueden crearse, todo puede hacerse desde el cambio, muchas cosas se han hecho y se harán muy pronto…pero eso de difamar, injuriar, calumniar y que esas mentiras sean el desvelo de nuestros seres queridos al leer semejantes disparates de sabrá Dios qué “iluminado”o “Vidente”…es intolerable, pero la gente joven, honesta y entregada, es eso, tolerante.
Mi capacidad profesional está probada, desde que ingresé al MRE como pasante y sin devengar “ni un bolívar” como estuve un año y medio, luego fui ingresado a la nómina como funcionario auxiliar y mi mayor orgullo, créame señor Max Rodríguez, créame, fue el haber concursado e ingresado por la puerta grande a la institución a la cual pertenezco, en el marco de las primeras pruebas de oposición celebradas por la Quinta República (¿sabe usted que es el Concurso de Oposición contemplado en la Ley del Servicio Exterior vigente?). En este sentido, desde 1999 a la fecha, he tenido más de veinte viajes presidenciales, apoyando protocolar, logística y sustantivamente al Ciudadano Presidente, sin haber sido “acusado” de "conspirador" o de "desestabilizador", mas aún recibiendo por parte del Presidente y su equipo sus más sinceras felicitaciones, las cuales reposan en mi expediente de servicio.
En el MRE he tenido la dicha de ser supervisado por grandes personeros de la diplomacia venezolana (nadie nació en 1998 para que lo sepa) y estoy orgulloso y debo gran parte de mi formación al legado de mis jefes y directores. Así seguirá siendo, nada de “bajas”, las “bajas” son solo un deseo suyo, y los deseos a veces son solo eso, “deseos”.
Yo por mi parte, seguiré con mi trabajo firme (ojalá lo envíen a usted o a sus candidatos al Consulado General de la República Bolivariana de Venezuela en Madrid, para que sepa qué es trabajo del bueno…) y le sugiero, respetuosamente, verifique con mis dos supervisoras en Madrid, cual es mi perfil profesional, político y personal. Y sepa usted, que nada de "bajas", yo estoy con mente positiva porque nada temo y a la espera estoy de mi pronto ascenso a segundo secretario, como me corresponde por ley y méritos, sin deberle nada a nadie, solo a mi trabajo y a mi desempeño. Sépalo, espero ascenso y no una “baja”.
Ojalá le envíen pronto a promover el cambio y la revolución en algún país de mundo, es mi mayor deseo para usted y para los que usted representa, pero mientras tanto, le recomiendo que se prepare académicamente, que haga un curso de redacción y medite, porque con conocimiento de causa, sé que al Señor Presidente y a sus altos personeros lo que les complace es la calidad del trabajo, la eficiencia, la inteligencia, la pulcritud, la prolijidad, la honestidad, la verdad y hasta la inocencia; estas virtudes, a nuestros líderes, los de verdad, les encanta, les seduce y les convence.
Si es que usted realmente existe, reciba cordiales saludos de este servidor público y póngase a trabajar, la revolución es trabajo, es desvelo, es dar el ejemplo.