Una vez mas, y por favor señores, espero que no sea la última vez que me sorprendan y animen risas. Me empantanan el cerebro con su maravillosa rapacidad y el empobrecido diseño expositivo de cierto sector de los columnistas que adornan nuestra vida nacional. Esta vez, no la única, sazonada de una pletórica y comprobable ignorancia. Amen de una chistosisíma dosis de aventurerismo y humor emprobrecido. ¿Como hacen para seguir la línea mas directa entre la bobería y la violencia al dedicarse a criticar una obra que ninguno a visto. Criticar es demasiado académico como término, preferible, desaforar la razón y ensombrecer el juicio y herir lo que solicita la lógica.
Uno de nuestros periódicos notables y protervos (no se que significa la palabra, pero me gusta y por eso la utilizo) del país dedica una primera página para comentar, no el documental “Al sur de la frontera”, sino la forma como se viste Oliver Stone, su corbata, su traje, sus modales y se extrañan de verlo en la Alfombra Roja del Festival de Venecia. No mencionan nada de la Mostra del Cine Festival que se inició en julio de 1932, hace 77 años. Sin pensar pasan a perder su tiempo al dedicarle su ofensiva a Chávez, utilizando adjetivos, sustantivos, nombres, pronombres, subjuntivos, predicados y verbos descalificativos en abundancia y sin sentido. Para completar su iluso teatro entrevistan a lo mas selecto de los opinadores políticos para que expongan o ¿depongan? criterios sobre el tema. Al unísono embisten sobre una frase, que en forma de típico trapo rojo les arrojó Chávez: “estamos en un renacimiento de America Latina” y ellos cómo lebreles, en “aperreamiento” le clavaron los colmillos al señuelo.
En este paso en falso, se despachan sin esquema referencial conocido, a denostar de las palabras de Chávez. Las argumentaciones que escupen sobre este evento, son infinitas como endebles y de poca sustancia. Claro omiten el documental. No se habla de la historia de Stone, ni de sus fantasmas cinematográficos, ni del genero documental que ahora explora. Solo les atrae el morbo de la tesis que lo acusa de sujeto captado venalmente por la chequera de los petrodólares. Válgame dios.
Omiten otro dato importante del momento cultural italiano, la gran manifestación de protesta en Roma, contra el recorte de Berlusconi que limita los fondos estatales para el cine y el espectáculo.
Se muestra lo bárbaro, primitivo como demencial de sus enfoques analíticos, en: asombro de asombros. ¿Será envidia?
Freud decía que los niños descubren la envidia no mas inician tempranamente su actividad.
Por eso cuando estamos frente a vocaciones desviadas que exudan ideología, e insidia pura, descubrimos solo la barbarie de sus enfoques; bien sea este, el documental de Stone, o no importa cual tema descubran. Su postura mal calculada, podría suponer valentía, pero, solo encubre elemental odio o asombrosa necedad.
Ante la duda solo nos queda apelar al sicoanálisis, sin olvidar que la envidia, según Freud, surge por el descubrimiento de las diferencias anatómicas entre los sexos. ¿Será eso?.
Aprecio con notable emoción la discrepancia y admiro a quien de ella hace bandera, solo de contradictorios nace la dialéctica. Pero conviene que esta propuesta se realice bajo el cuadro de una mínima honestidad intelectual.
Cuanto he aprendido de cine se lo debo a la amigable y fina influencia de Rodolfo Izaguirre y alguien que antes que él también ayudo en esta faena: Amy Courvoisier, de ambos escuche y mucho aprendí. En ellos estaba presente primero el concepto, la idea, la visión del cine y su contenido humano. No imagino para nada una postura de ellos sobre una película y menos sobre un cineasta basada en el enervado filo de un capricho.
La historia actual y la opinión pública no se puede ver desde la ignorancia ni desde la intriga o la cortedad de un juicio sesgado por el mal humor. Menos proponer darle piedra y hacer fuego a la historia de un cineasta por el enfoque con que enfrenta una obra, en este caso un documental. Es frágil la retórica a que los articulistas del Irracional han apelado en su ideológica postura para juzgar a Oliver Stone y sobre todo insisto, criticar un trabajo que no han visto, y que su tozudez sin limites, no les permitirá ver.
Sin embargo, debo reconocer que algunas veces los leo, son esos, días en que quiero dar rienda suelta a la risa: mis sábados con la carcajada. En sus notas seguro que he de encontrar entre trazos con cenizas de sus textos, desmezurados grados de locura que solo motivan el carcajeo. Esa es su gracia.
Otro articulista de otro medio fue mas allá, y juró, en medio de su doble moral de honrado embajador y de solemne ignorante: que de hoy en adelante no vería mas nunca una película de Stone. Imagino que los redactores de Cahiers de Cinemá ya tendrán esta importante alarde, para hacerlo tema obligado del próximo numero de la revista. Sin duda este juicio será ¡¡un epitafio a la obra de Oliver Stone y canal de la segura muerte del Documental al Sur de la Frontera¡¡. El desconocido director llamado Stone ha de estar molido ante el juicio final que este articulista le ha dictado a su obra, a su vida y al tiempo que le queda en el Cine.
Sigamos leyéndolos, algún día alguien compondrá honores a su insomne carrera llena de humoradas. Así son ellos, son pocos hay que cuidarlos.
Agreguemos solo cuanto sobre ello dijo el Arcipreste de Hita: “el que non toviere premia non quiera ser premiado, libertad e soltura non es por oro comprado.
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