Desde ese histórico 4F, cercano al mediodía, la proclama del comandante quedó resonando en el aire y en los oídos del pueblo oprimido y sojuzgado, que no tardó en hacerlo “Por ahora” y para siempre. Pues bien allí comenzó la veloz carrera política de aquel desconocido y joven militar que se convirtió en fenómeno electoral, aplastando al TOCOCHA (Unión de AD, COPEI, Ultraderecha y oligarquía en el movimiento, Todos contra Chávez), con un aluvión de votos que obligó a la canalla nacional e internacional a reconocerlo como Presidente Constitucional de la República de Venezuela, que luego el nuevo jefe de Estado con apoyo popular le cambiaría por República Bolivariana de Venezuela.
Luego vendría la estrategia comunicacional para confrontar a la arremetida mediática nacional e internacional, que se inició cuando Chávez, aún no había confesado sus aspiraciones presidenciales.
Aló Presidente, un programa con un rígido formato, donde el actor principal es el Comandante, desarrollando largos monólogos y contra todos los pronósticos, este espacio logró consagrarse como el de mayor audiencia en la historia de la TV venezolana, aunque un iluso y frustrado propietario por accidente de una planta de TV, afirmó en una oportunidad que al canal 8 apenas si lo veía un dos por ciento del público televidente. Es decir una vez más Hugo Chávez, el “arañero de Sabaneta”, implanta otro liderazgo, cuando a través de Aló Presidente, en sus primeros años, kilométrico, con hasta 8 horas de duración este “Showman”, sin variedades ni nada por el estilo logra mantener cautivo al público frente al monitor de TV, sin aburrirle, sin saturarlo y por supuesto sin generar rechazo, por el contrario ese público embelesado come, bebe, fuma y comenta sin despegarse del equipo proyector de imágenes. Luego devino en un programa con el mismo formato pero con otros segmentos y el resultado sigue siendo el mismo, lo que le ubica como el mejor comunicador social de finales del siglo XX y lo que va del XXI; pero de allí a que su magnética personalidad llegara a dar o quitar acción y vigor a sus opositores, sinceramente no lo llegamos a imaginar, hasta que tuvo el percance de salud que lo confinó a la Habana Cuba por varios días, bajo el cuidado de los mejores especialistas de la heroica, hermana Isla Antillana y con la vigilancia de su amigo el Comandante Fidel Castro Ruz.
Ese episodio en la vida del Comandante Chávez, ya felizmente quedando en el pasado, con la recuperación galopante del líder de la revolución bolivariana, sirvió para demostrar, que sin la presencia de Chávez, la oposición pierde la brújula y cae en desvaríos de pacientes con tifoidea terminal.
Lo primero que intentaron fue crear la matriz de opinión del vacío de poder, hasta fueron a calentarle la oreja al Vicepresidente Elías Jaua, a ver si podían hacer de este un Juan Vicente Gómez, se estrellaron contra es pared. Luego recurrieron a otra estulticia más, llevar a la Asamblea Nacional la discusión sobre la salud del mandatario, para establecer, si de verdad estaba enfermo o era una treta para ganar, tiempo tomar nuevo impulso y venir a arremeter contra los “Demócratas de la MUD, los responsables de la masacre del 27F. Luego a través de las diferentes redes sociales, urdieron cualquier cantidad de infamias. Convencieron a los pocos que todavía desde los estratos humildes, siguen creyendo en esa escatológica prédica de odio, que Chávez, no regresaba, que si lo hacía era en un cajón (Ataúd), porque tenía un cáncer terminal. Incluso llegaron a la perversión de hacer analogías entre Hugo Chávez y el camarada Contralor General de la República, Clodosvaldo Russian, quien desapareció físicamente, pero su espíritu justiciero, transparente e insobornable, continúa persiguiendo a los depredadores del erario público de ayer y de hoy y fortaleciendo la fragua de la revolución bolivariana y del socialismo indoamericano en el continente, para el cual es ejemplo de servidor público. Juraban que forzosamente se tenía que convocar a unas elecciones presidenciales anticipadas, que ya tenían ganadas
Podemos recordar que en el clímax de la disociación, los líderes de la ultraderecha reaccionaria y frustrada gritaban: “Chávez vete a Cuba”, ahora resulta que por asuntos de salud el Comandante tuvo que ir unos días a la Habana y cambiaron el grito por: Chávez sal de Cuba y ven a cumplir con tus obligaciones...¡Quien los entiende?
Ahora nuevamente vuelven a las dudas ¿Si estuvo en terapia intensiva, como es que se recupera tan pronto? ¿No será una jugada para ganar tiempo?. El 5 de julio, cambiaron el discurso: En el desfile del bicentenario Chávez fue el gran ausente, no dijo ni jota.
Es decir
que sin Hugo Chávez en Venezuela, la oposición está desarmada
y desarticulada, tuvo que regresar el Comandante, para que la oposición
vuelva a estar de nuevo armada.