Necesariamente debo empezar este artículo trayendo a colación la última proclama del gigante Hugo Chávez Frías, el cual se refería a la necesidad de la unidad en la diversidad para poder enfrentar unidos la contrarrevolución dentro y fuera de la patria, y los tiempos difíciles.
Sin duda, el gigante observó en su propio tiempo cómo las filas revolucionarias se dividían. Razones muchas y por todos conocidas. Me permito en este punto resaltar, a mi modo de ver, la más relevante de las causas: el sectarismo, que desde el PSUV se entronizó a todos los niveles de las directivas, llámese nacional, regional o municipal.
El sectarismo, práctica habitual del PSUV, que a lo largo de los años pareció haber hecho metástasis por más que las bases revolucionarias del partido cuestionaran y exigieran en los distintos congresos y escenarios que cesara esta perversa práctica; dejando en evidencia la falta de voluntad política para erradicarla.
En consecuencia, los camaradas de Marea Socialista decidieron retirarse del PSUV, aunados a ellos un sinnúmero de camaradas que migraron a otros pequeños partidos, nuevos y tradicionales, tales como Redes, PPT, IPC, entre otros.
¿Qué razones produjeron, apartando el sectarismo, el cisma entre Marea Socialista y el PSUV? Evidentemente la poca tolerancia por parte del PSUV a la crítica y autocrítica como elemento indispensable para corregir y avanzar hacia la construcción del socialismo, tarea pendiente. También desde el gobierno se han hecho oídos sordos ante la cantidad de propuestas verdaderamente revolucionarias para salir de la crisis y de la guerra económica.
Así mismo, la exigencia por parte de Marea Socialista de una auditoría pública con participación ciudadana para determinar las causas y cuánto fue el verdadero monto del desfalco a la nación y, por supuesto, ponerles rostro y nombre a los responsables del mismo.
Para el gobierno este asunto del desfalco resultó ser un anatema, pero los ciudadanos tenemos el derecho a saber qué hicieron con los dólares que son de todos los venezolanos. De no haberse producido el desfalco hoy el estado venezolano tendría cómo afrontar esta guerra económica y sus consecuencias; porque se dice fácil la cifra de 20.000 millones de dólares anuales, que tanta falta nos hacen ahora que el barril del petróleo se vino al suelo.
Camaradas, debo aclarar que soy miembro del PSUV, partido que nació del genio de nuestro Comandante. Un partido de masas y de vanguardia, que estaba llamado a acompañar al pueblo en sus luchas, lejos de ser un mero apéndice del gobierno, del cual debió haber sido más bien su contralor.
Nunca he dejado de votar, desde el MVR y ahora con el PSUV. Pero esto no quiere decir que tengo puestas gríngolas que me impidan ver lo que sucede a lo interno del partido de la revolución. Y como yo, miles de camaradas que, reitero, migraron a otros partidos.
Hasta la fecha, las filas revolucionarias inscritas en el PSUV siguen en espera de un cambio que no llega; todo lo contrario, se agudizan las desviaciones que a lo interno ocurren. El sectarismo continúa avanzando, producto del temor que tienen algunos que conforman las directivas, en sus distintos espacios, de perder el poder.
Es por ello que los camaradas de Marea Socialista, decepcionados y cansados de esperar el cambio, ese que nunca llegó y que tanto se necesita, decidieron retirarse de las filas del PSUV, pues no había de otra, ya que sistemáticamente fueron vilipendiados, descalificados, de manera injusta, tildados de traidores, ridículamente llamados agentes de la CIA y, como corolario, reformistas. ¡Válgame Dios!
Y los revolucionarios verdaderos nos preguntamos por qué no tildan de traidores a los que desde sus puestos de poder se han enriquecido con los recursos del Estado y que se han puesto de espaldas al pueblo desde la época de nuestro Comandante y ahora en esta nueva etapa de la revolución que dirige nuestro camarada Nicolás Maduro. ¿Qué mayor traición que esa?
¿Por qué no tildan de reformistas a algunos que acompañan al camarada Presidente en el gobierno y trabajan por la restauración del capitalismo, defendiendo intereses ajenos porque quizás les dan comisiones jugosas?
¿Por qué no tildan de traidores a quienes acompañan al camarada Nicolás y trabajan para debilitarlo? ¿Esos alacranes de los que tanto hablaba el camarada Müller Rojas y que aún perviven en el gobierno, debilitando los cimientos de la revolución?
Como revolucionaria pienso que tanto el PSUV como los miembros del gobierno no han sabido valorar en su justa dimensión a los camaradas de Marea Socialista, pues no me queda un atisbo de duda de que en el propio gobierno, con sus honrosas excepciones, no cuentan con camaradas tan preparados e ideológicamente claros y altamente comprometidos con la construcción del socialismo, como los que hay en el seno de Marea Socialista, y doy fe de ello pues conozco a muchos. Lo digo sin temor alguno a ser sujeta de críticas por expresar mi simpatía y solidaridad con ellos.
He asistido gustosamente a sus foros, al igual que a los foros organizados por el PPT, Redes y otros partidos de la Revolución para compartir las distintas visiones y propuestas, y conozco bien cuáles son sus ideas y planteamientos incuestionablemente revolucionarios, muchos de los cuales comparto.
Es imperativo preguntarse si es correcto, desde el punto de vista de la ética y la política, el trato que se la ha dado a los camaradas de Marea Socialista, al igual que a los camaradas Toby Valderrama, Ana Elisa Osorio, Héctor Navarro, Alberto Nolia de los Papeles de Mandinga, Vanessa Davis, Roland Denis, entre muchos otros compañeros de lucha y de sueños, que a la fecha de hoy siguen siendo execrados por hacer uso de la crítica, la que de haber sido escuchada en su momento hubiese evitado la debacle electoral del 6D.
Para cada uno de ellos mi respeto y admiración por seguirse manteniendo rodilla en tierra con la frente en alto y aún trabajando por la revolución, como lo debe hacer un verdadero revolucionario consecuente con su pensamiento y acción.
El camarada Nicolás todavía está a tiempo, en el marco de la rectificación que él mismo ha llamado a hacer, de convocar a la unidad verdadera entre todos los camaradas que tienen algo que aportar, y esto tiene que incluir a los camaradas de Marea Socialista y a todos los anteriormente nombrados, pues de lo contrario no habría verdadera rectificación, sino mera retórica para llenar un discurso hueco e incongruente.
Termino como empecé: Unidad en la diversidad. Unidos somos más. El tiempo político histórico lo demanda. De lo contrario, perderemos hasta los sueños.
¡Hasta la victoria siempre! Me despido con el respeto y el cariño que me merece todo aquel o aquella que lucha rodilla en tierra por los ideales más hermosos que hombre alguno haya conocido, como es el ideal revolucionario; recordando siempre que la lucha por el hombre no se hace por caridad. Y como decía el panita Alí: Si la lucha se dispersa no habrá victoria en el combate. ¡Chávez vivirá mientras el pueblo luche!
Zulika King
Coordinadora del Movimiento de Batalla Social Punta de Lanza
Sábado, 12 de febrero de 2016