El Metro de Caracas. De transporte público a medio opositor

La confrontación global, es una dinámica en la que al cambio se le opone todo.

El capitalismo confronta con todo al socialismo, olvidando inclusive los elementos socializantes que aún perviven en las sociedades capitalistas desarrolladas, como el Seguro Social o las muchas otras reivindicaciones logradas por la clase obrera desde las trincheras de la lucha por sus reivindicaciones. De manera que en un escenario de confrontación ideológica global los modelos compiten para probar cuál de los dos ofrece la “mayor suma de felicidad posible”.

Cuando hablamos de calidad de vida nos referimos a la capacidad adquisitiva de la población, a los precios, la calidad de los productos de primera necesidad y de los servicios, que en resumidas cuentas son elementos que “argumentan” a favor o en contra de un modelo de desarrollo social determinado.

La oposición ha emprendido múltiples acciones para impedir el avance de los logros de la revolución; el sabotaje económico y de la administración pública, han sido esfuerzos por obstaculizar la mejora en la calidad de vida del venezolano, en lo que respecta a los servicios no debemos dejar de mencionar el Metro de Caracas, millones de mujeres, ancianos, niños, nadie ha escapado a las acciones que han realizado en el Metro y desde el Metro. Todos podemos recordar las cientos de veces en las que nos hemos visto atrapados en las acciones de sabotaje de la contra, donde nos exponen a los peores peligros.

La conspiración en el Metro aún no ha sido conjurada, allí están enquistados elementos que de un momento a otro generarán nuevamente el caos. La confrontación continúa, el objetivo de demostrar que con la revolución la calidad de vida es peor y que los servicios no funcionan no ha sido abandonado. La nueva modalidad es el retardo permanente del servicio y al pasajero se le inflinge un nuevo castigo: viajar sin aire acondicionado, lo que origina frecuentes desmayos y sobretodo el sentimiento de rabia e impotencia en el ciudadano. Casi han logrado convencernos que el gobierno revolucionario no tiene control en el Metro – la gobernabilidad, la seguridad es otro elemento de la confrontación global…

Las autoridades del Metro mantienen un silencio odioso frente a esta repugnante realidad, en lugar de mensajes que expliquen la situación nos atiborran de música norteamericana, nada de Alí Primera, ni Silvio, nada que hieda a revolución y además del atragantamiento publicitario a que nos someten, nos atizan por los ojos los vagones vendidos a las transnacionales de la comunicación y de cualquier otra baratija. La confrontación global es elocuente: ”compra, consume”, nada habla de lo que ocurre en la superficie, aparte de las discretas aficheras que tímidamente mencionan la revolución.

¡El Metro es de las pocas cosas que le ha funcionado bien a los escuálidos!




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El Macaurelio

Periodista, Politólogo, poeta, escritor, humorista y ensayista. Columnista en varios medios, digitales e impresos.

 elmacaurelio@yahoo.es

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