La cultura azteca, maya e inca desarrolló arquitecturas colosales, que con la llegada del conquistador español, fueron demolidas y sobre sus ruinas se construyeron templos cristianos. Ocurrió en Tenochtitlán como en el Cuzco. De igual manera, sobre las creencias de los pueblos del Medio Oriente (egipcios, sumerios, caldeos, hindúes, persas y otros), se montó el judaísmo, fundamento del cristianismo, que formó con los ritos y creencias de las religiones antiguas una “colcha de retazos”. Entre esas creencias está el origen de la navidad, que nada tiene que ver con el nacimiento de un niño, de una virgen, en una pesebrera. Ese relato, en su forma original, surgido de la observación del movimiento del Sol y las constelaciones (C), se encuentra en las tradiciones astrológicas y mitológicas más antiguas y dice: “Que en el origen, una mujer (C. de Virgo) y un hombre (C. de Boyero) habían introducido en el mundo por su caída, el mal. Que la mujer había arrastrado tras de sí, o seducido al hombre. Que la mujer (Virgo) había tentado (a Boyero), presentándole frutos hermosos a la vista y buenos de comer (C. de la Serpiente), los cuales daban la ciencia del bien y del mal. Que esta pareja (Virgo y Boyero) había sido echada del jardín celestial y que un querubín (C. de Perseo), había sido colocado para guardar la puerta con una espada de fuego. Que debía nacer de esta virgen (C. de Virgo), un niño (el Sol), que destruiría la cabeza de la serpiente, y libraría al mundo. Que viviría en su infancia (el Sol), humilde, obscuro y pobre. Que habiendo sido muerto por los malos, resucitó gloriosamente (el Sol) y subió de los infiernos a los cielos, donde reinaba por toda la autoridad (C. de Aries), la primavera.”
Se dice que los judíos vivieron muchos años en Egipto. No es que los judíos vivieron en Egipto, es que el imperio egipcio dominó durante 3000 años los territorios de Palestina, donde vivían los semitas. De esa influencia tomaron la idea del monoteísmo (Akenatón), fabricaron a Jehová y le sembraron elementos del Libro de los Muertos, del mitraismo, del hinduismo, el dios Baal de los cananeos, de Marduq dios asirio-babilónico (Leyenda de Gilgamesh); del Veidam de los brahmanes, que es tal vez el libro más antiguo del mundo. Los sistemas teológicos fueron inventados todos en el Antiguo Egipto. La “colcha de retazos” del cristianismo está formada por tradiciones mitológicas de los pueblos más antiguos, fruto de la permanente observación astrológica.
¿En qué sitio del firmamento está el Sol, el 22 de diciembre? Está exactamente en la constelación de Virgo. Para los pueblos antiguos del Norte del Mediterráneo, ese Sol lejano, diminuto, humilde, abatido y pobre, les daba la idea de un Sol niño, que nace en Virgo y comienza a crecer a medida que regresa del hemisferio Sur al hemisferio Norte, para dar luz y dar vida y calentar de nuevo los territorios cubiertos por la nieve. Es un Sol niño que, al regresar de su largo viaje, les devuelve la vida. La larga noche y los días cortos, terminan. Vuelve la normalidad del día y la noche. Ese es el verdadero origen de la navidad. Gran fiesta de los antiguos pueblos paganos de Europa, para celebrar el nacimiento del Sol, el 22 de diciembre y nada tiene que ver con la interpolación en esa fecha de la navidad cristiana que conocemos.
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