El informe mediático e intervensionista de La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) de la OEA es un ataque más a Venezuela y Cuba, es una burda campaña diplomática y mediática de ensuciar a Venezuela y a Cuba y manipular la opinión publica del continente americano y de Europa. La OEA es la que menos poder moral tiene de enjuiciar y condenar a los gobiernos de Venezuela y de Cuba, La Organización de Estados Americanos es lastimosamente un órgano al servicio de los Estados Unidos de Norteamérica, todas sus decisiones están sujeta a la aprobación de la administración yanqui, todos sus movimientos tienen que ser aprobados por el imperio norteamericano.
Ahora, ¿Para que sirve la OEA?, ¿Hay algún beneficio para los pueblos centroamericanos, latinoamericanos y suramericanos? Es difícil decir que si, su conducta sumisa ante el gigante del norte deja mucho que desear y los pueblos oprimidos por él piden a gritos que la organización que se fundó para que vele por una mejor relación entre los pueblos del continente, relación de equidad, solidaridad, comercio justo, velar la integridad de sus soberanías, respeto a la vida y otros derechos no sean violados por el país más poderoso militar y económicamente, la OEA no ha cumplido con esa misión, ella se arrodillado ante el imperio del norte como un manso perro faldero.
La OEA defraudó la expectativa de los pueblos americanos, ella no ha tenido el valor ni la voluntad política de solucionar el genocidio diplomático, económico y psicológico contra el pueblo cubano que durante 48 años tiene al pueblo de José Martí bloqueado autoritariamente, aislado comercial y tecnológicamente del resto del mundo, hecho este que no ha influido en ese valeroso y digno pueblo para arrodillarse ante el imperio del norte. Así mismo ¿Qué hizo la OEA por el golpe del 11 de abril de 2002 que dio la derecha en Venezuela? ¡Nada!, la OEA nunca se pronunció por el golpe y secuestro en contra del presidente Chávez, ni por las muertes de venezolanos y venezolanas en las 48 horas de la dictadura de Carmona. O el caso del pueblo de Haití que se está muriendo de hambre en sus narices y no hace nada. Esos son a penas tres hechos de cientos o miles que la OEA ha permitido o alcahuetado vulgarmente y son millones de dólares que ese organismo se traga anualmente para nada, la burocracia de la OEA es una burocracia nefasta para los pueblos desposeídos del continente y La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos es un parasito interno de esa organización, como es La Comisión Episcopal Venezolana, el CIDH es un vulgar grupo de palangristas diplomáticos.
Por eso digo…
¡Patria, socialismo o muerte!
¡Venceremos!
09 de mayo de 2009
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