“Ah mundo cuando era mundo, cuando en mi Quibor llovía, que si piedras se sembraban, hasta las piedras nacían”
Versos populares
Sin embargo, para los grandes éxodos campo – ciudad que habitan en los cordones de miseria que nos dejó de herencia la 4ta república e inclusive para poblados en el interior del país, empieza la temporada de la incertidumbre, hemos visto a través de los medios de comunicación, cantidades de personas que han quedado sin vivienda producto de los fuertes torrenciales.
Ahora bien, ¿es culpable el invierno?. Pues no, no es culpa del agua buscar sus cauces naturales. Los venezolanos y venezolanas debemos aprender de nuestros indígenas el comprender y convivir con la madre tierra. Bien lo explicaba el Comandante Chávez, dando como ejemplo la vivienda en los Llanos apureños, los indígenas Wahibos la fabrican tipo palafito, la razón es bien clara, en época de sequía, se dispone de la parte inferior de la vivienda y en época de invierno sus habitantes pueden dormir tranquilos en la parte superior de esta. Utilizan materiales de la zona, entre los que están la palma para hacer los cierres y dar el abrigo (calor) necesario contra los vientos.
Este déficit habitacional heredado, viene de la mano con el desarraigo, la transculturización, entre algunos antivalores, que no han podido ser superados aún por nuestra revolución, es además enorme, más de 2 millones de viviendas son necesarias para el pueblo y no podríamos en un término de corto o mediano plazo dar tal cantidad de respuesta.
Me alegro, que los compatriotas afectados, quienes perdieron los coroticos, la ropa, casi la vida, tendrán su respuesta en breve tiempo. Eso gracias a la responsabilidad y solidaridad con que fueron atendidas por la revolución, el Comandante en persona fue a verificar que la atención que se les estuviera brindando fuera la mejor. Públicamente manifestó que el problema de la vivienda es un problema de Estado, e instó a la Asamblea a legislar en torno a este tema con la urgencia del caso.
En pocos días, se han tomado algunas medidas para darles a estos compatriotas un lugar digno donde vivir, es importante señalar esto, pues ya sectores opositores salen a exhortar al Comandante que debe “reconsiderar pues llegó la hora de unirse y llamar al consenso al sector privado en procura de reactivar la economía y la productividad en Venezuela”, palabras más, palabras menos. De verdad no termino de entender a esta oposición desquiciada, ¿será que de verdad, verdaita, no pueden reconocer los esfuerzos invertidos por el gobierno revolucionario?. Es como si disfrutaran de la desgracia ajena.
Hemos visto al Comandante preocupado por el tema, exhortando al sector privado a trabajar conjuntamente con el gobierno revolucionario, pero apegándose a las leyes vigentes, también lo hemos visto dándole vuelta al tema económico que se requiere para impulsar la construcción de las viviendas.
Recordó que en el 2008 se recuperaron las empresas cementeras con la finalidad de proporcionar el desarrollo de viviendas y obras públicas, así mismo se hizo con las empresas básicas del hierro. Y conocer el por que y el para que se tomaron estas acciones, es un tema que debe ser explicado y recordado una y otra vez.
Comparto mucho de lo expresado por el camarada Henry Escalante, en su artículo “Cemento igual vivienda, la fórmula perfecta”, publicado el 3-10-10, por este medio, pero quisiera comentar que no es culpa de los trabajadores de las cementeras el déficit actual del producto en la calle, ni su sobreprecio, este producto se encuentra regulado, al igual que muchos materiales de construcción entre los que están la arena, la cabilla, la piedra, la malla electrosoldada, los marcos para ventanas y puertas, las puertas entamboradas, el alambre, el cable para electricidad, el bloque, por mencionar algunos (Gaceta Oficial 38.577, de fecha martes 5 de diciembre de 2006). Grande fue la alegría de estos compatriotas trabajadores al ser recuperada la industria cementera por el Estado, no han dejado de denunciar públicamente sobre arbitrariedades, hechos de corrupción y gerencias que les impiden participar activamente en la toma de decisiones que pudieran brindar mayores beneficios al pueblo a través de lo que mejor saben hacer que es producir cemento.
Por último pero no para finalizar, porque el tema es extenso, ahora les toca a nuestros diputados y diputadas una tarea que no puede quedarse en letra muerta, el pueblo legislador, el pueblo pa’ la asamblea, por la continuidad del proceso transformador revolucionario de nuestro país. Por viviendas dignas y por empresas recuperadas al servicio del pueblo!
Patria socialista o muerte – Venceremos!
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