No afirmaré que esta película tiene malas intenciones (aunque tampoco lo descarto) Hay que decir, sin embargo, que de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno. "Nuestro petróleo…" tiene el defecto característico de la ultraizquierda: de causas y problemas reales infiere efectos y soluciones falsas. Ello se debe a su escasa capacidad de análisis político: abusa de banalidad, de superficialidad, ve los asuntos desde una perspectiva unilateral, bastante pobre en el sentido político. Por eso está imposibilitada absoluta e históricamente para dirigir algún proceso revolucionario. Con el perdón de sus realizadores, digo con toda responsabilidad que la película es una sucesión de piraterías, lo que trataré de demostrar con argumentos concretos antes de hablar un poco de pura política:
Piratería 1: "La Nueva PDVSA no le da empleo al pueblo". Como trabajo en la corporación desde diciembre de 2002, he podido notar como más de un demagogo plantea que PDVSA puede solucionar en buena parte el terrible drama del desempleo. Basta con que usted se plante ante los portones para que venga mamá PDVSA y le dé trabajo. Es un engaño, una percepción de la vieja PDVSA vista desde afuera: la PDVSA superdotada que todo lo puede. En Venezuela hay alrededor de millón y medio de desempleados, por lo que la capacidad de absorción de esa masa que puede aportar en este momento la empresa petrolera es bastante inferior al 0.5%. Es decir, bastante menos de 7.000 empleos, lo cual estaría bien lejos de bajar el índice ni siquiera en un dígito. El problema del desempleo es estructural, típico de un país donde la empresa que produce el 75% del ingreso nacional emplea sólo alrededor del 0.3% de la población activa. Tardaremos algunos años en eliminar totalmente el desempleo, porque esto se vincula a un fuerte y progresivo crecimiento de las inversiones productivas. Entre tanto, pienso que nuestro gobierno debe instrumentar algunas medidas que permitan paliar la preocupante situación de los desempleados y sus familias, como, por ejemplo, un sensible reordenamiento y una notable extensión del seguro de paro forzoso.
Sin embargo, es de hacer notar que la Nueva PDVSA está mirando de otra manera su relación de trabajo con las comunidades aledañas a sus áreas para generar beneficios, por supuesto dentro de un proceso que apenas se inicia, no exento de dificultades e imperfecciones, pero que está bien definido a futuro. Por ejemplo, en junio de 2003 se entregaron en Yagua créditos por 543 millones de bolívares a través de 20 gandolas para el transporte de gasolina y lubricantes, las cuales son manejadas por siete cooperativas que involucran a 200 familias de la zona, A nivel nacional están registradas en PDVSA más de 250 cooperativas dirigidas a prestar servicios en las áreas de limpieza de instalaciones, mantenimiento de áreas verdes, elaboración de alimentos para comedores, latonería y pintura, asistencia médica y confección de uniformes, así como otras actividades. Igualmente PDVSA espera invertir 300 millardos de bolívares tanto en la contratación de pequeñas y medianas empresas como de cooperativas.
