No nos engañemos. No estamos ante un atentado perpetrado por criminales improvisados, ni ocasionado por una onda climática de intolerancia en la opinión pública, sino por órdenes precisas ejecutadas por profesionales de la muerte. El asesinato de Danilo tuvo que haber sido pensado cuidadosamente y planificado en detalle. Tuvieron que haber estudiado sus movimiento hasta precisar la rutina que llevaba a Danilo a sus estudios de Post-grado en horas de la noche. Debieron trazar la ruta y la hora en que Danilo salía de la universidad a su casa. Debieron haber establecido el momento en que se retiraba la escolta del fiscal, para poder colocar los explosivos debajo del vehículo. Diseñaron un mecanismo mortal con doble carga y orientada hacia el conductor, capaz de acabar certeramente con el objetivo que tenian trazado. Cosa dificil de preparar en un momento en que Venezuela entera acaba de dar su respaldo a la paz en el proceso de referendum, y se cuentan por millones los ojos y oídos del pueblo que pudiesen haber detectado los preparativos de la operación, sin embargo nadie vió nada hasta el momento de su ejecución, y llevar adelante una operación en forma encubierta en un país donde los ciudadanos vivimos con el ojo pelao por las experiencias terroristas y golpistas recientes, es un operativo que requiere mucho dinero y mucha pericia. Recursos, organización, poder, tecnología y experiencia no son elementos al alcance de cualquier criminal improvisado. El asesinato de Danilo nos indica que estamos ante una organización cuya especialidad es el terrorismo y el crimen político. Que no nos vengan a hablar entonces de causas enraizadas en climas de tensión. A Danilo no lo mató ningún clima, a Danilo lo asesina una organización que tiene una política, una estrategia, unos objetivos determinados y con la capacidad de hacer inteligencia, sabotaje y acciones encubiertas. La respuesta necesaria pasa por combatir y desmantelar esa organización en cada uno de sus eslabones; desenmascararla y castigar a los criminales tanto financieros, como intelectuales, como materiales. El mejor homenaje que podemos ofrecerle al compatriota Danilo es triunfar en la lucha contra los monstruos a los que tanto combatió: la maldita impunidad y su padre el fascismo.
LA VERDAD DUELE Y ALERTA.
¿Porqué Danilo? ¿Acaso porque no se vendió y fue implacable? ¿O quizás porque ha venido trabajando con la verdad, el arma más temida por los fascistas? ¿O habrá sido por los duros golpes propinados a la impunidad, el principal instrumento de las mafias?¿Por los policias de Llaguno? ¿Por los cómplices de Carmona? ¿Por la reapertura de VTV aquel 13 de abril al derrotarse el Golpe? ¿O por el caso que llevó contra el acoso a la Embajada de Cuba durante aquellos días? ¿O quizás porque todo eso lo convierte en una piedra en el zapato difícil de digerir para quienes se oponen al cambio que se construye en Venezuela?
Semejantes preguntas podríamos hacernos en el caso reciente de otra fiscal, Luisa Ortega quien llevaba investigaciones cercanas a las de Danilo y que fué secuestrada en Caracas por un grupo armado, pudiendo evadir felizmente a sus captores pero cuyo caso no trascendió como merecía en la opinión pública, quizás por un criterio errado que suele emplearse para “no alarmar”.
Las mismas interrogantes podríamos hacernos también en los más de 300 (Oigase bien, más de 300) campesinos asesinados por hacer valer su derecho a la tierra, derecho amparado por una ley y una Constitución. Qué cosa esa de “no alarmar”: Se parece tanto al silencio que nutre a la impunidad…
La suma de todo esto indica que no vamos a una “colombianización” como algunas voces entendidas en geopolitica tratan de hacernos ver como para decir que estamos bién, sino que ya estamos en una situación “a la venezolana” que no es menos dramática y ante la que hay que actuar por caminos que garanticen la paz, el avance del proceso de transformación y que derroten las organizaciones terroristas en nuestro suelo. Impulsamos una revolución pacífica y democrática, pero no podemos ilusionarnos con que la reacción del imperialismo va a ser llovernos pétalos de rosas. Y por eso hay que preparase-cada-vez-más-cada-vez-más-cada-vez-más: sin caer en sus provocaciones, sin emplear sus métodos, sin desprendernos del arma de precisión por excelencia que tenemos los revolucionarios: el amor a la vida y a la condición humana. Pero preparándonos cada vez más y sin bajar la guardia. Yendo de victoria en victoria, como Danilo, como el proceso.
