El fantasma de la revisión, rectificación y reimpulso recorren el país. Es precisamente el presidente Chávez quien las ha retomado invocando su aplicación de manera urgente. Es más, habla de las 3R al cuadrado o seguramente a la enésima potencia, clamando ya que por favor le oigan. Debe saber el presidente que hoy como ayer, su solicitud no tiene un receptor serio. Lo oyen, está bien, pero de ahí en adelante mas nada. Cada quien hará lo que quiera y sobre todo aquellos que se consideran líderes sobrados o en lenguaje hípico, fuera de lote. Más chavistas que Chávez. Más revolucionarios que cualquiera. Lo cierto es que la práctica y la cotidianidad les está pasando factura y con ello a las esperanzas populares.
Aquí en el estado Sucre, igual ocurre en otras partes, el resultado del 26-S, se ha convertido en explosivo contra el achante, la desidia y la comodidad con que se quiere hacer revolución socialista. Más allá de considerar que ganamos y que la derecha consiguió menos de lo que tenía antes de dejar de participar en las parlamentarias del 2006, lo cierto es que la actual dirigencia parece no haber informado, defendido y consolidado el tremendo esfuerzo e inversión que ha venido haciendo el gobierno nacional a favor de la gran mayoría de venezolanos con políticas sociales incluyentes y definitivamente exitosas. Si hubo “voto castigo” no fue precisamente contra Chávez sino para una dirigencia regional y local que se empeña en convertirse en agentes “matavotos”, por la falta de atención a necesidades prioritarias de pueblos, ciudades y sus habitantes.
Si la aplicación de las 3-R, al cuadrado, encuentra eco aquí en Sucre, ésto implica oir el clamor de las bases del PSUV y pueblo Bolivariano. En lo inmediato se trata de ir al encuentro para propiciar un diálogo constructivo. Ello significa, organizar seriamente a la robusta militancia pseuvista para construir el partido que de fuerza y empuje popular a la Revolución Bolivariana. Atrás debe quedar la pedantería, el infantilismo, la chabacanería, el individualismo, la flojera, los cogollos y esa manía de considerarse “comandante” (¿?) o el último vaso de agua en el desierto, a sabiendas del malestar popular y para más preocupación en las filas Bolivarianas. Para llover sobre mojado, “el que tenga ojos que vea”. El verdadero informe al Presidente Chávez debe decir claramente que aquí en Sucre, para colmo, no es fin de mundo pero las cosas no andan bien, y que este empate de tres diputados por lado tiene todos los ingredientes del llamado “voto castigo”. Por lo tanto la reacción es rectificar a fondo y gobernar con y para el pueblo. ¿Qué cree usted?
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