La libertad, la justicia y la igualdad, han sido anheladas a través
de todos los tiempos, sin embargo, solo una parte de la humanidad,
ha tomado conciencia de que éstas no se lograrán si todos y cada uno
de los seres humanos, o al menos la mayoría, no cambiamos la
mentalidad egoísta, competitiva, temerosa, apática, violenta,
fantasiosa, avara, despilfarradora y en fin esa actitud visceral
que caracteriza a buena parte de los seres humanos, y que es la
principal causa de los problemas que ha enfrentado y enfrenta la
humanidad. La costumbre de mirar el error ajeno e ignorar los
propios, de querer cambiar a los demás, o pedirle a los otros
que cambien, sin revisar objetivamente nuestra propia actitud, ha
sido y es uno de los principales escollos para que ocurra un
cambio profundo desde el punto de vista económico, político y
social, en el país y en el mundo. Lo tradicional ha sido la
comodidad de esperar un Mesías que como por arte de magia, cambie
la situación del país o del mundo. De esta manera, muchas
generaciones se han ido, muchas personas han envejecido y
muerto, sin haber VISTO y aún más, sin haber CONTRIBUIDO realmente con
un cambio favorable que alcance a toda la humanidad o al menos a
las mayorías, y han dejado a sus descendientes, un mundo lleno de
injusticias y de confusión.
Ese miedo de los pueblos al cambio, ha facilitado a las clases
dominantes del mundo, la tarea de conducirlos, por el camino de la
apatía, del entreguismo, del mesianismo, de la crítica sin
propuestas, del lamento perenne, de la repetición acrítica de
frases y acciones pre-elaboradas, por sus dominadores y
difundidas por diversos medios, entre ellos los de comunicación.
Se han impuesto así frases trilladas y sin sentido, que pasan
por novedosas y buenas, para tener a los pueblos en el círculo
vicioso de la ignorancia y favorecer a esas clases
privilegiadas, que han mantenido su dominio a través de los
siglos, sin que las clases dominadas, que son la mayoría, caigan en
cuenta de su gran poder como clase mayoritaria.
La relación de dominadores y dominados en la que los dominados,
siendo mayoría permanecen pasivos ante la explotación de la que son
víctimas, ha sido impuesta con manipulación religiosa, mediática,
“educativa” económica y en muchos casos con la fuerza militar, pero
la mayor fuerza ha sido la alienación a través de los sistemas
“educativos” y los medios de comunicación, diseñados por los
dominadores, para que los pueblos no puedan ver claramente que el
origen de su sufrimiento, se encuentra en la ambición de las clases
dominantes y en la falta de conciencia de clase que lleva a la apatía
de las masas explotadas. Gracias a esa falta de claridad de las
masas, las clases dominantes les ha resultado fácil colonizar las
mentes de millones de seres humanos, mediante la cultura
etnocentrista, difundiendo la creencia de que los señores de la
clase dominante son ricos porque provienen de culturas “superiores” y
por tanto, han trabajado toda su vida, mientras que los explotados,
tienen su origen en culturas “inferiores” son flojos y por tanto
merecen su pobreza, y deben agradecer al empleador por darle las
migajas que caen de su mesa. Muchos explotados no son conscientes de
que son los empleados los que hacen el trabajo más duro, para
aumentar las ganancias, de quienes un día se apoderaron de los
medios de producción y privaron al pueblo del derecho legítimo de
disfrutar del fruto éstos y de su trabajo.
Es necesario erradicar la ideología colonialista y pro-capitalista y
sustituirla por una ideología socialista, es decir, humanitaria,
conservadora del ambiente. Una ideología que despierte la conciencia
de clase en las mayorías, para que puedan ver con claridad, en
donde está ubicada la raíz de su pobreza, y para que sepan que no
deben conformarse con descubrir el origen de ese mal, sino que
deben cambiar su actitud ejerciendo acciones para que avancen hacia
una verdadera emancipación, y el alcance de un sistema de
organización social igualitario. Si no se logra erradicar esa
ideologización, los pueblos dominados seguirán en el círculo vicioso
de emprender acciones emotivas para emanciparse, pero cuando estén
acercándose a su objetivo, caerán nuevamente en manos de los
manipuladores, financiados por las clases dominantes, para que se
infiltren en los movimientos populares, les distorsionen los
hechos, saboteen y destruyan el camino hacia su emancipación
integral.
Un pueblo sin una ideología que le permita ser crítico y que le
cree conciencia de clase y arroje luces sobre la necesidad de leer
e investigar analíticamente sobre su historia patria, sobre el
origen de la desigualdad, es fácil presa de la manipulación
mediática que sabe muy bien llegar a la mente humana
desprevenida, ganar espacios en ésta y aferrarse como una mala
hierba que se multiplica a pasos agigantados, creando miedos,
dudas, odio, confusión, etc.
