LOS EMPRESARIOS GOLPISTAS Y LA RESISTENCIA POPULAR
Existe un complot y saboteo de poderosos sectores económicos vinculados a FEDECAMARAS y empresas extranjeras, contra la economía venezolana, ante lo cual la sociedad civil debe organizarse para neutralizar, paliar y contrarrestar los efectos de la crisis económica provocada artificialmente por esos mismos grupos económicos y por la reducción de los ingresos petroleros.
En el mismo año en que el compatriota Hugo Rafael Chávez Frías asumió la Presidencia de la Republica, los poderosos grupos capitalistas comenzaron el saboteo. Por ejemplo, la cadena productiva empresarial importadoras y fabricantes de materia prima redujeron al 50 o al 25% de la capacidad productiva, reduciendo en esos mismos porcentajes los suministros de insumos a otras empresas generadoras de nuevos insumos para empresas productoras de bienes de consumo finales, y así el extremo de la cadena personalizados por los grandes distribuidores de esos bienes absorben estos con precios ya incrementados por las leyes del mercado capitalista, es decir, por la manipulación de la oferta para el incremento de los precios.
A este saboteo empresarial se agrega la fuga al extranjero de cuantiosas sumas de dólares por parte de empresarios especuladores que juegan con el incremento de la demanda de dólares para que su precio se incremente, con el fin de encarecer más las importaciones de materia prima y bienes de consumo, con lo cual logran incrementar la escasez y la inflación.
Los grandes capitalistas, con esta estrategia no pierden sino que dejan de ganar más, en su afán de boicotear el proceso revolucionario asfixiando la economía, pues ellos han acumulado grandes riquezas en más de 40 años, lo que les permite jugar a la quiebra del país y provocar la caída del gobierno bolivariano de Hugo Chávez Frías, al igual que lo hizo la burguesía chilena y empresas transnacionales como la I.T.T. de USA, para derrocar el gobierno de la Unidad popular del Presidente Salvador Allende el 13 de Septiembre de 1.973.
Esa "inversión" que está haciendo un gran sector de la burguesía desnacionalizada y traidora de los intereses de Venezuela persigue retomar el control sobre el poder político perdido en 1998 al igual que lo hicieron con el empresario Eugenio Mendoza al ser montado este en la Junta de Gobierno que se instaló a la ciada del Gobierno del General Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958, para reiniciar la participación de FEDECAMARAS en el reparto grosero, incontrolado e insaciable de los ingresos de dólares por la exportación del petróleo venezolano.
Es por eso que el Frente Popular Revolucionario plantea a los empresarios nacionalistas no alineados a FEDECAMARAS, a que provisional y coyunturalmente reduzcan la obtención de sus ganancias tradicionales para disminuir las consecuencias socioeconómicas que, en la población más necesitada, está causando el saboteo de las cúpulas empresariales golpistas.
Hacemos un llamado a la solidaridad y a la resistencia popular ante el desempleo y la inflación provocados por los enemigos del proceso revolucionario, hasta que llegue el momento en que ellos se desgasten en su empeño de abortar el proceso de cambio y derrocar al Presidente Hugo Chávez Frías.
Luego de esto, la economía se estabilizará y la normalidad política se restablecerá en el país para que el proceso revolucionario continúe en bien de la República, la paz y el bienestar de los venezolanos.
Este es un complot y una conspiración orquestada por las élites corrompidas de FEDECAMARAS, que se enriquecieron a la sombra del Estado venezolano, y por las cúpulas políticas golpistas de derecha y ultraderecha representadas por AD, COPEI, Proyecto Venezuela, Primero Justicia, Bandera Roja, Causa R, MAS - Puchi, Partido Unión entre otros, y los militares retirados del Frente Militar Institucional.
¿Qué debe hacer la sociedad venezolana para mitigar o reducir los dañinos efectos de ese complot y el déficit fiscal?
Vivimos un sistema capitalista relanzado hoy con la ideología del neoliberalismo salvaje cuyo fin es acabar completamente con la propiedad del Estado sobre empresas mineras, entre ellas, hierro y petróleo, y de servicios públicos como la educación y salud; y liquidar totalmente los valores de solidaridad, fraternidad y cooperación entre la sociedad.
La realidad venezolana nos dice que no todos los grupos económicos pudientes están ganados para contribuir con la disminución de la pobreza y la marginalidad social, por carecer de un mínimo sentido de sensibilidad humana, pero también hay que reconocer que existen empresarios con grandes cualidades humanas que si están ganados para que la crisis coyuntural sea superada, y por lo cual son capaces de hacer sacrificios. A ellos nuestro sincero, nacionalista y bolivariano llamado a la cooperación para salvar la República.
A los sectores populares más golpeados por el complot político - económico le hacemos un llamado para que hagan resistencia y se organicen estableciendo prácticas de economía social solidaria entre todos hasta que los conspiradores se agoten y se resignen a que el país viva en paz y armonía bajo el actual proceso revolucionario bolivariano
Una de las formas de economía solidaria que la población debe asumir está establecida en la constitución nacional bolivariana en su artículo 184 en sus numerales 4: "La participación de los trabajadores y trabajadoras y comunidades en la gestión de las empresas públicas, mediante mecanismos autogestionarios y cogestionarios"; y 5 "La creación de organizaciones, cooperativas y empresas comunales de servicio, como fuentes generadoras de empleo y de bienestar social propendiendo a su permanencia mediante el diseño de políticas donde aquellas tengan participación."