III
“Los hombres pueden morir
¡ pero los ejemplos no morirán!
Los hombres pueden morir,
¡pero las ideas no morirán jamás!
Y aquí estamos dispuestos a regar
con nuestra sangre nuestras ideas”
Fidel Castro Ruz
“El que lo abandona todo por ser útil a su país,
no pierde nada, y gana cuanto le consagra”
Simón Bolívar
Ω
Lo más importante de resaltar en esta transcendental (incluyo una ene en la palabra) realización de la exhumación de los restos del Libertador Simón Bolívar, es haber sido algo pensado, meditado i programado desde el 2007, i efectuado con una perfecta organización –como lo hemos visto− i se ha dejado testimoniado por todos los medios posibles, con el más profundo respeto i veneración, por el hombre que consagró la vida i hasta la propia muerte, a su patria amada, dando cumplimiento a aquel bello, extraordinario i emocionado juramento en el Monte Sacro, en la Roma de los Césares. Un alarde de rigor científico, con respaldo histórico, judicial i profundamente humano, como demandaba desde su gloria eterna, el genio de América i del mundo. Por eso, se comprometieron de mente i corazón, un equipo de inteligentes científicos, antropólogos, forenses, médicos, historiadores, abogados, fiscales del ministerio público, investigadores policiales, soldados de la Guardia de Honor, camarógrafos, etc., (i perdonen si olvido algunos) pero que constituyeron un equipo multidisciplinario de calidad, además del Ministro del Interior Tarek Aissami, la Fiscal General de la República Dra. Luisa Ortega Díaz, representantes del CICPEC, el Vicepresidente de la República Elías Jaua quien dirigió todo, el científico i médico forense español José Antonio Llorente, el mismo que ha participado en la autenticación de los restos de Cristóbal Colón i está trabajando en la búsqueda e identificación de los restos de Francisco de Miranda, en fosa común en la prisión de la Carraca, en España, quienes permanecieron allí todo el tiempo por más de 24 horas de jueves a viernes, i naturalmente el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, el Comandante Revolucionario i bolivariano ejemplar, Hugo Chávez Frías, quien visitó acompañado de una hija, en dos ocasiones, el proceso de exhumación. Un proceso científico i humanístico jamás visto en país alguno, porque esta revolución ha sido pionera en muchos grandes acontecimientos históricos a escala mundial. Me he sentido más bolivariano i venezolano que nunca i estoi dispuesto a enfrentar en el terreno histórico, filosófico i científico, a tanto gaznápiro de la oposición que no encuentran en su escasa inteligencia, como desvirtuar logros que ellos ni llegaron a imaginar.
Una de las cosas que es necesario emplear en cualquier investigación, en la realización hasta de un ensayo i más un libro que toca la historia, es la lógica como un refinamiento del sentido común que, sin embargo advierto no está admitido en la ciencia, pero sí lo que responda a los preceptos de la lógica simbólica o lógica matemática. Veamos. En la iconografía del Libertador, existen muchas obras importantes de pintores, escultores o dibujantes que, nos han dado una imagen de Bolívar, no tan fiel como la fotografía de nuestros tiempos, pero sí admisible por ser algunos, no obras de referencia lejana, sino retratos del natural, posando el personaje. Asó, es una pintura fiel, la del pintor peruano Antonio Salas, realizada en Lima en 1824 ó 1827, bastante conocida; i sus hijos, creo que dos o tres generaciones, artistas también, se especializaron en el rostro del Libertador, a partir del original. Por cierto que uno de esos hijos, Marcos Salas, pintor, guitarrista, hombre de cultura a quien conocí, trajo una vez dos retratos de Bolívar, uno de militar i otro de civil, que la marquetería i Galería de Arte de Pura Milego, vendió a directivos de PANORAMA. Quedé prendado de esas pinturas, i un tiempo después, Salas me envió uno más pequeño, formidable obra que le compré por cuotas i a un precio especial como colegas pintores. Así hai otros retratos de Bolívar, posando directamente