La lucha interna en PDVSA por derrotar los males del pasado es continua y difícil. Con respecto a estas contrataciones de servicio, el Ministro y presidente de PDVSA Rafael Ramírez, el mes de noviembre de 2004 en El Palito, en un encuentro cara a cara con los trabajadores, dijo lo siguiente:
"…hay otra corrupción, que, además, es una traición al sentimiento de nuestro pueblo. Aquí no se puede seguir contratando a las empresas golpistas, a quienes pararon la industria petrolera. No es posible que a estas alturas, en la Nueva PDVSA se sigan sosteniendo contratos millonarios con empresas que no dudaron en entorpecer y sabotear nuestras actividades petroleras en diciembre de 2002. Esa es una línea que vamos a bajar: hay que impedir, de una vez por todas, que las empresas golpistas sigan teniendo actividades medulares de nuestra industria en sus manos. Eso se tiene que acabar y ustedes nos tienen que ayudar, el movimiento obrero, el cuerpo gerencial, trabajadores y empleados. Debemos combatir y denunciar estas prácticas, para hacer otro acto de justicia. Esas actividades que ayer estaban concentradas en un pequeño grupo de empresas tienen que ser entregadas a los trabajadores, tienen que ser entregadas por la vía del cooperativismo, tienen que ser entregadas, por la vía de nuevas empresas que conformen los trabajadores, para prestarle servicio a nuestra industria petrolera. ¿Hasta cuándo vamos a aguantar que una élite sea la que maneje todos los contratos de Petróleos de Venezuela? Por eso necesitamos la colaboración y la participación de todos ustedes"
Es fácil notar acá que al interior de PDVSA se está dando una lucha de culturas, de paradigmas. Es parte de la natural lucha de clases que se libra por doquier, y que se refleja tanto al exterior como al interior del proceso revolucionario. Es una lucha muy compleja, que no acepta reduccionismos ni pataletas infantiles. Una lucha paso a paso, en cada rincón, en cada área, que necesariamente requerirá tiempo (constancia y más constancia, paciencia y más paciencia, trabajo y más trabajo), así como el esfuerzo de mucha gente a distintos niveles. No es una tarea de la Junta Directiva, sino de todos los trabajadores. Es una lucha que no acepta el dominio de los clichés, de las frases hechas, de los fundamentalismos. Es una lucha que no puede ser breve y cuyo desenlace definitivo no está tan cerca. Pero además pasa por la dificultad de que debe darse sin afectar la productividad de la industria. PDVSA está obligada, mientras se debaten los cambios, a seguir explorando, extrayendo, transportando, refinando y comercializando hidrocarburos, porque en ello va la vida del pueblo y de la Patria, van las misiones, van las viviendas, van las carreteras, va la defensa nacional. Tal como plantea la brillante metáfora de Félix Rodríguez, directivo de PDVSA, que podría ser aplicada a todo el país: hay que cambiar los cauchos con el vehículo rodando. Es, pues, un combate arduo que no puede ser despachado con radicalismos banales, sino que requiere sabiduría, profundidad en el análisis, planteamientos tácticos de alto calibre, honestidad intelectual, coraje para enfrentar tanto el pensamiento derechista que trata de frenar los cambios como el pensamiento ultraizquierdista que pretende saltar las etapas, desconociendo las realidades objetivas, la situación de correlación de fuerzas, las necesidades globales de la nación, la necesaria maduración de los procesos que se van desarrollando en la terca realidad.
Algo más, muy importante, que ha dicho el ministro-presidente en esa ocasión:
"Ahora resulta que pasados dos años de derrotado el sabotaje, una cantidad importante de trabajadores que se ofrecieron voluntariamente, que dieron todo su esfuerzo por derrotar el sabotaje, para la Corporación no son aptos, no tienen la edad o no pueden estar aquí. Todos aquellos trabajadores que ofrecieron su mejor esfuerzo, que expusieron puestos de trabajo, que incluso perdieron sus puestos de trabajo, que se pusieron contra sus propios patrones y a disposición de nuestra industria petrolera, deben estar dentro de la industria, no afuera. No pueden venir ahora conque son excluidos por la edad o porque no son aptos".
De manera que hay conciencia en PDVSA de este problema de exclusión y se está actuando para irlo resolviendo. Otra verdad que el simplismo de la película no deja ver.
Piratería 2: "En la Nueva PDVSA se venden los puestos de trabajo". Ciertamente, durante muchos años la venta de puestos de trabajo ha sido una de las grandes fuentes de corrupción en la industria, con importante implicación de los sindicatos. La Nueva PDVSA, y esto lo oculta el documental, está haciendo esfuerzos concretos para superar esa situación. Ya en la discusión del Contrato Colectivo fue ampliamente debatida la cláusula 69, y se introdujo cambios y nuevas fórmulas para resolver lo atinente a la contratación de personal. Es conocida la investigación que se dio en PDVSA Occidente en torno a hechos de corrupción, donde la venta de empleos jugó papel importante, y que desembocó en el despido de 30 gerentes. Por supuesto, en una empresa tan grande y con volúmenes de ingresos de gran magnitud, la permanente posibilidad de que ocurran hechos de corrupción obliga a la vigilancia constante y a seguir diseñando mecanismos que ayuden a la transparencia y al manejo pulcro de los recursos, a la contraloría social.
