La carta que el Comandante Chávez envió a la Asamblea General de la ONU es el llamado a activar el poder constituyente de los pueblos del mundo.
“Venezuela llama a la constitución de una gran alianza contra la guerra y por la paz: con el supremo objetivo de evitar la guerra a como dé lugar. Hay que derrotar políticamente a los guerreristas y, más aún, a la cúpula militar-financiera que los auspicia y manda”.
Este solo párrafo de la misiva presidencial bolivariana, reúne un consenso universal de impredecible fuerza.
Una vez más, Chávez toma la palabra en nombre de las mayorías sensatas y honradas del planeta. No cabe duda que su carta es la expresión de la conciencia humana en esta hora fatídica de nuestra existencia.
“Creo en el poder del espíritu humano. Movilicemos, entonces, todo el poder del espíritu humano: es tiempo ya. Se impone desatar una gran contraofensiva política para impedir que los poderes de las tinieblas encuentren justificaciones para ir a la guerra: para desatar la guerra global generalizada con la que pretenden salvar al capital de Occidente”.
La denuncia valiente y frontal, sin medias tintas, exalta la fuerza moral de quien ha combatido las injustas secuelas de la dictadura neoliberal desde aquél glorioso 4 de Febrero de 1992, pasando por la solitaria mano alzada de Quebec, hasta la derrota del ALCA en Mar del Plata, junto al Mariscal Kirchner y otros mandatarios.
Invoca las mejores energías para lograr la paz, porque “la humanidad se está enfrentando a la amenaza cierta de la guerra permanente”. Esa “paz asentada en el más celoso respeto al derecho internacional”, es el principal anhelo de la humanidad, porque lo contrario es avanzar a ciegas hacia la destrucción.
Destrucción que también avanza en el plano ambiental. “La humanidad está al borde de una catástrofe inimaginable: el planeta marcha inexorablemente hacia el más devastador ecocidio; el calentamiento global lo anuncia, a través de sus pavorosas consecuencias, pero la ideología de los Cortés y los Pizarro respecto del ecosistema, como bien dice el notable pensador francés Edgar Morin, los lleva a seguir depredando y destruyendo. La crisis energética y la crisis alimentaria se agudizan, pero el capitalismo sigue traspasando impunemente todos los límites”.
Este discurso está en perfecta sintonía con el clamor universal por la salvación de la especie. En ello Fidel actuó cual precursor alertando temprano del flagelo climático.
La comunicación del Presidente Chávez, leída con vos firme por nuestro Canciller, está recorriendo los caminos de la Tierra y uniendo voluntades en todas las latitudes.
Nos atrevemos a anunciar el surgimiento de un gigantesco movimiento mundial que preconiza el ideal pacifista, humanista y ecologista contenido en la carta bolivariana que Hugo Chávez ha enviado a la ONU.
Este movimiento tiene carácter constituyente originario, porque emana de la voluntad popular global de vivir en paz y salvar al planeta, y porque además, su primera y más importante tarea es refundar el Sistema de Naciones Unidas sobre bases democráticas, con un marcado acento participativo y protagónico de las autodeterminaciones nacionales en procura de establecer el equilibrio universal.
Una nueva humanidad es posible y necesaria. Empecemos la marcha para conquistarla.
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