El formato educativo extra cátedra o extra escolar, en el cual nos hemos formado sociológicamente dentro del seno de las familias venezolanas y en el resto de las sociedades integradas por seres humanos en el planeta tierra; también conocido en los estudios de pedagogía con el nombre de: “Currículo oculto”, históricamente ha utilizado al “Miedo” como una asertiva herramienta psicológica y sociológica como estrategia educativa para moldear la conducta de los jóvenes en su ámbito familiar; en la pre historia los patriarcas y las matriarcas de creencia totémicas inculcaban a sus hijos “El miedo” a los diversos dioses en los que creían; cuando se inventa la escritura e inicia la historia, los seres humanos ideológicamente crean conceptos religiosos filosóficamente llamado “Ciencias teológicas” encargadas de investigar o estudiar al “Cristianismo”, el “Islamismo o musulmanismo”, el “Judaísmo” y el “Budismo” entre otras creencias; todas estos conceptos doctrinarios, han utilizado al “Miedo” como estrategia para controlar las indeseables conductas de las personas.
Mitológicamente se conceptualizó a la ganancia de la “Gloria” para el que se porta bien, es humanitario, servicial o “Buen samaritano” y enviar al infierno a todas las personas que osan practicar conductas atentatorias contra el bien estar de sus semejantes; es normal que se etiquete al que se comporta indebidamente, con el remoquete de “Diablo” y al que se dedica a hacer el bien a sus semejantes, con el calificativo de “Santo” o “Santa” y por supuesto el “Miedo” es el protagonista principal de la obra teatral llamada “Vida social”.
Este comportamiento es normal en todos los estratos sociales que integran los seres humanos; pues a través de la inculcación del “Miedo”, se logra controlar desde el desarrollo de la educación inicial familiar y escolar, las actuaciones conductuales del ser humano; en nuestras residencias hemos escuchado y oímos decir a nuestras madres para meternos “Miedo”, planteamientos como: ¡¡... Has caso porque si no se lo digo a tu papá para que te dé una paliza…! Como el niño o la niña saben lo violento y agresivo que es su padre, deja de travesear porque le tiene “Miedo” al energúmeno llamado papá; igualmente ocurre cuando es la mujer que mayoritariamente ejerce el rol de “Madre y padre”, que afectada por múltiples frustraciones, descarga en sus pequeñas criaturas graves agresiones físicas y psicológicas, que inducen a sus hijos e hijas a tenerles “Miedo”; en fin son muchas las maneras utilizadas por quienes ejercen el “Poder” sobre sus semejantes para infundirles “Miedo”; los padres, las madres, los docentes, el entorno social, la iglesia, los poderes facticos, el Estado y todo aquel o aquella que sea dotado por Dios y la naturaleza, de gran inteligencia y atributos físicos, por lo general los utilizan para atemorizar a través del “Miedo” a los seres humanos supuestamente débiles; los llamados seres humanos que logran alcanzar gran poder político y económico, usan todo tipo de imaginación para crear, objetos, medios de comunicación, entrenar animales, lavarles el cerebro a personas para transformarlas en monstros destructivos de sus semejantes, elaborar todo tipo de productos químicos y dispositivos bélicos, con el propósito de infundir “Miedo” a objeto de amedrentar, intimidar, chantajear y finalmente asesinar a quien con su valentía se atreva a oponerse a sus desmanes ideológicos conductuales.
Es relevante comprender que de acuerdo a la Psicología, el “Miedo” es una patología o conducta aprendida e inoculada a través de una desviación conceptual del proceso educativo y formativo fundamentalmente de los seres humanos; para los sociólogos y los pedagogos, el “Miedo” no es un principio ético ni moral; es simple y llanamente una disociación de la conducta humana; por tanto los modernos teóricos que epistemológicamente estudian los procesos educativos dirigidos a formar el comportamiento de la conducta humana, orientan sus teorías a demostrar que respeto y la valoración del ser humano sólo se adquiere formando al individuo con la inculcación de principios, valores éticos y morales; hay que hacer lo posible y lo imposible para orientar a la conducta del bien por encima de toda actitud dirigida a continuar a asumiendo la conducta del mal; solo así se podrá fortalecer la psiquis del ser humano, evitando que sea víctima de los apocalípticos constructores del “Miedo” y sus nefastas consecuencias.
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