Desde Caracas.- Cuando David
Natera, presidente del Bloque de Prensa Venezolano, levantó la cabeza para ver
el público que estaba reunido en la 66ª Conferencia de la Alta Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP), supo que allí estaba su nueva oportunidad para
seguir denunciando al régimen chavista. Afinó la garganta, tosió un poco y dijo:
“El Bloque de Prensa Venezolano, el Colegio Nacional de Periodistas, el
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, la Sociedad Interamericana de
Prensa y destacadas personas naturales y jurídicas de Venezuela y del
hemisferio, han venido denunciando consistentemente las flagrantes violaciones
por el gobierno del presidente Chávez a la Constitución venezolana, al Estado de
Derecho y a la libertad de expresión”.
Levantó otra vez la cabeza para
apreciar el resultado de sus palabras, y notó que no había mucha emoción en casi
500 personas que se encontraban en la sala de convenciones, en Mérida, México.
Por un momento pensó: “Es lo mismo que he venido diciendo durante varias
conferencias y por lo visto nadie me para”. La Alta Sociedad Interamericana de
Prensa estaba realizando su Convención desde el 5 hasta el 9 de noviembre.
Y el señor David Natera ya había perdido la cuenta de las veces que había
asistido a esas convenciones a denunciar al dictador Chávez.
Entonces
volvió sobre su discurso: “Los medios independientes defienden la Constitución
en Venezuela y el derecho del pueblo a la información libre, sin censura y son
clasificados por el gobierno como medios privados, eso es una honrosa
definición”. Se detuvo y volvió a levantar la cabeza pero no hubo aplausos ni
gesto de aprobación.
Entonces recordó cuando dio la orden de que su
periódico, El Correo del Caroní, no saliera por dos días para denunciar que el
régimen no le quería dar papel, todo muy bien preparado para generar
descontento, pero tampoco tuvo el resultado esperado.
Entonces continuó
buscando el lado más efectivo para ver si le arrancaba un aplauso a aquella masa
de 500 participantes de la prensa interamericana, y dijo. “El régimen expropia
numerosas empresas privadas, toda la cadena agroalimentaria, así como todas las
cadenas de servicio. Es la expropiación como control social y para cumplir con
su perverso propósito necesita el silencio de los medios, pero el periodismo con
dignidad no se doblega y cumple con alto riesgo su deber de informar”.
El
público escuchaba en silencio. No se manifestaba. Parecía que el público sabía
que los medios privados habían participado en el golpe de Estado que se dio en
Venezuela el 11 de abril de 2002. Y el señor David Natera fue uno de los
participantes a favor del ese golpe.
El señor Natera terminó su discurso
y el presidente de la SIP, Alejandro Aguirre, viendo que el hombre no había
causado frenesí entre el público, dijo: “Ahora queremos entregarle el Premio
Libertad de Prensa de la SIP, a uno de los nuestros, a un hombre perseguido, un
empresario honesto, a Guillermo Zuloaga”. Ahora sí, el público aplaudió y
Alejandro Aguirre sintió que con ese premio, la Alta Sociedad estaba
feliz.
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