Volvamos a la intervención del ministro en El Palito, cara a cara con los trabajadores:
"Para que podamos hablar verdaderamente de la Nueva PDVSA, tiene que haber una nueva relación ética con la sociedad. ¿Qué significa eso? Sabemos que aquí ese problema no nos atormenta tanto, pero hay otras regiones donde tenemos que lanzar una consigna de combate a la corrupción. Dentro de PDVSA se tienen que acabar los vestigios y las señales de corrupción que estamos viendo en toda nuestra organización. Existen varios tipos de corrupción. Existe, por supuesto, la evidente, donde a fuerza de asignaciones directas siempre se favorecen con contratos mil millonarios las mismas compañías y los mismos trabajos, con el argumento de la contingencia. Ya la contingencia pasó, pero en algunas regiones se siguen asignando a dedo contratos de miles de millones de bolívares, en lo que evidentemente es una desviación de lo que debe ser una gestión transparente.
Vamos a combatir la corrupción con todos los mecanismos que nos da la ley, los mecanismos de control, todo lo que está establecido en nuestra legislación, que la vamos a reforzar. Y lo más importante, con la vigilancia de los trabajadores y la vigilancia de los gerentes. Todo el mundo sabe qué hechos de corrupción existen en nuestra industria, qué mecanismos se están violando, qué conductas no son apropiadas, qué grupos están tapando ilícitos o actuando con poca transparencia en nuestra gestión. Esa es la corrupción más evidente, la vamos a combatir implacablemente y para eso vamos a tener el concurso de todos los organismos del Estado, tal como expresó el Presidente Chávez"
El reconocimiento del problema, las medidas tomadas en occidente, las nuevas previsiones del Contrato Colectivo y el llamado a la acción colectiva de control, son parte de la lucha activa de la Nueva PDVSA contra la corrupción, hechos ignorados por el documental de marras.
Piratería 3: "La Nueva PDVSA daña el ambiente". Uno de los planteamientos justos que se están haciendo en torno a PDVSA, hay que decirlo. Lástima que el documental lo presente de manera tan incompleta y superficial. En mi opinión la justa lucha que libran los ecologistas y ambientalistas en este terreno puede más bien salir perjudicada cuando la inmiscuyen en una diatriba política donde el infantilismo de izquierda trata de sacar provecho para sus tesis unilaterales y carentes de estudio, de análisis serio.
La industria petrolera y petroquímica es de las más contaminantes del mundo. Muchos ámbitos y personas han sufrido las consecuencias de derrames, emisiones tóxicas, contaminación del aire provocada por derivados del petróleo. Lamentablemente, esta fuente de energía altamente contaminante prevalecerá aun por mucho tiempo.
