En medio de esta batalla, el Poder Judicial anuncia ¡al fin! una merecida sanción a un sujeto que en uso de las miserias del periodismo, a través de una foto montaje de importante tamaño, expuso al vilipendio a seis mujeres eficientes y firmes que representan los poderes públicos, exhibiéndolas como cabareteras sin el menor respeto a su dignidad en el plano humano, social y político. Apostando solo a descalificarlas en su desempeño laboral.
Repugnante acción y bien lejos del ejercicio profesional del periodismo porque rebasa toda norma en su área, cuando el responsable sin ser periodista, enmarcado sólo en hechos delincuenciales como lo registra su prontuario y prisión en la cárcel de Tocuyito, utiliza su medio de comunicación, entre otras cosas, hechas públicas por el mismo, para dar cabida en sus páginas a reconocidos delincuentes y pranes de cárceles. En el caso que nos ocupa, hizo a un lado normas, reglas correspondientes con el fin de llevar a cabo acciones orquestadas contra las instituciones del Estado.
Ante estos hechos, era imperativo aplicar normas contenidas en el Código Penal, por cuanto en la referida ilustración, se incita públicamente el odio hacia las funcionarias, y al mismo tiempo a la violencia y al desconocimiento del estado de Derecho, mientras que se manipula ofensivamente en evidente desviación misógena y machista el oficio de las prostitutas en flagrante delito de violencia de género. Ante lo cual el Ministerio Público acuso y pidió al juez sanción correspondiente que concluyó en la decisión de prohibir la circulación del incriminado medio.
Como de costumbre los incriminados salen con el llantén que “la prohibición de circular viola la libertad de expresión” y que “se incrementara más la autocensura” y que “se trataba del humor”…
Lo que debería incrementarse en sus mentes, es la auto ética, y grabarse: que “El periodista no deberá deformar, falsear, alterar, tergiversar o elaborar material informativo impreso o audiovisual, cuya divulgación o publicación resulte denigrante o humillante para la condición humana”.
Si se velara por el cumplimiento correcto del código de ética y las leyes penales correspondientes antes hechos de tal gravedad, no se atreverían a descalificar a las funcionarias del Estado en su condición de mujeres, ni en todo que lo que ello entraña, como madres, compañeras, hijas, hermanas, novias. En fin, la mujer y su significación real.
Y si de “ chanzas” se trata, como alegan y alegan, deben aprender a diferenciar lo que es el regocijo y la chispa inteligente del creativo humor periodístico, del grotesco afán de irrespetar, lastimar. En otras palabras, lo que pretenden es meter más que gato, zorros por liebres.
Cobra mayor fuerza lo afirmado en su momento por el ex presidente Lula, y que está a la vista de todos: una libertad de expresión que raya en libertinaje.
Mira tú pues, a aquellos periodistas que antes presumían de progresistas, y hoy, son capaces de defender tal degradación. En vez de apreciar el avance y logros de la mujer en todos los campos en este proceso revolucionario No solo de las ejecutivas, sino de la mujer sencilla, la profesional en toda disciplina. La mujer de Venezuela adentro, que hoy está incluida participando y protagonizando su propia historia.
Que esta acción está orquestada con la oposición, queda al descubierto por la solidaridad automática de sus diputados en defensa del editor y de todos los incursos en la abominable práctica, en la ocasión de exponer sus oportunistas discursos, unos más absurdos que otros, y que no venían al caso, ante la recia y fundamentada intervención de los diputados bolivarianos.
Será esta la antepenúltima o penúltima bellaquería de la oposición, ya que ellos actúan como si están en una sociedad sin normas. En plena anomia pues. Pero fíjense que no. “Dura lex, sed lex ” La ley es dura, pero es la la ley, para que respeten a la mujer venezolana o universal en todos los planos y oficios, más aún desde un 6to pasquín.
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*Periodista