El partido social, como concreción política, es una estructura que ejerce poder para la resolución de problemas, conflictos, que laceran nuestro pueblo, nuestro caso, PSUV.
Es pues el partido, no solo un hacedor de actividades y tareas fortuitas, sino una estructura coherente, democrática, protagónica, que ideológicamente toma los conflictos los analiza, los canaliza, resuelve y ejerce el poder contralor. Ello, es el deber ser del Partido Socialista Unido de Venezuela.
Creemos que fue y es la guerra económica, el factor fundamental de la pérdida de poder, este 6 de diciembre, sin embargo, no menos cierto es, que fue la falta de conexión, cohesión entre las bases del partido y los ejecutores de la política del estado, lo que jugó igualmente rol importante, en los resultados que hoy nos avisan.
La falta de conexión, cohesión entre las bases, y los ejecutores de la política pública, convertido estos últimos, en jefes políticos del partido, creó un corto circuito político que no permitió coherencia política y de hecho resultados coherentes .
Estos ejecutores y también jefes políticos, asumen a la estructura del partido, a las UBCH, CLP, como hacedores de actividades, de tareas y no como poder popular, los minusvaloran con esta acción, pero aún más, ante cualquier posibilidad de opinión, de protagonismo o participación, los invisibilizan. Se parte y se establece como discurso, que los que piensan son los jerarcas del partido, la estructura sólo dice o debe decir "si señor".
Bajo un mirar miliciano, los buro políticos de cada estado, nombrados dedocráticamente, provenientes todos del poder ejecutivo estadal o nacional., miran la estructura aprobada en el III Congreso, como si estos fueran su cuartel y entonces, los asistentes del jefe político, llámese Prefecto, alcalde o gobernador, creen, asumen la estructura del partido, como sus mandaderos, y ofrecen miquinguerias de papel, como pago por los servicios, de ponerle la cara al pueblo.
Pero lo triste del asunto es que una gran mayoría de la estructura se presta, para ese comportar mercenario de baja monta, ya que en el fondo somos parte de un pueblo, que se nos debe hasta la ñapa.
Se requiere una nueva relación de poder, una renovación del mirar, una concreción de la participación y protagonismo del pueblo. La actual estrategia estructural de carácter dedocrático, miliciano lo impide
Quien dirija la estructura del partido, deben ser los elegidos, recientemente, en las contiendas internas del partido
Se plantea, que serían los Delegados, el nuevo buro político de cada estado, los Jefes de CLP, el Buro de cada municipio y. mediante una elección con los Jefes y Jefas de las estructuras de las UBCH, se nombraría el nuevo Jefe Político del PSUV del Táchira, municipal, parroquial respectivamente; acción que hoy ejercen los gobernadores, alcaldes y sus burócratas. Esta propuesta evitaría una nueva contienda interna de desgaste.
Los Jefes y Jefas de los Círculos de Lucha, con su estructura de Jefes y Jefas de UBCH, en una nueva simetría del poder tendrían la responsabilidad de asumir el partido junto con los Delegados del III Congreso.
En esta nueva relación a crear, cualquiera sea su forma, el partido debe ser el vocero del clamor popular; sometido al pueblo, deben buscar resolver los problemas a través de mecanismos y estrategias expeditas con los poderes del estado.
Quienes han sido elegidos por todos los venezolanos, para dirigir el estado, deben servirle a todos y como tal deben estar desligados del partido. Los miembros del partido, no podrán ser miembros del ejecutivo nacional, estadal, municipal o parroquial.
Los nuevos miembros del buro político orientaran, velaran porque se cumpla los mandatos del pueblo. Será la estructura del partido, los voceros del pueblo chavista, una estructura coherente, democrática, protagónica, que ideológicamente tomará los conflictos, los analiza, los canaliza para su solución. Encauzará con los ejecutores, los conflictos que laceran nuestro pueblo.
Los miembros del el partido no será más un hacedor de actividades de una elite política, el partido será un hacedor de actividades, de tareas y más, siempre que ello cumpla con las deuda eterna, que históricamente tiene esta Republica con nuestro pueblo.
Si se diera el caso que los ejecutores desdicen de los fundamentos sociales que establece la ideología revolucionaria chavista, el partido como vocero popular, confrontaría y buscaría su rectificación y, en caso, de permanecer el morbo solicitar su destitución ante el elemento ejecutivo.
La actual relación de poder en el partido, es caótica, nos ha venido erodando, desgastando y dando los resultados que resaltan a la vista; nos hemos venido pagando y dando los vueltos.
El presidente tiene el trompo en su mano, los Delegados del III Congreso, el cordel. Cordel que utilizado con tino, permitirá que esto siga girando, ojalá no nos presenten un enroque de siempre y de lo que tristemente nos hemos acostumbrado.