La concepción que domina la estructura curricular y el pensamiento del mundo académico de la medicina responde a los esquemas del mercado: oferta y demanda en la que desaparece el humano-Paciente y es sustituido por el cliente-consumidor, predominando en sus egresados la mentalidad de emprendedores o accionistas de la medicina.
Abogamos por una acción del Estado que transforme la estructura curricular de los centros de formación (universidades-hospitales). Estas deben tener una profunda valoración de la ética y la bioética, principios y valores sobre la base de la justicia e igualdad de los seres humanos, un quiebre de la visión capitalista.
El pueblo sabía que la burguesía y sus medios no dejarían pasar la oportunidad para arremeter contra las nuevas generaciones de médicos formados por la Revolución fuera de los claustros medievales de las universidades ¿autónomas?
Hemos debido desarrollar una poderosa campaña informativa y de conciencia que inmunizará a la población contra el veneno mediático de las fuerzas retrogradas de la oposición.
Nuestra comunicación responde a la visión curativa de la medicina, la prevención esta ausente, ahora nos toca aclarar, explicar (curitas)
La Revolución está en la obligación de dar una respuesta enérgica e implacable; está en juego la salud del pueblo, la educación y conocimiento científico de nuestras médicas y médicos Integrales Comunitarios.
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