Para hacer una revolución verdadera es necesario un partido y una militancia revolucionaria

El Psuv carece de política de cuadros y de métodos de dirección revolucionaria

Aún cuando contamos con el Libro Rojo, con un marco filosófico, jurídico y político, como es el programa de luchas, la declaración de principios y los estatutos del Partido, no es garantía de eficiencia política y de calidad revolucionaria. Incluso existiendo las condiciones “objetivas”, Políticas (PNSB), principios, ideas, estatutos y reglamento entre otros, sin embargo las condiciones subjetivas “hombres y mujeres de carne y hueso”, militantes y “cuadros políticos”; no están lo suficientemente claros, convencidos, comprometidos y conscientes, para dirigir, conducir u orientar un proceso tan complejo y cambiante como es la revolución Bolivariana. De tal forma que pudiéramos inferir que existe una crisis de cuadros y se justifica el “enroque” de los mismos en el Gobierno y en el Partido.

Los desafíos y retos de la revolución bolivariana, pasan por un conjunto de variables objetivas y subjetivas, decisiones, marchas y contramarchas que detienen o reimpulsan el proceso, pero que además de sus contradicciones, es objeto permanente de ataques, amenazas y conspiraciones por el Imperialismo y sus lacayos, que tratan de impedir el avance de la revolución bolivariana.

Lo que significa que la correcta dirección política o conducción de éste proceso, en el día a día, depende en cierta medida tanto del líder del proceso, de la dirección nacional del PSUV, de su equipo de gobierno y por supuesto de los cambios que se producen en el escenario internacional. Es más, las decisiones de alta política, media o del nivel popular, todavía son centralizadas, que expresan el matiz ideológico y la orientación de clase dentro del tablero estratégico de construcción del Socialismo.     

Lo cierto es que tamaña tarea o responsabilidad histórica, frente al país y a las futuras generaciones, necesita de un líder como el Cdte. Chávez, pero igual debería estar en manos de la dirección política del Partido. Es más, es oportuno recordar la posición autocritica del Presidente Chávez en un programa de venezolana de televisión que hizo referencia al Hiperliderazgo  donde reconoció su error: "Tengo que aprender a delegar. No me considero imprescindible. Aquí hay un proceso desatado y uno juega un rol".  Recordó que fue instructor de liderazgo en la Academia Militar y tras destacar que existen 4 tipos de escenarios para actuar como líder. El estilo de la dirección "un líder que esté casi en todo", el cual dijo se aplica cuando el grupo tiene baja capacidad para ejecutar las tareas y baja voluntad. "Ese no es nuestro caso". "Y la cuarta es el líder que delega, cuando el grupo que dirige logra altos niveles de voluntad y capacidad. Muchas veces uno quiere estar en todo dirigiendo, coartando muchas veces", agregó, para luego destacar el trabajo de sus ministros. "ahora andan sueltos, la Misión Vivienda, dando ruedas de prensa, inaugurando. Ministros que no hablaban y quizás no hablaban porque Chávez estaba en todo, ahora andan suelto y desarrollado capacidades y eso es delegar. Eso es uno de mis errores fundamentales".

En el pasado reciente, se inició un proceso de reorganización y sinceración de los equipos de dirección política regional, municipal y parroquial del PSUV, que por haberse aplicado el método de cooptación o designación a dedo, fue objeto de un conjunto de críticas e inconformidades, que desconocerlas es meter la cabeza en la tierra como el Avestruz; que es lo que ha venido ocurriendo desde años atrás cuando se subestiman los problemas o se corre la arruga porque la coyuntura así lo impone.

Lo cierto es que hay una acumulación de problemas sin resolver o atender, que en el mejor de los casos la Dirección Nacional orientó un debate sobre las 5 líneas estratégicas, que sirvió más como válvula de escape ante un descontento acumulado, que para escuchar y recoger la opinión de la base. Sin embargo ese debate y sus conclusiones, ni siquiera fue publicado o socializado, por el contrario fue relegado y sustituido en orden de prioridades, por el plan de alistamiento y organización de patrullas, que por cierto sus resultados han sido precarios y muy deficientes en cuanto a saldos organizativos y políticos.

Frente a esta realidad partidista de un cuerpo resentido, desconfiado y decepcionado por algunos dirigentes del partido, no será fácil movilizarlos o convencerlos de lo contrario. Los actuales métodos y estilo de trabajo de la dirección nacional y regional, no sólo son impositivos e impersonales, sino que le imprimen presión hacia las instancias intermedias para que cumplan las actividades del partido, en nombre de la disciplina revolucionaria. De manera que las direcciones parroquiales, además de tener la responsabilidad directa de su implementación, también erramos porque actuamos mecánicamente e imponemos métodos antidemocráticos para obtener resultados manipulados.

Actualmente el PSUV es un instrumento político en construcción, donde lamentablemente persisten un conjunto de vicios, deformaciones y desviaciones (clientelismo político, oportunismo, sectarismo y una doble moral) que al parecer la actual DN no tiene la voluntad política y moral para transformar el PSUV en la verdadera vanguardia revolucionaria. Lo que significa que mientras las bases y el pueblo no adquieran la conciencia revolucionaria, cierta y determinada clase política seguirá manejando el poder y tomando decisiones reformistas para que las cosas sigan igual. 

Recientemente el Cdte.-Presidente, tomo la decisión de cambiar a la presidenta y algunos Vice-presidentes del partido como adecuaciones o ajustes necesarios, procurando mayor eficiencia política y más calidad revolucionaria, la cual también debe ser aplicada en donde se requiera, de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Lo que si me cuesta creer es que después de 13 años de revolución, no existan cuadros de relevo capaces de incorporarse a las diferentes responsabilidades que demanda la revolución y no lo digo como algunos desesperados se incorporaron al Gran Polo Patriótico con fines insospechados para atrincherarse y pasar factura. No, esta revolución necesita parir nuevos cuadros políticos y su cantera esta en los trabajadores, en el seno del pueblo y en la base del partido.

Me parece oportuno referirme al llamado de Raúl Castro en el IV Congreso del PCC de 1.990, en cuanto  a la Política de Cuadros del Estado y específicamente a: “La actuación simultánea de las tres generaciones que hoy protagonizan la Revolución: la generación histórica con la autoridad emanada de su sacrificio y madurez, la generación intermedia, con el aval del papel desempeñado en la consolidación, y el desarrollo del socialismo, y la generación joven, con su vitalidad, ímpetu, desarrollo intelectual y aliento renovador, que asegura hoy el presente y el mañana de la revolución. Todas caracterizadas por su lealtad a la patria, al socialismo y al internacionalismo...”

Finalmente me dirijo al Camarada Elías Jagua, Vice-Presidente de la región Central, que frente al reto político-electoral que tenemos todos los revolucionarios el 07 de Octubre del 2012, de reelegir al Presidente Chávez, de reconquistar gobernaciones y de preservar los espacios conquistados. Es impostergable hacer los cambios o ajustes que se deban hacer en las diferentes instancias de dirección para garantizar una mayor eficiencia política y mejor calidad revolucionaria.

Pedro_infante2002@yahoo.es 



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