Al oír eso me despierto sobresaltado, mi corazón fue recobrando la normalidad y las palpitaciones cesaron, poco a poco fui recordando mi sueño.
En él, oí la voz del Libertador, el Padre de la Patria está triste, aún piensa que ha arado en el mar, no obstante los mejores esfuerzos que se han hecho en los últimos 11 años, así me dijo.
___ ¿Y por qué está usted desmotivado mi Libertador? - le pregunte - , sus enormes ojos que escudriñan hasta el tuétano me miran incrédulos, ¿no te has dado cuenta de cómo me alaban y enaltecen con sus palabras y me humillan con sus actos?, o acaso, ¿no te has dado cuenta que algunos hasta me ignoran y otros hasta se burlan de mi con su apatía, anarquía, individualismo, egoísmo, falsedad, ausentes de los problemas que aquejan a la República e indolentes llenos de maldad?.
Me sentí muy pequeño ante este gigante salido del más allá, busqué en este mundo moderno todo lo expresado por El Libertador y ¡ay!, allí frente a nuestros ojos está, se ha convertido tan normal que pasa desapercibido ante nuestra presencia.
--- Mira allá, - me dijo -, dirijo la mirada hacia donde me señala y veo que hoy 17 de diciembre, día de su muerte, donde se debe enarbolar la bandera por ser día de fiesta Nacional, la gran ausente en toda la dimensión de la enorme comunidad que estoy viendo (Del noroeste de la ciudad), precisamente es la gloriosa BANDERA Nacional con sus tres colores y sus ocho estrellas, símbolo y recordatorio de las gestas heroicas de nuestros Libertadores y principalmente de Simón Bolívar.
___ ¿Qué pasa amigo?, ¿el pueblo olvidó el sacrificio de los Libertadores para darle paso al olvido?, ¿dónde quedan las raíces que este pueblo llamado Venezuela tenía?, ¿dónde está ese ciudadano respetuoso que al escuchar el himno nacional se detenía y asumía una postura marcial hasta que el himno cesara?, desde mi sepulcro observo que para el ciudadano de ahora, ¡ya no es importante?.
Absorto, observo como El Libertador levanta sus dos manos al cielo y en posición de absoluta humildad expresa: “Padre nuestro que estás en el cielo, ¿será un pueblo capaz de crecer si olvida o pisotea sus raíces?”.
A medida que pasan las horas más pequeño me siento, el nudo en mi garganta me impide expresar cualquier palabra, controlo mi respiración para evitar que el corazón se me salga del pecho y sigo observando y escuchándolo.
--- ¿Qué le sucedió a este pueblo, mi pequeño mortal?, no se parece al de las “Queseras del medio” o al de “Carabobo”, “Boyacá”, “Junín”, “Ayacucho” o “La Victoria”, aquellos fueron aguerridos, no importaba si la lanza venía hacia ellos, mil pechos se ofrecían en favor de la República, honestos, honorables, sin miedo, con una meta clara y bien trazada, recuerdo a los estudiantes en La Victoria, imberbes, joviales, niños en su mayoría, pero hombres y mujeres en su gallardía que fueron capaces de vencer al sanguinario José Tomás Boves, el asturiano terrible, “La Cólera de Dios” como lo llamó el Libertador, ahora observo que sólo buscan placeres, destrucción del ambiente, andan tras eso que llaman LA TECNOLOGÍA, que los embrutece, los aliena y ocupa sus pensamientos y sin embargo, siguen tras ella, brutos y ciegos, aman la anarquía, la bulla insoportable, lo vano, lo artificial, los antivalores.
___ Pero Libertador, - le dije -, ¿acaso no es progreso lo que acontece en nuestro país?, las misiones que dan beneficios al pueblo, hay más información, el pueblo está mejor alimentado, la educación galopa a los cuatro vientos, los niños de la calle son menos, ¿acaso no se da usted cuenta de este progreso?.
Otra vez sus enormes ojos me escudriñan, de arriba abajo, su mirada recorre todo mi cuerpo, me siento incómodo, ¿habré ofendido la dignidad de mi Libertador?, --me pregunté --, ¿qué responderá el Libertador ante tal osadía?, para mi, pasaron horas y horas y la respuesta de Bolívar no llegaba.
---Libertador, ¿qué me respondes?
De nuevo, su mirada me paraliza, me habla con absoluta firmeza y convicción.
___ Otro de los motivos que me acongojan, tu lo estás manifestando, ¡LA IMPACIENCIA! del ser humano de estos tiempos, ¿por qué corren?, sus distancias se han acortado, debí haber corrido YO, que estuve transitando distancias enormes en aquellos tiempos y no corrí, ¿por qué lo hacen ustedes?, ¿por qué la anarquía en eso que llaman METRO?, ¿por qué el desespero en sus vidas?, ¿por qué no piensan en el otro como factor clave para la solución de los problemas del hombre y la mujer?.
____ Ahora si te respondo mi querido mortal, no todo es, bienes materiales, porque de esos si tienen y siguen prosperando, LO QUE NO TIENEN SON LOS BIENES MORALES Y ESPIRITUALES para llegar a ser la gran República, aún cuando un gran hombre que me alaba y me enaltece vive enseñándoles.
Su esfuerzo es titánico, casi igual al mío, y sin embargo le merodean algunos traidores aún agazapados, su nobleza llega al cielo, es más noble que Yo, en el caso del golpe del 2002, Yo los abría fusilado.
-- Me sigue diciendo --, Busquen entonces con urgencia esos bienes morales y espirituales, sean patriotas, solidarios, amen su historia, construyan la patria, no se vendan al villano que quiere apoderarse de la patria, piensen en sus conciudadanos, amen su tierra, protejan sus bosques, sus aguas, sus animales, sean los mejores vecinos respetando el derecho de los demás, su tranquilidad y seguridad, sean los mejores padres, los mejores hijos, los mejores esposos y esposas.
Comunícale a todos que si no cambian, ¡regresaré de la tumba para barrerlos!, porque no merecen entonces vivir en esta PATRIA GRANDE LLAMADA VENEZUELA.
Como les dije al principio, me desperté desesperado y obligado a escribir esta reflexión.
mariodiazr1@gmail.com