La figura emblemática de lo que sería el cambio en las relaciones de poder, como parte de la transformación estructural que busca la revolución en esta fase del Proceso, es el vocero. El vocero tiene una connotación espiritual y por esa razón responde a la concepción revolucionaria del nuevo paradigma que genera el cambio de estructura. Lo espiritual está presente porque el vocero estimula la humildad del servidorpúblico. Un vocero del Consejo Comunal es un aliado a la causa de servirle al pueblo. De servirle con amor. El vocero es una embrión de la naciente corriente política que sustenta su acción en el amor al prójimo. El vocero rompe con la rivalidad entre los iguales. El vocero acaba con el dedo. Como el vocero no manda, sino solo habla, cualquiera que entienda lo que significa la gestión de solidaridad, buena voluntad y afecto sincero para alcanzar el bien común, cualquiera de ellos puede ser el vocero. Esto acaba con el egocentrismo y el individualismo corruptor del ser supremo que bajo el manto del poder del Estado, somete a los demás sin consideración alguna a la condición humana. Gestión de mando engendrada por el modelo reformista que más que servir al pueblo lo que busca es aprovecharse del pueblo. El egocentrismo es el padre de la rivalidad. Pero el vocero, ahora y en la medida que se generalice su acción y su esencia revolucionaria, el vocero demolerá a la rivalidad e impondrá la humildad a los servidores del pueblo.
Pues bien, si el rol del vocero se define cada día de manera más clara y así es entendido por las comunidades organizadas, podemos entonces decir que va por buen camino el cambio de estructura a nivel de las relaciones de poder que tiene que alcanzar la revolución. La vocería, elemento establecido por nuestra leyes que sustenta la Constitución Bolivariana, va a incidir también en la estructura orgánica de los partidos y movimiento políticos. Induce el vocero al cambio del rol de los partidos. Viendo el ejemplo del vocero, el partido reformista, vigente aún en nuestros días de avance revolucionario en pleno 2010, no puede continuar con la práctica del cogollo. Tiene ahora que internalizar la metódica desde abajo y hacer un esfuerzo por asimilar el nuevo rol que le corresponde. Decisiones copulares versus conciencia colectiva. En esta encrucijada se encuentra el partido actualmente. Una comunidad plena de conciencia que asume la participación directa por la vía de los Consejos Comunales, no puede jamás tolerar que ahora venga cualquierpartido cupular y reformista a imponerles criterios obsoletos. Eso no es revolución, por el contrario, la existencia del vocero que está en la onda de la avanzada del Proceso, coloca a los partidos apegados, enchufados y enganchados con la cúpula y el dedo, los coloca en un escalón más abajo en la escalera de la revolución.
Vocero es salto adelante, es acople a los postulados de la Revolución Bolivariana, es Campaña admirable. Partido reformista es salto atrás, estancamiento ideológico y retroceso político.