En mi opinión, esta es una deuda que tiene PDVSA, pues considero que hay que hacer más esfuerzos para amainar los costos ambientales de la operación de la industria, sin desconocer que ha habido trabajo en ello, pero no suficiente. Sin embargo, se trata de una deuda heredada, lo cual no nos exime de afrontarla con mayor insistencia. Creo que debería abrirse un debate nacional serio y descarnado sobre este tema acuciante. Lo ideal sería que la propia PDVSA lo propusiera al país. Un debate franco, solidario, revolucionario, sin torquemadas queriendo resolver un asunto tan importante y difícil con posiciones simplistas. Tiene que estar claro que estos problemas no pueden ser resueltos de la noche a la mañana, pues implican consideraciones complejas de alta tecnología y procesos que necesitan tiempo para ejecutarse. Vuelve la dificultad de la metáfora: hay que cambiar los cauchos con el carro rodando. El método se ha perfilado en la reciente situación del Zulia, donde Corpozulia y Carbozulia han iniciado un diálogo con las comunidades afectadas por la explotación del carbón: el pueblo tiene el deber y el derecho de movilizarse para reclamar sus derechos y exigir ser escuchado. Los entes tienen el deber de privilegiar el diálogo, la participación y la consulta. En la nueva Venezuela se ha desterrado la represión como fórmula principal para dirimir las luchas populares. El mismo documental, apelando a un método un tanto bufo y escandaloso de "cámara escondida", lo que muestra es diálogo, reuniones. La Fuerza Armada no aparece reprimiendo, sino hablando con la gente. La validez de sus argumentos, como en cualquier otro caso, puede ser discutida, pero debe reconocerse su nueva ética, su nueva capacidad de cambiar balas por palabras. Me sorprende que alguien diga que a los ambientalistas en Venezuela los persiguen y los tildan de terroristas. Que alguien me diga si hay algún ambientalista asesinado, preso o torturado por nuestro gobierno. Si en algún momento hubo la equivocación o la imprudencia de un funcionario, esto no puede ser tomado jamás como la norma: es una mentira, una manipulación. Propongo no tener miedo a este debate y tomar muy en cuenta las observaciones y críticas de los ambientalistas, los ecologistas y las comunidades.
Piratería 4: "El contrato colectivo y los planes de la Nueva PDVSA deben ser discutidos por la base". Así suena muy bonito y queda complacida la galería de los ultraizquierdistas. Aparece allí el compatriota y compañero Alberto Morantes tomando deseos por realidades. Nadie duda que en el fondo del problema la idea es justa y razonable. Sin embargo, habría que hacer algunas precisiones. No me satisface en absoluto la situación del movimiento sindical de PDVSA, aunque conozco también el alto grado de consciencia de los trabajadores petroleros porque he hablado con muchos de ellos en las áreas, cara a cara. Me molesta, por ejemplo, la multiplicidad de sindicatos. Lo ideal sería la existencia de un solo, fuerte y revolucionario sindicato petrolero. Sé que en el movimiento sindical petrolero persisten muchos vicios del pasado…¿dónde no?. Sin embargo, muchos críticos de esa situación en PDVSA han trabajado muy poco, no sólo por la unidad de los trabajadores, sino por conquistar espacios en la base obrera. Si yo pretendiera ser líder de los obreros, dejaría mi oficina y me iría a trabajar en los campos (lo digo porque Alberto declara desde una cómoda oficina, si no me equivoco) Son los propios trabajadores los que deciden quiénes son sus representantes, y quienes discutieron el contrato colectivo son sus representantes escogidos en elecciones democráticas.
Para mí sería maravilloso que los líderes obreros de PDVSA fuesen todos revolucionarios marxistas, pero esa no es la realidad, y no estoy diciendo con esto que los actuales dirigentes sindicales sean contrarrevolucionarios. En la historia del movimiento obrero los grandes líderes sindicales han salido de sus propias filas, gente que se parte el lomo con ellos, que los conoce bien, que los interpreta, y no políticos pontificando desde afuera y hablando en nombre de ellos sin ser parte de ellos, ni en lo material ni en lo espiritual. Para que haya verdadera discusión por la base, es imprescindible la organización y la representatividad. El ultraizquierdismo suele confundir participación con horizontalidad. Las organizaciones humanas combinan lo horizontal con lo vertical, la participación con la representatividad (por eso las tribus tienen caciques), la masa con el liderazgo. Por eso la participación de la base obrera no es un