Entiendo que ese espacio es muy importante para un debate, pero no habrá debate porque ya hemos comenzado a ver, cómo la oposición está participando en ese proceso. La Asamblea será una pantalla más para la oposición y como pantalla, cada uno de los opositores que pida la palabra ofrecerá un único discurso para cualquier cosa, centrando su intervención en las cuatros o cinco cosas que repiten insistentemente para dar la sensación que efectivamente hay un demonio y que la situación económica y social de Venezuela es la peor del mundo.
No reconocerán por ninguna razón, que Venezuela vivió interrumpidamente un ciclo de crecimiento del PIB. Insistirán en el decrecimiento de estos años. No reconocerán que la pobreza general y crítica ha venido disminuyéndose considerablemente y que Venezuela es hoy, un de los pocos países del continente con mayor nivel de igualdad. La oposición nos ofrecerá, como modelo de país, la situación de Chile, que es el país campeón de la desigualdad. La oposición insistirá en cualquiera discusión, que el país está entregándose a China, Rusia, Cuba, porque deben repetir eso y jamás reconocer (en un debate) que el proceso conocido como apretura petrolera fue exactamente una vulgar entrega. Los opositores no le van a pedir a los venezolanos y venezolanas que se lean el contenido de los documentos de esa “apertura petrolera”.
Esta oposición no ha cambiado y no tiene porque cambiar. Es la misma oposición del golpe, del paro petrolera y no hay que suponer, que ahora vienen para hermanarnos en las posibles cosas en las cuales haya coincidencia. Tenderle la mano no es malo, pero debemos tener muy claro que un eventual regreso de la oposición y con el plan que sabemos que tienen, no se tendrá la oportunidad de pedir debate de las ideas. No habrá eso.
Pues el lema: “pueblo pa´ la Asamblea” suena una estrategia equivocada. Pensar que el centro del debate y de la lucha ha de estar en los espacios de la Asamblea Nacional, es darle ventaja a la oposición. Claro para este PSUV que tenemos, esa idea es fundamental y fácil de operativizar. Solo necesitamos tener dispuestos nuestros gallos, que producto de la experiencia alcanzada en estos años y de su experiencia política, ofrecen mejores discursos, frentes a las intervenciones “locas” de los diputados de la oposición.
La Asamblea Nacional no creo que resulte ser un espacio para el debate. Creo más bien, que será un espacio para gritos y desearía equivocarme en esta apreciación. El espacio estratégico de lucha que debería emprender el PSUV está en otra parte y no tiene mucho que ver con lo legislativo. Los espacios de lucha son los puntos de gobiernos, la organización efectiva de la militancia para que efectivamente se desarrolle la tesis de la participación y movilización de la fuerzas del cambio. No se aporta mucho al cambio con el desarrollo de una visión sobre la participación, que supone que hay participación porque la militancia hace presencia en un evento. La movilización y participación no supone llevar barras (como jarrones chinos) a la Asamblea Nacional para que aplaudan a nuestros gallos. Esto no es participación ni movilización y es lo que ha venido haciéndose, porque resulta más complejo y peligroso hacer el esfuerzo de preparar y organizar a la militancia para la movilización POLÍTICA.
Si fijamos el objetivo de “pueblo pa ´ la Asamblea”, abrigamos la esperanza que la oposición nos ofrecerá actos de grandeza por el país y continuamos usando a la militancia como barra, la ventaja la tiene la oposición.