Hemos leido con atención los textos que se están cruzando en Aporrea por estos días. La naturaleza de los argumentos expuestos en una y otra dirección, nos estimulan a romper una decisión anterior y volver sobre el asunto. Sentimos que las argumentaciones más que una consecuencia de la película reflejan la división de criterios acerca de las caracterizaciones que se tienen, aquí en Venezuela y en otras partes del mundo, sobre este proceso bolivariano, sobre el gobierno, sobre el mismo presidente Chavez. La película ha servido para hacer aflorar diferencias profundas entre quienes soñamos con un mundo mejor sin injusticias ni explotados.
Los escritos publicados expresan, a nuestro entender, convicciones profundas, provenientes del raciocinio pero también desde lo más profundo del corazón. O sea, percibimos un gran amor por lo que se piensa y se hace. Y siendo así, vayan nuestros respetos a los de un lado y a los del otro, a Nestor Francia y Juancho, por mencionar a algunos.
Todos somos protagonistas y observadores de un momento trascendental e histórico dentro de un proceso de transformaciones que ha vencido obstáculos inmensos, pero que también tiene flancos débiles y es amenazado desde afuera y desde adentro. Las amenazas desde afuera son muy serias y de mucha gravedad y no existen dudas en el campo popular y revolucionario al momento de señalar al agresor que nos toca enfrentar. Las amenazas de adentro y cómo enfrentarlas, es el gran tema que no se puede obviar porque pudieran constituir el talón de Aquiles que termine desintegrando esta esperanza que anda por el mundo. Pero estas amenazas que están muy cerca nuestro y rozan a muchos protagonistas del proceso bolivariano no deben transformarse en una maraña de señalamientos y acusaciones.
El problema es que estamos en un momento de grandes tensiones sociales y políticas y cada uno de nosotros siente el sano y auténtico deber de gritar su verdad antes que sea demasiado tarde. De no equivocarse y de no permitir que los otros se equivoquen. Nos tienta acusar a quienes llevan otros caminos diferentes a los nuestros.
Reconociendo que existen por lo menos dos tendencias o dos tipos de apreciaciones en esta polémica, estamos seguros que el fuerte, frontal y sano debate de posiciones, no puede mas que acarrearnos ventajas a todos. El debate y los debatientes no deberían permitir ni aceptar, razones a su favor usadas para descalificar al oponente, porque si es así, no habrá diálogo de ningún tipo. Cuando se afirma que “da rabia infinita ver tanta cabronería en todos nosotros, cabronería que solo se siente contenta cuando…” no se puede esperar calma en el debate.
Los escritos recientes, en cambio, son un estímulo al uso de las razones aunque terminemos tan seguros como antes de nuestras respectivas posiciones y diferencias.
Vamos al grano.
También hemos leido y releido el documento que publicamos en tanto que editores de ENcontrARTE. Observamos algunos conceptos fuertes y el uso de palabras (como “trucos” y “trampas”) que pueden haber sido tomadas peyorativamente: no fue la intención, y estamos dispuestos a corregir o enmendar. Pero aún enmendando y corrigiendo, sostenemos que, a nuestro criterio, ha habido un uso no correcto de los mecanismos cinematográficos.
En términos generales, en ese texto exponemos nuestra opinión, que en ningún momento descalifica a los autores como personas o como militantes de las causas de los pueblos. Ni a ellos ni a otros. Solamente creemos que la película no está bien y reivindicamos nuestro derecho a manifestarlo, máxime cuando durante muchos días, ENcontrARTE estuvo promocionándola.
Quede claro que no nos arrepentimos de haberla promocionado antes y después del famoso Editorial. Lo volveremos a hacer en casos similares así como también, escribir nuestras opiniones. Todavía queda y quedará por mucho tiempo mientras exista esta revista cultural, la reseña que se publicó y tambien el trailer (corto video resúmen) de la misma.
