En relación a la primera de las 5 Líneas Estratégicas de Acción Política y su debate e implementación

Si bien consideramos acertada, pertinente e ineludible la invitación –y exhortación urgente- al debate popular en relación al cambio de cultura política (22 de enero 2011) de los venezolanos y  de las venezolanas – los y las que luchan por la transformación revolucionaria de nuestra sociedad-  que se empeñan en explorar las vías para la construcción de esa nueva sociedad que no puede ser otra que la sociedad socialista, como se preludia y bosqueja a grandes e iniciales rasgos en el Proyecto Nacional Simón Bolívar (Primer Plan Socialista de la Nación), no es menos cierto que es ingenuo –por emplear un término que invite a su vez al fraternal debate-  poner fechas o parámetros para finalizar la discusión en relación a las 5 líneas y considerar se ha logrado (¡! o milagro ¡¡) el cambio de una cultura política inaugurada e instaurada en nuestro país por lo menos desde los gobiernos de Antonio Guzmán Blanco y que en general es consustancial con el modelo de producción capitalista y su variantes híbridas sustentadas en la ley del valor.

Es de todos y todas –por lo menos los y las que pasamos de las cuatro décadas de edad- que la cultura política venezolana –pues de venezuela tratamos- se sintetiza o se expresa popularmente en algunos dicharachos, por ejemplo:

-no quiero que me den, quiero que me pongan donde haiga.

-cúanto hay pa’eso.

-tu sabes cómo es todo.

-cuando un superior jerárquico (en cualquier escenario laboral público o privado) pregunta la hora y el subalterno le responde: la que usté quiera mi jefe-a.

-jefe es jefe manque tenga cochochos.

Y pdríamos seguir inventariando solo en ese terreno sin llegar a agotar las cínicas expresiones que al mismo tiempo ilustran actitudes prepotentes y muestras de enriquecimiento súbito y desmedido como botones de muesta de una concepción del mundo, de una cultura del “tener para mostrar” a toda costa.

Una expresión clásica de esa cultura es la suntuosidad de los vehículos automotores y la conducta en el ejercicio de la conducción: mas de 100 Km es la velocidad normal, se pasa por cualquier lado, no existe el peatón, el que no corra es un pendejo (sirve para los dos sexos). De las viviendas no hablemos pues pasar, no digo de un rancho a casa, sino de una modesta y cómoda casa –o apartamento- a una lujosa, bien situada y “representativa” residencia personalizada es una meta a alcanzar cuasi de inmediato al llegar a un cargo –público o privado-, por supuesto esto debe ser multiplicable a la familia, todo lo anterior es condición de vida o muerte, es la razón de ser y vivir para un o una “militante” de la cultura capitalista y admirador-a del modo de vida del “bienestar del primer mundo”.

Para lograr los prenombrados “beneficios” materiales, amén de otros “beneficios espirituales” que no nombraremos (para no cansar –o hacer llorar- a los lectores-as) y que son modeladores o expresiones patentes de un hecho cultural, de una práctica política, que no necesariamente está relacionada con lo público porque la “gerencia” privada tiene una misma conducta, es la misma sociedad, hace falta ejercer el poder, con todas sus letras, pues porque de eso se trata la política, del ejercicio del poder, para ello por supuesto se debe pertenecer “al partido, a la corporación o la compañía” – de corte clientelar- y escalar posiciones.

Entonces nos preguntamos: ¿cómo se trasciende esa perversa cultura política (–y cómo se construye un partido revolucionario-) de inspiración capitalista con su carga de individualismo, de prepotencia, de despilfarro, de grosero ejercicio de poder, de avasallamiento –en todos los terrenos- de las mayorías por minorías pre-iluminadas?, se trasciende: Con el ejercicio del poder popular así con todos sus letras, con la revolución popular socialista, con militancia popular revolucionaria, con el estudio sistemático de nuestra historia a la luz de la teoría social revolucionaria, con el ejemplo militante de los y las verdaderos hombres y mujeres de vanguardia, vanguardia que está por construir desde la práctica cotidiana real, no discursiva y mediática, desde el compromiso del contenido y la forma, del decir y el quehacer.

