En Venezuela, la industria cervecera y los medios de comunicación (todos los medios privados y públicos) desnaturalizaron la relación de pertenencia a la selección “nacional” de fútbol, asociándola a algo que se llama “vinotinto” con un valor agregado como lo es una marca de cerveza.
En España, la burguesía y las fuerzas retrógradas triunfantes de la guerra civil, impusieron con la dictadura franquista la bandera monárquica y aún, buena parte de los pueblos de la península se niegan a aceptarla; como Jorge Semprún novelista recién fallecido que pidió ser enterrado con la bandera republicana y quien resumía la confrontación histórica con estas palabras: "La amnesia de la transición no puede ser eterna".
En Venezuela, la cerveza, el marketing y los todos los medios desaparecieron la Bandera Venezolana, los colores patrios, con algo que se hace llamar la “vinotinto”.
Este ejemplo nos muestran cómo la hegemonía dominante nos impone sus símbolos y como los pueblos van asumiendo como suyos los íconos y valores del capitalismo.
En el encuentro de fútbol Venezuela-España, fuimos testigos de cómo la ideología dominante y los medios (en especial la televisión) conspiran contra Venezuela, cuando reniegan del deporte venezolano y fomentan y enaltecen todo lo extranjero: “Villa avinagró a la Vinotinto”.
La Revolución debe imponer el tricolor en las selecciones nacionales porque en Venezuela el deporte no es un lujo, es un derecho de 8 estrellas para el pueblo.
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