Definitivamente el proceso político-social que se lleva adelante en la República Bolivariana de Venezuela, ha suscitado toda suerte de interpretaciones que vale la pena analizar y aclarar según el ámbito y escenario en que nos encontremos.
En primer lugar sabemos que el escenario natural donde se desarrolla nuestra Revolución Bolivariana, es decir en nuestro suelo patrio, tenemos una inmensa mayoría que fortalece y lleva adelante con fervor este proceso que beneficia al colectivo nacional. Aquí, obviamente existen grupos que se niegan a aceptar una realidad que está a la vista y que día a día se posiciona con más fuerza en el corazón de los venezolanos.
Sin embargo, a pesar de que no debemos bajar la guardia hacia lo interno, para contrarrestar la acción de unos cuantos disociados, cuestión que el Gobierno Nacional está haciendo, con prudencia y habilidad política, es importante mirar hacia el escenario internacional donde entran en juego quienes representan al País en nuestras Misiones Diplomáticas y Consulares.
Para nadie es un secreto la andanada de improperios, desinformaciones y manipulaciones que, con respecto a nuestro País se dicen en los diferentes medios de comunicación en el exterior de nuestra Patria, muchas veces sin que haya una respuesta contundente y con argumentos bien convincentes de la realidad en Venezuela.
Creo sin temor a equivocarme y sin pretender con esto descubrir lo que debe ser norma de cualquier país en materia de política exterior, que se debe contar con representantes verdaderamente comprometidos con el Gobierno Nacional y con las Políticas que este dicte en todos los ámbitos.
Muchas veces escuché, de labios de los llamados “funcionarios de carrera” del servicio exterior que ellos no son políticos, que son “diplomáticos”, para justificar su falta de compromiso, no solamente con el Gobierno que representan, sino con la Patria que los envía y mantiene en el exterior, con beneficios y facilidades. Este tipo de funcionarios debe dar paso a personas que de verdad defiendan en todo momento y a cualquier precio, no sólo el buen nombre del País y sus Instituciones, sino el de nuestras autoridades y de las políticas que llevan adelante.
Esconderse bajo la figura de “diplomático de carrera”, constituye un acto de cobardía o en el mejor de los casos, seguir practicando un esquema anacrónico que sólo ha servido a muchos para beneficio personal, sin aportar nada a nuestra Nación o a sus Instituciones Legítimas.
La “diplomacia de cartón” o de “cocteles” debe dar paso a una diplomacia más realista, más sincera, más activa y sobre todo con la valentía suficiente para defender un Proceso Político como el que se lleva adelante en la República Bolivariana de Venezuela, cargado de solidaridad verdadera, lucha por el respeto de los pueblos y de los Gobiernos por pequeños o modestos que estos sean. Esa es la realidad y el reto de los funcionarios que cumplen tareas en el Servicio Exterior Venezolano.
El próximo 11 y 13 de abril se conmemora el 5tº Aniversario del Golpe de Estado de fuerzas reaccionarias contra un Gobierno Legítimo y la Voluntad del Pueblo Venezolano. Bonita oportunidad para que en todo el mundo se refleje, sin medias tintas, la disposición de los funcionarios del servicio exterior venezolano, su compromiso y amor por Venezuela, su Pueblo y sus Instituciones.
*Cónsul General en Frankfurt.
