Yo quería seguir escribiendo sobre el tema de la
salud de Chávez y el devenir de nuestra Revolución. Pero se me atravesó Heinz
Dieterich.
Para construir el Socialismo hay que consultar a
Heinz Dieterich como al oráculo los griegos antes de emprender cualquier
aventura.
Este Merlín contemporáneo se vende como creador del Socialismo
del Siglo XXI, siendo que en 1997, durante los homenajes al Che, fue convocado
en La Habana
un encuentro internacional sobre El Socialismo en el Siglo XXI. Conservo los
videos y hasta la libretita de notas que nos dieron con el logo del evento.
El SSXXI cobra sentido cuando reflexionamos sobre los
errores que llevaron a la caída del experimento soviético, reafirmándonos en la
convicción científica de que cada revolución es específica y que la
construcción de la nueva sociedad “sin explotación del hombre por el hombre”,
no puede ser “ni calco ni copia, sino creación heroica”.
Este Apolo del tercer milenio, actuando como dios de
la profecía, ha sentenciado que Chávez, Evo, Correa y hasta Fidel, no
construirán el Socialismo del Siglo XXI.
¡Pero, por favor, no le den más salchichas enchiladas
a Nostradamus!
El Socialismo en cualquier siglo siempre será una
construcción colectiva, nunca dependerá de la presencia efímera de una persona
en particular. Dar ese determinismo a unos líderes es acientífico, y es la
prueba más contundente de que el señor Dieterich no tiene ni idea de qué es el
Socialismo.
Su narcisismo intelectual queda tácito en la anécdota
que él mismo relata sobre las fórmulas que le presentó al presidente de
Ecuador, Rafael Correa, el cual, por no haberlas asumido, ahora no logrará
construir el SSXXI.
Es que todo el que desoye las premoniciones del mago
Heinz va al fracaso.
Incluso Fidel, quien en una cátedra de sinceridad
autocrítica confesó el error de haber creído que alguien sabía cómo se
construye el socialismo, fue víctima de los latigazos del sociólogo alemán. No
me quiero imaginar la suerte de los discos de Silvio Rodríguez que habrá tenido
alguna vez Dieterich, cuando escuchó aquella sabia canción que dice “nadie sabe
qué cosa es el comunismo”.
Y el pobre Fidel respondiendo con aquella
transparencia casi cándida a la sagaz periodista que el SSXXI “es el
comunismo”.
Heinz bendice a quien acepte lo que predice, pero
maldice al que ignore lo que él predice. Trabalenguas misteriosos del siglo
veintiuno.
Tal vez el sabio Dieterich, viva la infelicidad de
Fausto y termine su amargo camino de ególatra erudición, vendiéndole el alma a
Mefistófeles. Ya le publican en páginas derechistas.
Ojalá tenga tiempo de regresar a su Alemania natal
para poner en práctica sus mágicas teorías, y concluir así la revolución que dejaron
inconclusa Liebknecht y Rosa Luxemburgo.
Constituyente de 1999
caciquenigale@yahoo.es