juego de niños. Debe ser producto de un proceso de organización colectiva que aun está en ciernes, como en toda Venezuela. Si la base no participa al amparo de una fuerte organización, podríamos tener un atajaperros ineficaz y contraproducente, y muchos oportunistas pescarían en río revuelto. ¿Se imaginan los realizadores de esa película lo que sería una discusión desorganizada por la base de un Plan de Negocios de una empresa como PDVSA? ¿Ignoran lo complicado, delicado y cambiante que es este negocio? ¿Soportaría la industria una discusión asamblearia, interminable, entre miles de asambleístas sometidos a la diatriba entre numerosos grupos con ansias de poder, queriendo imponer sus puntos de vista, mientras en todo el mundo nuestros competidores hacen sus propios planes y nos ganan terreno mientras nuestros aspirantes a gerentes y nuevos jefes se despedazan a mordiscos ante la base obrera desorganizada? En realidad, entretanto surge y se desarrolla un verdadero liderazgo nuevo, en un proceso que no dará resultados mañana por la mañana, los sindicatos tienen que jugar su papel y los dirigentes de la corporación tienen que presentar planes de negocios. Otra vez: cambiar los cauchos con el carro rodando. Por otra parte, el nuevo contrato colectivo presenta avances sociales que sin ser ideales son lo que el grado de organización de los trabajadores permite. Por eso la inmensa mayoría de los trabajadores petroleros lo han aceptado y se encuentran trabajando con denuedo para que PDVSA opere y podamos seguir obteniendo los recursos para que Venezuela y sus avanzadas políticas sociales sigan progresando. En cuanto al actual Plan de Negocios de PDVSA, lo conozco y sé que en su base y en su formulación está vinculado con fuerza a vitales proyectos de desarrollo endógeno. Es un plan muy avanzado con relación a planes anteriores y toma en cuenta tanto necesidades de la corporación como necesidades del proyecto de país.
Piratería 5: "La Nueva PDVSA hace negocios antipatrióticos". Si en algún campo es patente la superficialidad de la película, es en el que se refiere a los acuerdos y negocios internacionales de PDVSA. El petróleo está en el centro de la confrontación política mundial. Y aquí tenemos que entrar en otras complejidades. La principal contradicción estratégica en el mundo actual es entre el imperialismo norteamericano y sus aliados, por un lado, y los trabajadores desposeídos del planeta, por el otro. Esta contradicción sólo se resolverá con el advenimiento del socialismo y la derrota del capitalismo (estamos preparando un trabajo especial sobre este asunto, para contribuir al debate sobre el socialismo del siglo XXI) Desde el punto de vista táctico, la contradicción principal es entre unilateralismo y multilateralismo. Esta última posición es la que corresponde a los trabajadores y a sus aliados tácticos. Gobiernos como los de los países europeos que defienden posiciones independientes en ese continente, como el de China, como el de Rusia, como el de España, como el de Argentina, como el de Brasil, como el de Uruguay, como el de Canadá, son aliados del movimiento revolucionario en ese combate de índole táctica, a pesar de las contradicciones secundarias que tengamos frente a algunos de ellos y de las propias contradicciones que se viven al interior de esos países, pues la derrota definitiva del imperialismo norteamericano y la futura implosión revolucionaria del propio pueblo de los Estados Unidos, pasan por el triunfo del multilateralismo, por el debilitamiento del poder hegemónico del imperio. En esa batalla, el petróleo juega un papel fundamental y en ello entra el fortalecimiento de los países productores de petróleo frente a las metrópolis consumidoras. En ese juego complejo de contradicciones, que se mueven como anguilas en un mar agitado, y donde los grises predominan sobre las simplificaciones en blanco y negro, Venezuela juega un papel fundamental. Un experto petrolero me decía hace poco que en la situación actual, el petróleo no es de izquierda ni de derecha. Desde el punto de vista estricto del comercio de los hidrocarburos, la contradicción principal es entre países productores, dueños del recurso, y países consumidores. Por eso es que en la mesa de la OPEP se sientan países con regímenes tan disímiles como Arabia Saudita e Irán, o como Venezuela e Indonesia. Y dentro de esas complejidades, Venezuela no puede ni debe "autobloquearse". Las asociaciones, por ejemplo, con algunas empresas privadas transnacionales (que en perspectiva son mucho menos fuertes que las empresas estatales), nos