Que vaina con estos escuálidos del carajo, hasta para hacer un censo hay
que matarse con ellos. Inventan cada mentira que da miedo, pero lo peor
es que encuentran siempre una manada de gafos que se las tragan.
La masa escuálida en lugar de hastiarse de tanta mentira develada,
incrementa su apetito por estas. Al igual que los adictos a la droga,
andan por las calles con un temblor en el cuerpo y una ansiedad
insoportable a la espera de una nueva mentira contra Chávez que les calme
el espíritu.
Siempre hemos dicho que Dios nos dio petróleo, gas, oro, acero, ríos y
muchas otras riquezas, pero también nos dio escuálidos y con ello nos
echó una tremenda vaina. A lo mejor con menos riquezas, pero menos
escuálidos viviríamos mucho mejor.
Ahora, no crea usted que esto es un problema nuevo, los escuálidos tienen
siglos echando vainas. Ya José Antonio Páez, que era más escuálido que
Ismael García, nos demostró como eran, como son y como serán a lo largo
de la historia.
Es que la peor desgracia que puede sufrir una nación es contar en su seno
con un mollejero de escuálidos. Ellos entienden por oposición hacer hasta
lo imposible para que nada funcione, sabotear cualquier acción emprendida
por el que sea que intente brindarle un beneficio al pueblo y mal poner
el país por donde quiera que pasen.
Nada les gusta, a todo se oponen. Hasta los bombillos ahorradores les
parecen un invento para expiarlos... como si no tuviésemos suficiente
con las pendejadas que hablan y hacen en público para ponernos a
expiarlos dentro de sus casas.
Lo que si les agradó siempre fueron las acciones y políticas emprendidas
por aquellas "luminarias patriotas" llamadas Rómulo Betancourt, Jaime
Lusinchi, Carlos Andrés Pérez, Rafael Caldera y otros escuálidos que
fueron autoridades en nuestro país... con ellos sí eran felices.
Busque usted en su memoria, amigo lector, una sola acción emprendida por
el gobierno de Hugo Chávez, en los últimos doce años, que contara con el
respaldo o que no fuera saboteada por los escuálidos. Ni una sola
encontrará, primero muertos que hacerle un bien a la patria... Lo de
ellos es joder y joder.
Volviendo l tema que originó esta nota, no puede entonces sorprendernos
que estén intentando sabotear el censo. No serían escuálidos sino lo
hicieran. Esa actitud forma parte de la esencia del escualidismo...
carajo de esos que no eche vaina y no hable paja, es sospechoso.
Como diría mi tía abuela Auxiliadora, no tienen compón. Lo que resta es
trabajar duro para infringirles una derrota más y lograr sacar el censo
adelante… Que cada quien los observe y vea hasta donde llega su locura y
odio.
arellanoa@pdvsa.com