LOS OPINADORES DE OFICIO
La condena general al atentado no se ha hecho esperar. Desde miembros y simpatizantes del gobierno hasta opositores han expresado su más fuerte repudio. No hay diferencia política que valga, para que eso no sea así. Pero también han aparecido los opinadores de oficio, los zamuros mediáticos que no pierden oportunidad de decir cualquier idiotez ante un micrófono con tal hacerse los entendidos y aparecer en pantalla, y en su afán de protagonismo juegan con el dolor de un pueblo. Danilo no fue un opinador. Danilo fue un luchador, un hacedor de historia, un ejemplo de hombre digno, carajo. Perfúmense pues los opinadores de oficio, tomen pulcras notas de una realidad en la que no se atreven a meter, acomódense frente a cámara con la cara tan planchada como el traje y balbuceen sus juegos de palabras que siempre habrá en los canales alguna cinta de video-tape donde registrarlos para la historia por un par de días nada más, hasta que reciclen el cassette con otro opinador de oficio de los que abundan en estos días. Pero por favor, por decencia, por vergüenza, no hablen uds. de Danilo que les queda grande ese tema. De Danilo hablará el pueblo y no por dos dias sino por toda la historia de la cual es parte.
No parlotees idioteces Eduardo Fernández y compañía, y ud. señor embajador Yanqui tenga la bondad de ahorrarse sus condolencias y ocúpese por ejemplo en pulir alguna de sus declaraciones alcanforadas para enmascarar los crímenes de sus muchachos en Irak o para justificar el nido de terroristas que tiene en su país.
Aquí ninguno de los que quiera y aprecie la vida y obra de Danilo piensa en detonarles sus carros. Estamos construyendo patria y tenemos conciencia de paz, cosas que ustedes se empeñan en destruir. Preocúpense eso sí, alcahuetas de la injusticia, de no seguir regando odio porque hasta ahora lo único cierto es que los ponedores de bombas y asesinos han salido de sus propias plazas altamiras, de sus guarimbas y de sus golpes. Y la experiencia demuestra que los perros rabiosos acaban volviéndose contra sus propios dueños.
ESTADOS UNIDOS, REFUGIO TERRORISTA
De los 37 hechos de terrorismo que ocurrieron en Venezuela durante los años 2002 y 2003, las investigaciones lograron establecer responsabilidades con nombre y apellido en la mitad de esos casos: el “cuervo” Rodríguez, Gonzalez, Pirelli y demás implicados. ¿Y donde se encuentran algunos de los autores de los atentados? En el flamante país norteño cuyo clan gubernamental ha convertido en refugio de asesinos de la peor calaña. Y esto no es de ahorita. Hace casi 30 años muere en atentado explosivo el patriota chileno Orlando Letelier, en el propio corazon de los Estados Unidos. Más cercano en el tiempo en Miami muere por atentado similar al de Danilo, Carlos Muñiz, un jóven que organizaba viajes a Cuba contra el bloqueo. Aún retumba la voz justiciera de un Martin Luther King asesinado, o de un mismísimo presidente Kenedy asesinado por sus mismísimos semejantes. O un Orlando Bosh caminando libremente por las calles de Florida, después del asesinato de 73 pasajeros (por cierto con dos cargas explosivas en el avión). Un historial perfecto para un Estado Nido de Terroristas. Entonces, ¿vamos a obviar que los atentados de 2002 y 2003 con bombas en Venezuela, son autoría de asesinos refugiados en Miami, el mismo lugar desde donde un Payaso de televisión clama en un canal la muerte de nuestro presidente, el mismo lugar desde donde impunemente unos personajes ensucian el uniforme militar venezolano, proclamando sus acciones conspirativas y retratándose en los campos de entrenamiento mercenario que el gobierno de Bush permite y ampara y sus periódicos publicitan? No vale, eso no lo podemos olvidar, porque junto a los restos del vehículo de Danilo, esos hechos también constituyen parte de los indicios a estudiar para dar con los autores del atentado.
