Entre el medioevo y la 4 república en el proceso de postulación para las parlamentarias

Toda revolución no nace de la nada, ya que son procesos históricos surgidos de confrontaciones sociales, de intereses de clases que se confrontan, por lo tanto hay referentes internos y externos que permiten tener una carta de navegación de dicha revolución, pero esta misma revolución se convierte en un referente, para los pueblos del mundo.
Con el proceso revolucionario venezolano, el propio Chávez planteo que nuestra revolución es parte de un hilo histórico que tiene como inicio la resistencia indígena contra la conquista, pasando por las luchas, contra la esclavitud, por la independencia, por las tierras, la del siglo pasado con la resistencia guerrillera en su lucha por el socialismo, por lo tanto, también es cierto que es inédita la manera en que se asumió, por lo que este proceso tiene referentes y se ha hecho referente.

Uno de los referentes que se ha asumido es la revolución cubana y su heroica lucha contra el imperialismo, otro es el pensamiento de las tres raíces, BOLIVAR, RODRIGUEZ Y ZAMORA, pero también se asumen como referentes teóricos los pensamientos mariateguistas , gramscianos y el marxista.

Pero hemos asumido fraccionadamente y doctrinariamente estos referentes y hemos partido de una justificación vulgar descontextualizada de la idea de Simón Rodríguez "inventamos o erramos" para justificar métodos y praxis reaccionarias y decir que todo lo que estamos haciendo no tiene raíces históricas, nuestro socialismo es único, y este es nuestro socialismo, codificando la cotidianidad de las luchas del pueblo, estamos entonces retrocediendo por el camino que habíamos combatido, el camino de la cultura cuarta republicana, la democracia representativa, la democracia burguesa.

La postulación de los militantes que van ahora a unas elecciones internas, de donde saldrán los candidatos definitivos a las elecciones parlamentarias, se realizó bajo una mescolanza bien extraña: tratamos de utilizar la experiencia cubana, como es la escogencia o postulación por ubch (los cubanos lo hacen por comité de defensa de la revolución y circuitos), unida a la propuesta que el propio Nicolás hizo, consistente en que habría que escoger en un cuadrante, un hombre mayor de 30 años y uno menor de 30 años, igual con las mujeres, esto sin discusión alguna con el seno de la militancia, fue aprobada no se sabe por quién.

Cuando uno pregunta por este método, inmediatamente nos dicen que es un problema de equidad e igualdad de género, así como generacional, como también de enganchar la mayor cantidad de votos de jóvenes, bien, electoralmente podríamos decir que se parte de estrategias electorales, pero los procesos son más que estrategias electorales, entendiendo que es de vida o muerte ganar las elecciones parlamentarias.

Pero esto no nos debe llevar por el camino del oportunismo, como tampoco de utilizar métodos que se alejan de las propuestas del socialismo revolucionario, que tanto Gramsci y Mariátegui reivindicaban, la democracia directa. Estas postulación del domingo se parecían más a una contienda de AD en su mejores tiempos, que a una jornada de un partido revolucionario, se reprodujeron varias características del adequismo electoral: las divisiones entre fracciones, así lo demostraron aquí en Guayana la del gobernador y la del alcalde, la manipulación en muchos centros de asambleas de estas dos fracciones de poder, pero también de alianzas subterráneas de los mismos candidatos para favorecerse de la intención del voto militante.

Hoy, ningún diputado ha rendido cuentas de su gestión parlamentaria, pocos son lo que se reúnen con los sectores populares, para ver su problemática, muchos se desaparecen de su ciudad y se mudan para Caracas, rompiendo casi toda relación con la militancia y sectores populares del proceso, pero esta forma de hacer política muy parecida a la cuarta república, podemos decir sin equivocarnos que se ha extendido a la mayoría de los que ocupan cargos de elección popular, así como también a los funcionarios de estado, ministros, directores, gerentes, presidentes de empresas, miembros de juntas directivas, no rinden cuentas, no construyen colectivamente, su individualidad está por encima del pueblo.
No es lo de ser hombre, o joven o mujer lo que me debe dar la posibilidad de ser postulado, ya que no se trata de confrontaciones generacionales ni de género, recordando lo que decía el viejo MARX que es la praxis social la que determina la conciencia del ser, del sujeto, va mucho más allá: es el compromiso revolucionario, la honestidad, la solidaridad y el desprendimiento lo que debemos llevar como requisito indispensable para ser postulado a ser candidato al parlamento.
Las conquistas revolucionarias dentro de la diversas revoluciones, que son referentes necesarios, al parecer no han sido tomadas en cuenta, mucho menos nuestra experiencia desde el proceso constituyente, pasando por varios procesos electorales, sin duda no hemos roto con la cultura clientelar de la cuarta república, seguimos transitando por un camino que nos llevara tarde o temprano a una derrota del proceso, al agotamiento político y las promesas de radicalización gatopardiana llevan a la desesperanza de un pueblo que se ha hecho proceso. Uno de los más grandes errores es que todo esto se hace en nombre de Chávez y su legado.

Al parecer nos sentimos parte de la concepción burguesa de democracia, esa democracia de la representatividad, de la no discusión, del dedo, de las fracciones del poder, de los pequeños feudos, de pensar que dentro del poder constituido se puede cambiar la sociedad.

Sabemos que las maquinarias se impusieron, lo más grave es que esta práctica se ve como normal, vendrán ahora los acuerdos burocráticos con los otros partidos del polo, tal vez con otros sectores de la derecha que tienen contradicciones dentro de la MUD. El juego de poder es que estamos andando, está muy lejos de los caminos de una revolución, no por votar, no por postular, estamos construyendo referentes revolucionarios, del voto está llena la democracia burguesa, más allá del voto esta la necesidad de construir otra política, otra forma de construir la revolución.
 



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Osvaldo León


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