Ernesto CHE Guevara, afirmaba que, para la construcción del hombre nuevo y la nueva sociedad, donde ese hombre nuevo viviría, no se debían utilizar las armas melladas de imperialismo. Porque ello nos llevaría irremediablemente de nuevo al capitalismo. Este pensamiento del Che nos sirve para introducir el objeto de esta disertación, porque en estos tiempos, acá en nuestro país estamos enfrascados en una guerra, para consolidar nuestra independencia y darnos definitivamente la libertad, por la cual hemos derramado tanta sangre y soportado grandes sacrificios.
Resulta que, hemos estado observando que, aun cuando es justo decirlo, estamos ganando esa guerra. Apreciamos, que se nos está quedando rezagado un alto porcentaje de la población, confundido en la red manipuladora del conquistador. Ello es, porque esa población no a internalizado el objetivo de la revolución bolivariana, o sea, que, que otrora nos subyugaron a ese sector le falta la ideología que pudiera permitirle crear una conciencia soberana e independiente de las rémoras de los viejos vampiros.
Comencemos, por decir que nosotros no somos judeocristianos, no somos asiáticos, no somos africanos tampoco somos blancos europeos o blancos del norte como lo dijera nuestro libertador. Nosotros gente de abya yala, tenemos una cosmogonía originaria diferente, que complementada con la independencia geopolítica lograda en el siglo 19, debería por lógica impulsarnos a la búsqueda de nuestra propia identidad. Lo autóctono para nuestros pueblos americanos, debe ser lo que viene de nuestros hermanos originarios y los hermanos esclavizados que trajo el conquistador de las tierras africanas, porque esa especial condición de infortunio creada por el depredador imperio, nos ligó.
Por ahora, a pesar de que la revolución y el líder todos los días y a cada momento nos entrega importantes enseñanzas, impartidas con excelente pedagogía. Todavía seguimos actuando como una sucursal de Europa, sobretodo consumiendo los mendrugos de su dogmas de características no confirmadas. Vemos con tristeza que luego de tanto esfuerzo, por parte de nuestros hermanos; desde el mismo día, cuando encontramos perdido en el amor al nefasto Cristóbal Colón. Aún des pues de tantos tiempo de lucha el dogma judeocristiano sigue manejándonos, mediante hilos invisibles como títeres.
En consecuencia a lo dicho en párrafo anterior, nos preguntamos ¿hasta cuando, seguiremos utilizando las armas melladas del capitalismo?
Por estos días, hemos visto de nuevo como todos los años, la celebración de las fiestas de San Juan, con los sempiternos diablos de yare y de otros sitios del país, y en esta oportunidad la incorporación de corpus Cristi, otra celebración sincrética que yo no conocía, y me atrevo a pensar, que tampoco es conocido por gran parte de la población. Pudiéramos apreciar como bueno ese desconocimiento, porque ello, es algo muy favorable para el propósito de la revolución bolivariana. Es favorable porque cuando hacemos una guerra de independencia y la ganamos, lo hacemos para ser libres soberanos y dueños de nuestros destinos. No para convertirnos en embajadores y apoderados, del otrora conquistador.
Bastante feo y ofensivo fue el hecho que en la colonia nos obligaron a creer en la cosmogonía del conquistador y a renunciar a las nuestras, claro que, nos permitieron aplicar un sincretismo chucuto, que fue una concesión conveniente para ellos. Mientras que para nosotros los originarios y esclavizados, fue en la época Colonial una posibilidad de encontrarnos con nuestras ancestrales costumbres y ritos. Justo es decir, que este sincretismo fue más amplio para los esclavizados, por ello es que por el lado de los africanos hay mucho diablo, y por el lado de los originarios, solo vemos a la batalladora María lionza.
A estas alturas, infiero que el lector tiene suficientes elementos de juicio para ubicar o definir el objeto de este escrito, el cual es simplemente, que en vez de estar luchando contra los curas que no nos dejan venerar esos santos devaluados no tanto por su eficiencia magico-milagrosa sino por el aval y complicidad que le han brindado generosamente al conquistador viejo y nuevo, para perpetrar toda clase de ofensas y delitos contra nuestro pueblo originario y nuestro pueblo huésped traído para esclavizarlo. Deberíamos aprovechar esas actitudes de brujas cornudas que tienen estos religiosos, y deslastrarnos de tanta basura ideológica que solo sirve para mantener nuestro pueblo cautivo y esclavo en una forma de neo colonialismo autoinducido.
Luchemos pues los descendientes del pueblo esclavizado, y los descendientes del pueblo originario, para retornar a nuestra cosmogonía, nuestra cultura, nuestras costumbres y valores. Sí algún sincretismo tuviéramos necesidad de hacer, podríamos hacerlo entre nuestras expresiones abya yalas y africanas. Para ello solo necesitamos mirarnos.
Hace poco oí, a un representante de ese nuevo y extravagante grupo étnico quienes se auto denominado afrodescendiente, -denominación sospechosa-, por el gusto que, de ella tienen los gringos y, además del uso peyorativo que le dan. Ello, nos una autodiscriminacion, algo incongruente con la época de inclusión, que estamos impulsando con fuerza en Venezuela.
Especialmente, en Venezuela, todos los nacidos en este suelo maravilloso, somos y nos llamamos con orgullo venezolanos, ¿para qué, entonces usar, ese cognomento afrodescendiente?, cualquier persona podría responder: “para diferenciarse”. Entonces ¿que es lo que buscamos cuando luchamos por una sociedad de iguales?.
En nuestro país y, más allá, en toda AbyaYala, somos un solo grupo étnico, mestizo y, tenemos una identidad propia. Hagamos caso de los ejemplos que nos legaron nuestros hermanos que trabajaron duro para darnos Libertad, que aunque no la hicieron completa nos dejaron guías, señales y ejemplos para lograr esa libertad definitivamente. Hurguemos en la historia a Francisco de Miranda al Libertador Simón Bolívar, a Simón Rodríguez, al general Zamora y tantos otros.
No sigamos mendigando un día para encontrarnos con tradiciones, que solo nos recuerdan la época oprobiosa de la humillación del género humano en aras de la plusvalía, el robo, la piratería, el dolo y una inmensa lista de delitos de lesa humanidad.
Por ello seguimos preguntando
¿Hasta cuando? continuar celebrando la ignominia, que ha significado la esclavitud de los negros.
¿Hasta cuando? Cada año, so pretexto de Conmemorar a san Juan, salimos a bailar disfrazados de diablos, o sea disfrazados de enemigo. Pareciera que, con ello simbolizamos al diablo convertido al cristianismo vencido y humillado. Sí, nosotros no somos judeocristianos, ¿por que estamos en esa merienda de blancos?
¿Hasta cuando? Permitiremos que continúe esa esclavitud subliminal autoimpuesta.
¿Hasta cuando? Seguiremos con nuestra conciencia infestada por la mala semilla sembrada por el viejo amo?
¿Hasta cuando seguiremos poniendo el lomo al rejo?
Además nosotros, los marrones, los morenos, los zambos; todos somos venezolanos, y si queremos igualdad, ¿para que nos metemos debajo de ese paraguas que se llama afrodescendencia? ¿Es que acaso la sangre derramada por los negros primero, como carne de cañón y, todos los luchadores que han muerto por implantar el socialismo, en estos tiempos, no tiene ningún valor?
PATRIA SOCIALISTA O MUERTE VENCEREMOS
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