Hace 16 años que las filas de la izquierda se unificaron gracias al Comandante Chávez en torno a un proyecto, y así el pueblo fue tomando conciencia de su rol histórico para transformar lo establecido, en lo político y social, que durante décadas atentó contra la dignidad y el derecho de las grandes mayorías.
El Comandante supo sortear mil situaciones para lograr mantener la unidad de la izquierda a lo largo de todos estos años de revolución. La cohesión de las filas revolucionarias, como elemento indispensable para la continuidad del proceso.
Habría que destacar que en su momento, las distintas corrientes de pensamiento dentro del partido y de otros movimientos políticos de izquierda, hicieron fuertes críticas al desenvolvimiento de la Revolución, las cuales fueron bien recibidas por parte de nuestro Comandante y líder Hugo Chávez, entendiendo como dice el dicho que: “Cuando el río suena, piedras trae”.
¿Por qué me refiero a esto? Es simple y a la vez complejo. Les invito a recordar cuando el Comandante Chávez dio la bienvenida al movimiento REDES, dirigido por el camarada Juan Barreto. Recordemos que esto fue en un acto de masas. Ese movimiento nació para encauzar de alguna manera el descontento que se venía dando en el chavismo por diferentes razones. Se buscó con REDES dar direccionalidad política y encauzar dicho descontento, para evitar la migración de camaradas a otros partidos o que se desmovilizaran producto del desencanto que en muchos casos se sucedió.
Debo reconocer que llegué a pensar que REDES nació por órdenes del Comandante Chávez, dado lo anteriormente expuesto, evitando así el riesgo que ello representaba para la Revolución.
Al día de hoy, el descontento, la frustración y la profunda INDIGNACIÓN se ha venido apoderando de un gran número de camaradas. ¿Razones? Sobran. Por todos son conocidas. En días atrás me enteré, y aunque no puede asegurarse que se trate de un hecho cierto, que hay aproximadamente 250 organizaciones políticas esperando que el Consejo Nacional Electoral les apruebe el nombre para constituirse como partidos políticos o grupos de electores. La pregunta de rigor sería: ¿Cuántos de ellos pertenecen a las filas revolucionarias?
Lógicamente, concluyo que a raíz de la partida física del Comandante Chávez, toda aquella cohesión que existía en torno a él y al proyecto que lideraba, hoy se ha perdido en gran medida. Pareciera que el gobierno actual, en cabeza de nuestro camarada Nicolás Maduro, hubiese perdido el principio de autoritas. Y lo más preocupante aún: el PSUV no ha sabido manejar la situación política que hoy amenaza a la Revolución.
El Partido, como lo concibió el Comandante Chávez, no se refleja en los hechos. El PSUV nació para acompañar al pueblo en sus luchas. La razón de muchos de quienes hoy no hacen vida política en él, obedece a que el PSUV no cubrió sus expectativas de profundización de la Revolución. Para otros, no es más que la maquinaria necesaria para ganar elecciones. Diferentes camaradas se han retirado del PSUV con la esperanza de conseguir otras opciones dentro de la izquierda revolucionaria, donde sean escuchados sus planteamientos y tomadas en cuenta sus ideas, sus aportes y contribuciones al avance de la Revolución.
Debo aclarar que soy miembro del PSUV y seguiré siempre fortaleciendo nuestro Partido de la Revolución, a pesar de las profundas contradicciones que en su seno existen, una de ellas, la unidad que se exige pero poco se hace para construirla. Desde la más elemental lógica política, resulta incongruente llamar a la unidad y a la par descalificar a cualquier compañero o compañera que haga uso de la crítica como herramienta necesaria para poder señalar las desviaciones o situaciones que afecten a la Revolución y que atenten contra el avance de la misma. Sin la crítica, o haciendo oídos sordos a la misma, los problemas pueden agudizarse y volverse crónicos.