a los artistas, pero es bien conocido el dibujo de un perfil magnífico hecho por el médico i artista francés Francois Déssireé Roulin, “Grand Bolívar dessiné d’ aprés nature á Bogotá/ 15 f´rvrier 1828” pintado al óleo después en París, que inspiró el perfil de la moneda (también obras de Carmelo Fernández) o el Bolívar enfermo, dibujo al carboncillo sobre papel, de José María Espinosa (1830) porque para aquel año, ya no era el mismo hombre dinámico i heroico que libró tantas batallas i expandió tantas luces de sabiduría. Pues bien, tomado ese rostro hasta de la mascarilla que hizo Reverend, la escultura de Bolívar yacente que está en San Pedro Alejandrino, i otras miles de reproducciones que se han hecho, el Capitán del Barco “pirata” norteamericano que enviara el presidente de Estados Unidos a capturar al Libertador, debió ser un genio para haber puesto un “doble” que llegase a Santa Marta, tuviese padecimientos iguales a los del Libertador, i los generales, el Dr. Reverend i Joaquín de Mier i su esposa que se acercó a saludar al enfermo cuando iba en silla de brazos, o eran tan cretinos como Luisa Lane con Clark Kent i Superman (diferentes por quitarse o ponerse los lentes) o los cómplices i delincuentes más depravados del mundo i de la historia, para admitir el fraude que, sin embargo era inteligentísimo i conocía el mínimo detalle de la vida del héroe i la lucha independentista, para dictar un testamento i la hermosa proclama o despedida que hizo Bolívar (el falso) a los colombianos. Tal maraña de disparates, solamente se le ha ocurrido al autor del libro LA CARTA, o las Cartas que cambiarían la historia. No encuentro ni siquiera un rasgo lógico en todo ese laberinto de disparates, porque además, el Bolívar capturado ha podido ir a parar al mar como alimento de tiburones, pero fue fusilado (ya rotundamente descartado esto por la osamenta exhumada) i enterrado en el monte o en la selva, en un sitio que solamente un ser sobrenatural venido quizá de otro planeta, pudo descubrir el sitio donde fue enterrado. Eso está escrito, no lo puede negar. En cuanto al caso del Dr. Pepe izquierdo, hace muchos años escribí sobre eso i refuté también por fallas lógicas sus argumentos (en ese tiempo escribía a máquina underwood i archivaba los escritos, que debo tener en mis archivos no mui ordenados) i que no me convenció lo que decía en el libro EL CRÁNEO DEL LIBERTADOR, recientemente comentado por mi admirado amigo en Aporrea, José Sant Roz. Posiblemente más adelante, escriba otra vez al respecto.
I es propicio este momento, en el tercero de mis escritos, una nota que agregar, respecto a mi amiga, alumna en Filosofía, historiadora i biógrafa de Miranda, Lic. Carmen Bohórquez, en quien he notado ciertas incongruencias respecto a nuestra amistad i los temas históricos i filosóficos. De médico tengo cerca de los 58 años i de Lic. en Filosofía, cerca de 47. Desde que me gradué de médico incursioné en la historia en el centro Histórico del Zulia, cuando Carmen ni había nacido; este centro, en el gobierno estatal de Eloy Párraga Villamarín, se transformó en la Academia de la Historia del Zulia, en la cual ocupé el sillón N° 13 i llegué hasta Vicepresidente, pues cuando fui candidato a la Presidencia, la política adeca se me atravesó. Actualmente me han “corrido” a Miembro Honorario. Mas, eso es pasado i ni me importa, creo que hice labor positiva siempre, como cuando íbamos a dar conferencias al medio rural, i la que dicté en La Cañada de Urdaneta, saliendo a cumplir mi deber, con permiso médico cuando estaba hospitalizado, pensando en una posible lesión pancreática i hasta por la prensa recuerdo haber publicado tres artículos, rechazando (ahora no lo haría) que un escultor colombiano, había hecho una estatua del Libertador desnudo a caballo. Lo que sí es importante es las conferencias, ensayos, pinturas, i especialmente una excelente biblioteca bolivariana, etc., que he hecho de Bolívar mi dios terrenal i fui fundador, junto con el distinguido amigo i empresario culto Don