Los medios de comunicación de masas, han tenido y siguen teniendo
éxito en su tarea manipuladora, que comienza a alienar desde la más
tierna infancia a los incautos usuarios, ante el silencio
cómplice de muchos “intelectuales”, entre los que se cuenta :
docentes, sociólogos, psicólogos, poetas, caricaturistas, defensores
de los derechos humanos, líderes religiosos, etc.
A través de estos medios se invade las mentes de las personas,
desde muy temprana edad, y se les ideologiza a favor de las
clases dominantes y en contra de la clase trabajadora y de la
clase pobre en general, es decir, los medios de comunicación
colocan a los pueblos en contra de sí mismos, haciéndole creer lo
contrario. Tanto es el poder de estos medios que muchas personas
pertenecientes a esa clase no privilegiada, sienten vergüenza de
su origen y rechazo a las otras personas de la clase pobre. Es
por ello que muchas personas que logran estudiar y tener una
profesión y logran elevar su nivel social, aunque sea ligeramente,
comienzan a ver con mayor rechazo y a veces hasta con odio, a
aquellas personas de su mismo origen.
Esto puede notarse en frases como: “los pobres son unos flojos
por eso no tienen nada, les gusta vivir en la pobreza, quien los
manda a no estudiar” “los ricos estudiaron y/o trabajaron y por
eso ganaron lo que tienen y merecen mandar.”. Y Así, se justifica
en muchos casos la explotación del hombre por el hombre y se ignora
el origen de la desigualdad social, que no es otro que el
acaparamiento de recursos en pocas manos(las de los privilegiados
de siempre). Esto se debe en buena parte a que el sistema
“educativo” tradicional, está basado en el memorismo de ideas
pre-establecidas por los grupos dominantes, que por supuesto,
conducen a la imposición de un pensamiento único, (el de los
dominadores). En ese sistema educativo alienante, los textos de
estudio, están diseñados para formar a los servidores de la clase
pudiente del mundo. En pocas palabras, en Venezuela y en el mundo,
hay universidades que no lo son en realidad, sino que son unas muy
eficientes lavadoras de cerebros, que convierten a seres humanos,
en herramientas para la perpetuación de la hegemonía capitalista.
A los ilusos que sueñan con un capitalismo “humanizado” que de
igualdad de oportunidades, y por medio de éste, alcanzar su sueño de
ser capitalista, analicen detenidamente y en forma objetiva, la
historia de los pueblos del mundo, desde que se impuso la hegemonía
capitalista y véanse en el espejo de EEUU, en su crisis
económica, que hace víctimas DE LA MISERIA a más de 40 millones de
personas dentro del propio USA y ni se diga en el resto del mundo. ¿Y
que podemos decir de la devastación ambiental sin precedentes, que ha
causado el capitalismo?
Hubo millones de muertos en la Primera y la Segunda Guerra mundial,
por al ambición de pocos. A partir de la Segunda Guerra Mundial, el
imperio Estadounidense, se elevó a lo mas alto de su prepotencia y se
convirtió en el policía del mundo, en una dictadura mundial, la más
feroz que haya conocido la humanidad, la más criminal.
¿Cómo puede existir un ser humano, que vea con indiferencia, la
masacre diaria que se practica contra los palestinos? El suelo de
Palestina ha sido regado con huesos de gente inocente, entre ellos
muchos niños que iban tranquilamente a su escuela y por lanzar una
piedra contra un tanque invasor, fueron asesinados sin piedad con un
arma “avanzada” que dejó esparcidos en fragmentos, sus inocentes
cuerpos Y que decir de los millones de personas que fueron asesinadas
en Irak, los miles en Afganistán y ahora en Libia, con iguales o
parecidas características y por los mismos asaltantes que llegan a
robarle a mano armada, sus recursos a los pueblos? Sin ir más lejos,
los muertos de Chorrillo en Panamá, los de Centroamérica y Sudamérica,
se cuentan también por miles y todos con el mismo fin, satisfacer la
ambición del imperio.
Por ello es que la batalla que debe darse es la de educar al pueblo
con una ideología revolucionaria que conduzca al socialismo y derrotar
la ideología pro-capitalista.
Debemos rescatar para la revolución a aquellas personas que por
una “ingenua” ambición por apatía, por desinformación, alimentan al
capitalismo con el fruto de su trabajo, con votos o con abstención y
sin darse cuenta compran las balas que matan a los hijos de otros y
que un día pueden matar a los suyos, si no adquieren conciencia de
clases y hacen la revolución verdadera. Cuando el pueblo compra en
los expendíos de comida rápida, que tiene el imperio regados por el
país y el mundo, cuando consume sus refrescos y prefiere los productos
de las transnacionales imperialistas, puede estar pagando su propia
muerte y la de sus hijos por adelantado. Y está financiando a esos
asesinos y explotadores del mundo.
mateaflor2050@gmail.com