Una de las principales críticas que se escuchan, es la corrupción, la impunidad, el clientelismo y la desbordada ambición de algunos que han hecho vida en el gobierno y pareciera que trabajasen para el enemigo. No menos preocupante es la falta de credibilidad del gobierno por parte de algunos sectores del chavismo, producto del silencio ante los hechos obscenos de corrupción y de la falta de medidas ejemplarizantes que lleven a lograr un clima de confianza y respeto hacia las instituciones del Estado.
Es difícil que el gobierno salga indemne de esta situación política a la que algunos corruptos traidores le han llevado. Pero aún es tiempo de tomar acciones concretas que le permitan revertir la grave situación económica por la que atraviesa el país, a consecuencia del Desfalco a la Nación perpetrado por capitalistas burgueses y funcionarios públicos corruptos, que hoy tiene de rodillas al país.
Resulta difícil enfrentar la Guerra Económica sin las divisas necesarias para ello. Por culpa de la burguesía parasitaria y la burocracia corrupta, hoy las arcas del Estado para satisfacer nuestros requerimientos de importación se encuentran mermadas.
Una sola golondrina no hace verano y un solo palo no hace montaña, pero hay que reconocer que el camarada Nicolás Maduro viene librando una batalla titánica y enfrentando al mayor poder del mundo. Sería mezquino no reconocerlo. La preocupación de muchos es saber, de todos quienes lo acompañan en el gobierno, cuántos le apoyarán de manera irrestricta a la hora que finalmente decida tomar decisiones radicales, auténticamente revolucionarias, en el campo económico. No pretendo echar un velo de duda sobre nadie en particular, pero estamos a la espera de nuevas traiciones, ya que estamos claros que cuando se tomen medidas, se rozarán intereses inconfesables de algunos que acompañan y abrazan a nuestro hermano Nicolás; muy vestidos de rojo algunos, y otros de verde…
Quisiera referirme a las elecciones parlamentarias. Sabemos que el tiempo en lo político se agota. Nuevamente debo solicitarle, porque resulta imperativo, a nuestro querido camarada Nicolás, líder como es de esta nueva etapa de la Revolución, que haga todo lo necesario, INSISTO, con las distintas organizaciones políticas, sociales y corrientes que dentro del PSUV pudiesen estar descontentas, y a través el diálogo, insisto, con el cariño y el respeto que siempre debe privar entre camaradas, se logre el entendimiento y el reencuentro, para fortalecer el proceso revolucionario. Se ha hecho incluso con factores provenientes de las filas de la derecha, como el caso de William Ojeda y del camarada Arias Cárdenas, por ejemplo. Con mucha más razón hay que hacerlo con cualquier camarada de izquierda, sea cual sea su posición y sus convicciones.
Ha de quedar claro para todo revolucionario, que en cualquier circunstancia y bajo cualquier condición, la moral revolucionaria debe prevalecer. La responsabilidad histórica de la Revolución recae inexorablemente sobre sus líderes. De ellos depende la continuidad o no de lo que comenzó nuestro Comandante Eterno junto al pueblo, quien hasta ahora no ha fallado. Esperemos que así siga siendo. De nuestros líderes políticos depende esta responsabilidad. Queda claro que unidos somos más.
Hay que evitar el purismo político, permitiendo que la pluralidad, la diversidad de planteamientos dentro de las fuerzas revolucionarias, deriven en auténtica CONSTRUCCIÓN HEROICA de nuestro futuro. ¿En el caso de William Ojeda, qué se impuso, el purismo ideológico o el pragmatismo político? Hay que sobreponer la ética al pragmatismo, pero mejor aún es hacerles compatibles y superar el dilema que toda unidad en la diversidad entraña.
Con profundo amor revolucionario y el respeto a todas y todos los camaradas, indistintamente de la trinchera de lucha que ocupen. ¡Hasta la Victoria Siempre! ¡Unidos Venceremos! ¡Adelante camarada Maduro, Ud. cuena con los verdaderos revolucionarios! ¡Qué Viva Chávez! ¡Qué Viva Maduro! ¡Qué Viva el Pueblo Revolucionario Heroico!
Zulika King
Movimiento de Batalla Social Punta de Lanza
Contralores Sociales
En Guatire, la Villa Heroica, a los 10 días del mes de mayo de 2015.