Ya sabemos el discurso que dará el embajador norteamericano, ya conocemos el gesto compungido de los voceros de la Casablanca, ya es costumbre la cándida declaración de inocencia de la mayor agencia de inteligenCIA del mundo que todo lo sabe y todo lo vé pero que nunca tiene nada que ver hasta que un documento desclasificado le para los pelos de punta al mundo. Y si alguien piensa que hay que tener riñones para relacionar a estos personajes con el atentado contra Danilo, pues sépase que tenemos sobrados riñones y razones, que ya la historia se ha encargado de darnos. No se extrañen pues, que a medida que salgan pistas y evidencias para esclarecer este atentado, quienes aparezcan imputados vuelen al seguro refugio que el clan Bush les brinda a los terroristas de su camada. La lucha por esclarecer el atentado que nos quitó a Danilo, debe pasar también por la exigencia a la corporación Bush de expulsar a los implicados en actos de sabotaje y explosiones que son solicitados por la justicia venezolana. Y aunque la soberbia de Washington lo impida, que el mundo sepa de nuestra lucha.
SOLO EL PUEBLO
Se impone la vigilancia revolucionaria estando conscientes de que habernos atrevido a desafiar al poder de las mafias, de los oligarcas y del imperio, aunque sea por las vias democráticas y pacíficas, nos hace blanco de sus ataques. Sólo el pueblo salva al pueblo, y desde su seno debemos ayudar a resguardar a los líderes urbanos, campesinos e indígenas de todo nivel. También debemos derrotar esa falsa idea que en ocasiones prevalece en las lineas informativas de “no divulgar para no alarmar”. Por el contrario, divulgar es prevenir, es alertar (no “alarmar”) y contribuye a generar una conciencia vigilante y más sólida de respeto a los derechos humanos y de denuncia a la conspiración terrorista. En lo organizativo es necesario discutir en lo interno de cada una de nuestras organizaciones los planes de seguridad y prevención ante cualquier nuevo ataque que intenten los fascistas en su desespero. Aunque el pueblo venezolano no cuente con satélites en el espacio, sí tenemos ojos y oídos por millones. La inteligencia social es el conocimiento y comprensión que el pueblo tiene de su entorno, y los organismos de seguridad del Estado, tan incapaces como fueron el 11 de abril de defender la democracia, tienen el deber hoy de escuchar, procesar y actuar junto al pueblo. Sólo así fue posible en Nicaragua que ni un sólo artefacto explosivo detonará en la capital durante los años de revolución en que el FSLN fué gobierno.
Venezuela tiene con que ganarle la pelea al terrorismo: Con el pueblo levantado en conciencia y organización, con Chávez y los militares patriotas, con los trabajadores y habitantes de cada barrio, de cada pueblo y frontera y sobre todo con el ejemplo de hombres como Danilo Anderson que nos obligan a todos a ser fiscales de la Patria y defensores de la Vida.
Y lloramos no joda! Llorar como lloran los pueblos a sus caídos, es un privilegio que nunca tendrán los asesinos ni los diplomáticos del terror. Hoy, cuando todo el pueblo venezolano está llorando porque nos arrancaron a Danilo nada refleja mejor nuestro ánimo que las palabras de Fidel ante el luto de su pueblo por el atentado terrorista que en 1976 derribó un avión lleno de jóvenes deportistas:
CUANDO UN PUEBLO ENERGICO Y VIRIL LLORA, LA INJUSTICIA TIEMBLA!
Que tiemblen pues los asesinos, y que viva Danilo en cada una de nuestras luchas y victorias. Hasta siempre.
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