Enrique Auvert, lamentablemente fallecido, de la Sociedad Bolivariana del Zulia, Presidente i Secretario respectivamente, con mucha actividad por años; de manera que quizá en el Zulia, pocos bolivarianos como yo, al lado de algunos notables como Gastón Montiel Villasmil que fue también un bolivariano ejemplar i escribió libros importantes, como LA PARENTELA FEMENINA DEL LIBERTADOR. Conociéndome, por lo menos desde su perspectiva mucho más joven mi amiga Carmen, sabiendo de mis preocupaciones éticas e históricas i mi dilatada labor de escritor, periodista, docente, etc., no me ha debido ignorar en estos menesteres de los que ella estaba enterada desde el 2007 i cuando habiendo hecho algo inteligente como irse a Caracas (aquí estaría olvidada como yo), ha debido procurar hacer ver que en la llamada despectivamente provincia, hai hombres de talento, a veces superior a los muchos farolones de la capital. Sin embargo, como muchos coterráneos en la AN me han puesto barreras infranqueables para acercarme al presidente Chávez hasta por correspondencia, Carmen, que me invitó al Primer Foro de Filosofía i luego creo que al III, en los sucesivos me ignoró también, porque una característica del venezolano es deslumbrarse con los del exterior, aunque algunos resulten como el mexicano-alemán Dietrich que, no consiguiendo lo que tal vez aspiraba, saltó la talanquera. A mi particularmente, nunca me impresionó, pero casi se mete en Miraflores. Confieso que me siente hacer públicamente estas observaciones, pero es que mis serie de artículos sobre el caso del libro que el mismo presidente promocionó indirectamente, LA CARTA, en vez de Carmen hacérselos llegar al Comandante Chávez (que al fin había dejado de insistir en que a Bolívar lo asesinaron), i nunca ni siquiera me opinó al respecto i me consta que todos llegaron a su correo por Internet, i sabe de mi especialidad en Filosofía de la Ciencia, una de las tres Filosofías especiales que dictaba en el cuarto año de los estudios de Filosofía, (Filosofía de la Ciencia, del Lenguaje i de la Historia) en las que ella fue mi alumna. Confieso que para mí hubiese sido un momento sublime, casi sagrado si lo sagrado existe, de contemplar la osamenta del más extraordinario de los hombres del mundo, i hasta de lejos he llorado de emoción.
Sobre la muerte del Libertador, ha habido diversas teorías respecto a su enfermedad, pero las cartas en las cuales hacía referencia a sus padecimientos, están bien recopiladas en un pequeño libro del Dr. Oscar Beaujón (son la anamnesis de su cuadro clínico), i pintan a una afección pulmonar, i sabiendo que su madre sobre todo murió tuberculosa i encontrando Reverend un nódulo de prima infección tuberculosa, era la causa más probable o me atrevería a decir la causa verdadera de su muerte en San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, Colombia, aunque en Filosofía de la Ciencia se establece que de todo proceso físico u orgánico, nunca existe una causa única , sino constelaciones causales. Otras teorías, también son factibles i existen buenos libros al respecto; pero creo haber escuchado en los informes previos, que se consiguieron indicio de lesiones en costillas i columna vertebral, sospechosas de la enfermedad, así como el pensar que sus riñones, al final de su existencia, pudieron estar seriamente lesionados por las cataplasmas de cantaridina i derivados arsenicales. Reverend dice unos tres días antes; el Libertador no orina; el Libertador no orina, i finalmente, el Libertador orinó sangre. No recuerdo bien, pero parece estar reportado que tenía dos escaras lumbares, en los sitios de las cataplasmas. No sería raro conseguir vestigios de arsénico, pero eso de envenenamientos progresivos a una persona, solamente se ha visto mucho en el Vaticano, desde el tiempo de los Borgias i mucho antes también. El más reciente percibido mundialmente, fue el caso de Pablo II. Allí, en ese imperio, existen verdaderas autoridades al respecto.
(Continuará)
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