La propuesta de la Venezuela Ecosocialista-Un Debate Pendiente(2010,Ed.IPIAT), define las eco-bases materiales de una sociedad: como aquellos componentes que hacen vida, son indispensables y nos proporcionan un conjunto de condiciones materiales de producción(medios e instrumentos de trabajo y relaciones de producción), las cuales fundados en la complejidad de los componentes ambientales, le dan continuidad a las tantas dinámicas de las interacciones entre el ser humano, la comunidad ambiente y los valores de identidad cultural dinamizados por los flujos de materia y energía. Una de las promisorias eco-bases de cualquier país tropical, es la biodiversidad que se encuentra en abundancia entre nuestros ecosistemas naturales. Entendida, como la variedad de especies animales y vegetales en su ambiente eco-geográfico especifico.
Entre las 26 eco-regiones que Venezuela nos ofrece, se valora aproximadamente, la siguiente diversidad biótica: 15280 especies de flora vascular; en el amplio y ancho corredor de la cuenca del orinoco compartimos con Colombia 4128 especies de pájaros; 832 mamíferos; más de 3000 especies de peces fluviales; 381 especies de anfibios; 628 especies de reptiles; 204 especies de murciélagos; 462 especies de plantas alimenticias de las cuales 123 descritas detalladamente poseen efectos activos medicinales. En este balance, no contamos la biodiversidad o agrobiodiversidad que se consigue entre nuestro subsuelo conformada por los microrganismos o bichitos, como las bacterias, los hongos, los virus y otros organismos vivos que, ellos solos, conforman el 95% del reino de la vida, siendo apenas visible el 5% de ellos. Estos bichitos son las eco-bases materiales del manejo agroecológico de nuestros suelos.
Cabe la pena preguntarse: Porqué debemos preservar la biodiversidad? La primera razón es su utilidad manifiesta. Particularmente si conocemos la dimensión eco-tecnológica que emerge de ella y los valores de la productividad biológica y agronómica que nos ofrece. La primera tiene que ver con la cantidad de biomasa bruta que las plantas producen y la segunda el valor económico que los órganos o partes de las plantas nos generan. Por ejemplo, de las 123 plantas medicinales citadas, entre sus distintos componentes, nos producen diferentes preparaciones o remedios para curar o prevenir diversos tipos de dolencias y enfermedades. De la misma forma podemos valorar las distintas funciones alimenticias, medicinales, ornamentales y resguardo que nuestras frutas tropicales nos proporcionan.
La biodiversidad tiene otro papel especifico en el funcionamiento de la biosfera, actúa directamente en la estabilidad funcional de nuestro sistema tierra. Un buen ejemplo es la vasta región selvática del Amazonas y el equilibrio dinámico biótico y abiótico que proporcionan a las condiciones climatológicas planetarias. De allí, en considerar a nuestra tierra como un único organismo vivo. Ello nos expresa la ineludible interdependencia e interrelación entre todos los organismos vivos que hacen vida en cualquier ecosistema productivo. Expresión, que fue bien debatida y reconocida en la reciente Conferencia de los Pueblos sobre Los Cambios Climáticos, realizada el pasado mes de Abril en Cochabamba, Bolivia. Por esta vía, se entiende el encuentro con la cosmovisión de nuestras culturas originarias, como la Pachamama de los quechuas y otros pueblos indígenas y de la selva. Son más de 300 millones de indígenas y pueblos originarios en el planeta que tienen mucho que aportar y enseñarnos.
Toda esta inmensa riqueza intercultural nos ofrece una nueva visión del mundo desconocida hasta ahora. Surgiendo un tercer argumento, por la defensa de la biodiversidad; como es: el eco-ético. Se trata de interpretar y darle su justa valoración a otras formas de vida y saber manejar eco-tecnológicamente tal patrimonio.
En nuestra civilización occidental le hemos otorgado el valor cultural e histórico a fósiles o restos de civilizaciones humanas antiguas. Iglesias, Pirámides, Monumentos, Calendarios y Reliquias entre otras. Pero no así, le otorgamos valor a las especies de organismos que han estado presente mucho antes de nuestra existencia. Es razonablemente entendible, no podemos vivir separados de la naturaleza, tampoco somos seres superdotados; sobre naturales o artificialmente desnaturalizados como la civilización desarrollista-occidental-consumista, nos intenta seguir conduciéndonos. Nuestra interrelación e interacción nos hace ser tierra que evoluciona, siente y ama. De allí, la necesidad que surge para los emergentes revolucionarios de nuestras latitudes, el incluir en sus formativas reflexiones, los nuevos valores ideológicos-políticos representados en la riqueza y defensa de nuestra biodiversidad.
Cada año desaparecen más de 13000 especies biológicas en el planeta. Esta severa extinción es un fenómeno biológico-social-económico irreversible. Definitivamente, de no darle un nuevo manejo a nuestra Pachamama, donde se pongan de manifiesto las adecuadas eco-tecnologías, con una nueva racionalidad ambientalmente sustentable, entre nuestros medios y modos de relaciones de producción, NO TENDREMOS REVOLUCIÓN POSIBLE que se proponga consolidar. Sin biodiversidad no pueden existir procesos de transformación social alguno que valga!
ipiat2000@yahoo.es