La campaña mediática casi logró destrozar al país porque había sido diseñada con premeditación por asesores del imperio, tal como Heinz Dietrich lo indicó en una entrevista publicada recientemente en la Revista Vertientes, de Hidrocapital.
Pocos entendían el peligro y el profundo efecto que los medios de la oligarquía estaban logrando con su inquina, cinismo y mentira, así lograron que las masas de escuálidos se lanzaran como zombis a todas las aventuras que la Coordinadora golpista les indicaba. Revolvían la rabia en el pueblo, con provocaciones fascistas; eran los dueños de la sorna y sólo la voz del Presidente ponía en su sitio las cosas, desenmascarando a los azuzadores, “prohombres” de la IV República y traidores escondidos en la pseudo izquierda. Fue así como salieron de entre bastidores Miquelena, Teodoro, Pompeyo…
Cuando algo similar ocurrió en la dividida Alemania, en plena Guerra Fría, una televisora interfería la señal que venía de occidente con un programa relámpago llamado schwartz canal (el canal negro), desde donde neutralizaba los mensajes diseñados por los asesores gringos.
La Hojilla escrita comenzó a hacer las veces de schwartz canal, y luego desde Venezolana de Televisión, logró reivindicar a millones de venezolanos insultados por todos los canales de televisión, periódicos, emisoras de radio y cómicos de la oligarquía.
A Mario Silva García se le unió Néstor Francia, cuya agilidad le permitió ser de los primeros en identificar la estupidez que iba a caracterizar posteriormente a la contra opositora, finalmente Eileen Padrón cerró el equipo y dieron inicio a uno de los programas políticos más demoledores con los que se han enfrentado los escuálidos y, por supuesto…los rábanos (rojos por fuera y blancos por dentro).
Al parecer algunos siguen sin entender lo serio de la confrontación, no creen que si la oligarquía logra recomponerse vendrá a cuchillo contra todos, y ahora, que le hemos visto la médula fascista, más que nunca. Esos que abrigan la esperanza de estar bien con el pueblo y con el diablo, no quieren verle el cuero al tigre, pretenden convivir con la fiera, comer de todos.
Es sospechoso que ahora cuando el pueblo se burla del Matacuras y que la clasecilla irredenta prueba a diario un poco de su propia cucharada, aparezcan estetas de lo mediático, embellecedores de la pantalla, aplacadores de la palabra, para decir que La Hojilla debe salir del aire, cuando son ellos los que deben salir de circulación. Estamos llegando a donde íbamos, esto es, más allá de los límites hasta donde ellos estaban dispuestos a acompañar al pueblo... Se están quedando atrás.
La confrontación que se está dando en Venezuela es global, es una nueva cultura, otra manera de pensar, un mundo que está destinado a desaparecer para dar paso a la solidaridad, es un nuevo país que debe fortalecerse y crecer sano para todos y en esa confrontación los sectores más retrógrados están siendo rebasados por un nuevo modelo de sociedad y La Hojilla ha hecho con su filo una importante cirugía, para sacarnos de encima al incordio de los medios privados.
Digo como Nicolás Guillén: “Burgueses, no me dan pena los burgueses vencidos.”