Entonces volvemos al punto de partida, y preguntamos, ¿esto se puede resolver con uno o dos días, dos o tres semanas, dos o tres meses de “debates”, de conferencias con un video-beam y 20 ilustraciones recitadas por un (o una) esclarecido(a) dirigente, Dr.(a) que sabe “enseñar” como superar en 20 lecciones la cultura capitalista?, ¿no será esto mas bien una tarea permanente, sin ponernos fechas y trabas metodológicas, conceptuales o de contenido? ¿No será esto un debate general a la luz de la educación popular, desde nuestra historia y desde los referentes conceptuales de la cultura revolucionaria nuestra-americana y mundial? ¿No se será necesario un real debate, sin miedo, sin prepotencia, sin dirigentes o dirigidos, claro está sin anarquía y sin simpleza, con la debida profundidad y respeto por el pensamiento diverso pero dentro del pensamiento y la acción revolucionaria?¿no será perfilando, realizando y supervisando –desde la contraloría revolucionaria- una gestión pública efectiva, veraz, rápida, sencilla y sobre todo de alto contenido HUMANISTA, el ser humano como centro de la gestión pública?.

En su Contribución a la Crítica de la Economía Política, Marx nos dice:

[..] El conjunto de estas relaciones de producción (las que se crean –independientemente del sistema- en el proceso de producción, distribución de bienes materiales-) forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social (con protagonismo relevante de la cultura política generada). El modo de producción de la vida material condiciona (y a su vez es condicionado) el proceso de la vida política y espiritual en general (la cultura en sentido amplio ). No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social determina su conciencia.  (paréntesis y negrillas nuestras).

Entonces el debate real es cómo implemantamos las 3R (o las 6R o las que hagan falta) del avance revolucionario, como operacionalizamos el Proyecto Nacional Simón Bolívar cuya primera línea nos llama a construir la Etica de nuestro socialismo, del socialismo que queremos construir.

Transitemos hacia la Sistematizando de nuestros 11 años de proceso con sus inmensos logros materiales realizados para saldar la inmensa deuda social heredada pero también con su escaso avance en la construcción de la subjetividad revolucionaria que en definitiva es la que logrará la permanencia del proceso en todos los órdenes.

A casi 150 años de los aportes de Marx, de las frustradas experiencias soviéticas, de Europa oriental, del frustrado Chile allendista, de la primera experiencia fallida Sandinista, y del faro luminoso que se levanta en el caribe: la Cuba Socialista aún no sabemos como será nuestro socialismo, así debe ser pues no debemos copiar de otras realidades. Tomando en cuenta esos referentes digamos con Simón: Inventamos o erramos. Pero eso si, eso no lo vamos a resolver en “algunos” dias de discusión (el profesor Mészáros dice que ni en pocos años) y sin estudio sistemático y serio, no lo vamos a lograr de improvisación en improvisación, aunque por supuesto todo el que ensaya se equivoca pero corrige y vuelve a ensayar, no repite el error.

Sabemos la necesidad histórica, insoslayable y urgente de triunfar en las elecciones del 2012 para preservar el espacio de poder político, para contar con un presidente nuestro, valga decir, Chávez Pueblo –no el Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frias- sino Chávez a secas, el decidido, responsable y revolucionario Teniente Coronel del “POR AHORA”, el Chávez que comparte con los refugiados, el Chávez de las iniciales Misiones, el Chávez que llamó a la creación de los Círculos Bolivarianos.

Para ello tenemos que cambiar muchas actitudes, corregir muchos errores pero sobre todo debemos apropiarnos de una cultura de la perseverancia, de la disciplina –que no seguidismo acrítico- revolucionaria, de la transparencia de criterios, del respeto a lo diverso, con humildad en el diálogo. Debemos trascender la cultura de ver –y tratar- a nuestros compañeros y compañeras como enemigos y enemigas, el enemigo es otro o en todo caso el primer enemigo a vencer es nuestro “capitalista” que llevamos por dentro.

Finalizamos, por ahora,  con unas citas que llaman e invitan a la reflexión.

- "... Esta es la Revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. Y por esta Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, estamos dispuestos a dar la vida... "                        Fidel Castro R. -16-04-1961 
 
- "Aqui en Venezuela, nuestra batalla es una expresión de la lucha de clases : El pueblo, las clases populares y los pobres contra los ricos y los ricos contra los pobres y los sectores populares"                   Hugo Chávez F. - 30-11-2008 


onoguera2005@yahoo.com



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