Cualquier decisión de tipo político que se convierta en grandes estrategias para direccionalizar la transición hacia el socialismo, pasa necesariamente porque el principal partido de la revolución, el PSUV, tenga a la disposición de las grandes mayorías, una Dirección Nacional consustanciada y en total sintonía con el proceso político revolucionario.
El pasado sábado 6 de noviembre, el periódico, Últimas Noticias, reseña en su página 22, que el diputado electo Freddy Bernal expresa: “que de los 60 integrantes de la directiva, son muy contados los que asisten a las reuniones, desde hace mucho tiempo, algunos no acuden a los encuentros”.
Si lo dicho anteriormente es verdad, es grave, delicado y debe llamar a un debate interno. Me pregunto: ¿existen un control de asistencia? Desde cuando es ese “hace mucho tiempo”? y si es así, ¿por qué dejaron de asistir la mayoría a las reuniones de la dirección nacional? ¿Porqué no rinden cuentas cada uno/a de los 60 integrantes, sobre no sólo sobre la asistencia, sino también, aportes, intervenciones, unidades de trabajo político, etc.?
Considero que abrir el debate y la reflexión sobre que tipo de dirección nacional necesitamos, para asumir los retos políticos, son indispensables para evitar el enquistamiento, las roscas, las caras repetidas pero con palanca, que poco contribuye a convertir a la dirección nacional del PSUV, en el verdadero apalancador doctrinario-ideológico que permee a toda la estructura del partido.
Bernal, agrega en esa reseña periodística: “la dirigencia del PSUV ha cometido errores, no le vamos a echar la culpa a los miembros de las unidades de batalla electoral”, siguen las interrogantes, ¿cual errores? ¿Se pudieron haber evitado? En fin, deberíamos llamar a unas elecciones generales internas para todos los cargos políticos, a través de elecciones primarias, secretas y universales.
Uno de los puntos a tratar en un debate abierto y reflexivo es sobre la conveniencia o no de que muchos dirigentes nacionales son a su vez altos funcionarios del gobierno, y como dicen algunos camaradas: no cumplen a cabalidad con ningunos de los roles y eso afecta la calidad y eficiencia revolucionaria.
Luego, en el día de hoy, viernes 12 de noviembre, el diputado Carlos Escarrá, dice, también por Últimas Noticias, a raíz de algunas opiniones de crear una tendencia interna revolucionaria, “no es necesario conformar un ala radical, porque ya existe”. La pregunta sería, ¿en la dirección nacional existe esa ala radical? ¿o el comentario tiene un sesgo irónico?
Hay angustia en la base militante, queremos saber que tipo de partido revolucionario estamos construyendo, sólo el debate dará avance y claridad en el camino ideológico.