Si nosotros, por poner un ejemplo, dijimos textualmente que “mostrar una valla de PDVSA que proclama “Mejoramos la calidad de vida de todos los zulianos”, es una burla tipo Globovisión. Burla, ya que análisis no es y nada demuestra.” podríamos haber sido refutados de muchas maneras, con mayor o menor vehemencia y a continuación vendría la polémica en profundidad, con argumentos cada vez más acuciosos acerca de los detalles que justifican o niegan esta aseveración. Pero qué debería hacer quien lo creyera así. ¿Es posible sostener estas ideas? ¿o por el solo hecho de alguien presentarlas, lo transforma en “la pequeña burguesía, delincuente y traidora histórica del pueblo, que rodea el proceso revolucionario en Venezuela.”?
Aún aceptando que podamos haber caido en algunos excesos que cabría señalar como inadecuados, llama la atención que no se intente aceptar que existe una crítica (aunque no se la comparta), que la crítica está hecha en base a algunos razonamientos (aunque tampoco se los comparta) que no se no toleren las criticas y sean tomadas por algunos como un “ultraje, una intimidación y una censura” y califiquen a sus interlocutores de cabrones y jalabolas, contrarevolucionarios, inventando la más infames mentiras para descalificar a los que se atreven a criticarlos. No se trata de una sola nota sino de muchas. Tampoco basta decir que yo no fui quien escribió tal o cual cosa. Se trata de que todos debemos denunciar esos métodos. Esa es la actitud que hay que derrotar y lo que debería hacernos confluir, a pesar de las diferencias, comprometidos todos en la lucha por una sociedad justa e igualitaria.
La película hace denuncias que son ciertas sobre la industria petrolera y petroquímica y sobre las políticas extractivas en general y lo referido al conflicto del carbón en la zona de Perijá en particular. No discutimos la veracidad de tales denuncias e inclusive de otras que se enseñan en el documental. No estamos en contra del cine de denuncia, o en contra de las denuncias.
Los distintos escritos que nos contestan, nos asignan diferentes argumentos o ideas que no expusimos y que no son nuestras. No somos defensores del latifundio, ni alabamos automáticamente todo lo que hace el gobierno y reconocemos el derecho de los sectores populares en general y los excluidos en particular a manifestar y a luchar por sus reivindicaciones de todo tipo.
De las observaciones realizadas hacia nuestro editorial, cuestionamos la forma y el método de discusión. Y también la necesidad de clarificación acerca de la interpretación sobre cómo se presenta al presidente Chavez. Y no nos referimos a que Chavez no pueda ser criticado (claro que puede ser criticado!). Nos referimos al contenido esencial del documental, porque al leer todos los textos de quienes lo defienden, no observamos unanimidad acerca de si se trata de un llamado de atención al Presidente o si se trata de caracterizarlo como de alguien que traiciona al pueblo. No es una menudencia ya que, en cualquiera de los dos casos, cabría la discusión politica amén del análisis sobre la forma en que se utilizaron los recursos cinematográficos
El trailer suministrado por los autores de la película y que sin censura alguna publicamos en ENcontrARTE, muestra primero a un Chávez enboinado con un discurso revolucionario encendido y a continuación a otro Chávez encorbatado dándole la bienvenida a las transnacionales petroleras. Esa es, en realidad y según entendemos muchos, el resúmen y esencia de toda la película. Ese es el claro mensaje. Si entendemos mal que se explique y se debata.
Si la película no tiene ese mensaje, nos agradaría fraternalmente analizar los detalles de la misma y el porqué se incluyeron tales o cuales imágenes.
Pero si así fuera el mensaje, el de Chavez con dos caras, tampoco lo objetamos.
NO LO CENSURAMOS.
NO CUESTIONAMOS EL DERECHO DE NADIE A MANIFESTAR SUS POSICIONES Y PROCLAMARLO A LOS CUATRO VIENTOS.
ACEPTAMOS LA CRÍTICA HACIA NOSOTROS Y HACIA TODOS. NO HAY INTOCABLES
NO CUESTIONAMOS QUE SE MUESTRE AL CHAVEZ ENBOINADO
NO CUESTIONAMOS QUE SE MUESTRE AL CHAVEZ ENCORBATADO
Insistimos: si así fuera el mensaje, aunque no lo objetemos, marcamos nuestra diferencia.
Y esa no sería una diferencia política menuda.
Y como hablamos de una película que hemos promocionado y seguimos difundiendo a pesar de las diferencias, deseamos hablar de los errores e incongruencias que, según nosotros, tiene la misma.
Donatella y Raul
26 de marzo 2005