serán útiles para incrementar, por decir algo, nuestra capacidad de producción que deberá acercarse a 5.000.000 millones de barriles diarios en pocos años si queremos ser competitivos y para que Venezuela pueda seguir jugando su vital papel en las luchas revolucionarias por el multilateralismo. Por otra parte, el infantil argumento de que debemos cortar nuestros suministros a los Estados Unidos porque estos los usan para bombardear a Irak es un planteamiento de un patético absurdo. Bajo esta "lógica", tendríamos que cortar nuestras relaciones comerciales con importantes países que apoyan a los Estados Unidos en sus políticas, como Inglaterra, Italia, Polonia, Japón, Arabia Saudita y muchos países de América Latina. Este autoaislamiento sería un crimen contra los intereses del multilateralismo y por tanto contra los objetivos tácticos del movimiento revolucionario mundial. Muy otra cosa sería si el imperialismo nos agrede directamente, porque estaríamos entonces en una situación de guerra directa entre dos naciones. Desde que nuestro gobierno se empeñó en la recuperación de la OPEP, con un éxito resonante, nuestras políticas energéticas internacionales han sido básicamente correctas y han fortalecido nuestra presencia en el mundo, lo que es una gran contribución a la lucha contra los intentos del imperio de aislarnos y satanizarnos internacionalmente. Esto sin dejar de señalar acciones concretas para la defensa de nuestros intereses ante la multiplicidad de nuestros socios comerciales en el área petrolera, como la diversificación paulatina de nuestros mercados y el ajuste de las regalías petroleras de las empresas extranjeras, del 1% al 16.6%.
Los revolucionarios que estamos en la Nueva PDVSA luchamos permanentemente contra la cultura y los paradigmas del pasado. Lo hacemos sin aspavientos, con nuestro trabajo diario imbuido de nuestra ideología, con nuestra palabra, con nuestro apoyo a las posiciones transformadoras auténticas. Lo hacemos con profundo afecto y respeto por nuestra principal industria, activos en su defensa, conocedores como somos de la importancia vital de una PDVSA sana, operativa, productiva en este momento crucial de nuestra historia. Aquí, como en cualquier parte, privilegiamos el método que podemos definir como "unidad dentro de la lucha y lucha dentro de la unidad", sobre todo ante el colosal y principalísimo enemigo que tenemos enfrente: el imperialismo norteamericano. Estamos tratando de cambiar los cauchos con el carro rodando.
La película "Nuestro Petróleo y otros cuentos" es parte del debate de tendencias en el aun incipiente proceso revolucionario venezolano. El principal enemigo del pueblo al interior de la revolución es la derecha burocrática y corrupta que anida en algunas instancias del Estado, con importantes cuotas de poder, así como también en las organizaciones políticas de los factores del cambio. Al interior de las instituciones, de los partidos y organizaciones, se da la lucha entre los revolucionarios y la derecha burocrática. Igualmente los revolucionarios socialistas, marxistas, estamos en lucha contra las desviaciones de ultraizquierda, contra el infantilismo. La derecha y la ultraizquierda al final se unen como ángeles en un retablo. Ambas tendencias son burocráticas, pues desconocen el papel del pueblo y por lo tanto no representan los verdaderos intereses de los trabajadores. En el largo y sinuoso camino de la liberación, la derecha pone obstáculos para impedir el avance y la ultraizquierda propone atajos que no llevan a ninguna parte que no sea el fracaso. El pueblo, con su paciencia y sabiduría, saltará por encima de los obstáculos y seguirá por el camino correcto, largo, arduo, pero enfilado hacia la victoria.
Quienes atacan a nuestro líder y al proceso revolucionario, tomando las partes por el todo, viendo los árboles y no el bosque, confundiendo sus deseos con la realidad, queriéndolo o no, arriman agua al molino de la contrarrevolución.
El pueblo venezolano reafirma cada día su afecto y su respeto por Hugo Chávez Frías, líder indiscutible de la revolución venezolana, y su aprecio por el novedoso proceso transformador y dignificador que vive la Venezuela contemporánea. Esto lo acompaña, por supuesto, con su persistencia en movilizarse y luchar contra los enemigos externos e internos, contra la derecha burocrática e indolente en el seno del proceso revolucionario, contra los radicalismos infantiles ajenos a su historia y a su esencia como pueblo y por la participación protagónica y la paulatina conformación del poder popular.
24 de marzo de 2005