La manzana se pasea

Jean Brillembourg y Kathy Mendoza terminan de hacer el amor. En el patio de la quinta Prohibido Olvidar cantan los pájaros. Un rayo de sol pasa por la ventana y le da en la cara a Kathy, Jean la ve y le da un beso: “Desde la naturaleza te están filmando, mi amor”, le dice. El cuadro está que ni pintado por Rembrandt.

Es una mañana del septiembre electoral venezolano. Jean le comenta a Kathy: “es raro que el chavista marginal que pasa todas las mañanas tocando su diana no ha pasado”. Ella sonríe y, “ya vendrá, esos chavistas son perversos, a lo mejor está esperando una mejor oportunidad”. Los dos se abrazan fuertemente. Jean le susurra al oído a Kathy que tiene ganas de volver a hacer el amor, ella le dice que sí, y de repente se escucha a lo lejos que viene como metiéndose en la quinta un sonido: Tataratatatarata. Y Jean da un salto, se viste y toma una pistola y “yo mato a ese desgraciado, ya no lo soporto, ese lo mandó el tirano para que joda a la burguesía caraqueña, yo no me calo más esta vaina.”

Kathy también se levanta y su cuerpo desnudo es el Nacimiento de Venus en el cuarto de la quinta Prohibido Olvidar. Se viste y toma del brazo a su esposo. “Cálmate, mi amor, él también tiene derecho a tocar su diana”. “No lo quiero escuchar más, Kathy, se acabó esta diana mañanera”.

De repente, la diana se calló por un momento. Jean y Kathy esperaron un rato. Hubo un silencio largo que fue interrumpido por Jean: “Algo le pasó al músico chavista ese”. Y fue en ese instante cuando el taaaaaaaaatatataratatara, se escuchó como si estuviera en el cuarto. Jean dio un salto y se montó sobre la cama. Kathy lo bajó y dijo, “parece que está en la puerta de la casa”. Jean bajó de la cama, tomó nuevamente la pistola y se dirigió a la puerta. En eso se escuchó el timbre y nuevamente vibró toda la casa con el tatarataratatrata. Kathy corrió detrás de Jean, quien con la pistola en la mano, abrió la puerta, y estaba a punto de disparar cuando descubrió que detrás de la trompeta estaba la cara de Kiki Aranguren.

Kiki pasó directo a la mesa del comedor y tomó una manzana, con ella en la mano se dirigió a Jean y a Kathy, quienes la veían con la boca abierta, y dijo: “La manzana se pasea de la mesa de la unidad al comedor, no me piques con cuchillo, pícame con tenedor”.

Kiki estaba linda. Su cuerpo era una provocación en el medio de la sala. Sus piernas sostenían el tesoro más preciado. Jean la vio con deseos, dejó la pistola sobre la mesa y se acercó a ella, se le puso de rodillas y le dijo: “Tócame la diana otra vez”.

robertomalaver@cantv.net



Esta nota ha sido leída aproximadamente 5048 veces.



Roberto Malaver

Periodista y escritor. Niega ser humorista, a pesar de algunas evidencias que indican lo contrario. Co-moderador del popular programa "Los Robertos", al cual insisten en llamar "Como Ustedes Pueden Ver". Co-editor del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". "Co-algo" de muchos otros proyectos porque le gusta jugar en equipo.

 robertomalaver@gmail.com      @robertomalaver

Visite el perfil de Roberto Malaver para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: