Publica La Ventana de La Casa de Las Américas un fragmento del último discurso de Bush en la celebración de los dos años de guerra en Iraq, en ese discurso menciona varios “logros”de la política bélica que han desplegado en el Medio Oriente, pero el cinismo alcanza el paroxismo cuando dice que: “Sólo el fuego de la libertad puede purgar las ideologías de la muerte, dándole esperanza a aquellos que quieren vivir en libertad".
Resulta que ahora se destapa como sumo sacerdote de la secta satánica de los templos del templos del Pentágono y la Casa Blanca, allí eleva los brazos frente a la piedra del sacrificio y lanza a la pira 100.000 cuerpos en ofrenda, para avivar la llama sagrada del capital.
Está exorcizando al planeta con los sahumerios de calentamiento global; su justicia es divina y en las cárceles Abu Grahib y Guantánamo ha sembrado el infierno a donde él, Dios en cuerpo, envía a las almas impías y les somete a los martirios más terribles. Su ira no reconoce límites, ni de orden jurídico, ni humanitario.
Tiemble el orbe, el terror divino ha hablado por la boca del presidente de los Estados Unidos y ha dejado en claro que alzará la espada letal, con la que ha destruido pueblos y arrasado ciudades; habla por la boca de sus cañones, que escupen el fuego de la libertad con el que amenaza consumirnos.