Sara González, la portentosa infinitud de la ternura

 
Llegué a Sara González –como a todo encuentro con Cuba revolucionaria- a través del luminoso túnel florecido del amor.
Tras el primer viaje a la isla, además de enamorado de volver, regresé cargado de libros y discos. Me sentía como un corsario en El Caribe con aquel tesoro de papel y acetato debajo de los brazos.

Clásicos y jazz a cinco pesos en la Casa de la Cultura Checa, bajando del cine Yara hacia El Malecón; y en el Pabellón Cuba, el disco Mujeres de Silvio, con tapa multicolor, y otro de una tal Sara, silueta en negro sobre fondo naranja. Todo sencillez.
Ah, pero qué grata sorpresa escuchar aquella joya.

Sara canta fuerza y entraña. Su voz suena a una Mercedes Sosa quinceañera. En vez de poncho, esta juglara caribeña viste casaca histórica.
Hay algo de épico en su canto, aunque la rítmica provoque meneo de cadera. Sara se bate en la trinchera del son como en la marcialidad del himno, con la versatilidad del pescador que vuelto a tierra se trae al sol del océano para acostarlo en su lecho.

Tal sonaban en labios de Sara los caracoles pegados a la piel del barco que navegaba en su vientre.

La fuerza le venía de ese inasible espíritu que vive suspendido entre las entrañas y el horizonte, siempre arriesgando sueños con el vacío acechante por colchón.
Mujer que hace de su vocación de mar causa eterna, se hunde en la música con la pasión del buscador de sirenas; descubre un atolón de rapsodas y emerge del fondo con las redes colmadas de elegías. Gaviotas y escualos por igual la besan.

Sara conversa fluidamente con las altas palmas, su verbo es grácil y dulce como el verde clorofílico del cañaveral. Manjares del cubañol le salen volando de la boca.
Ahora que estás en tu elemento, queriendo tener riendas tal vez, hay todavía una canción que te desea, y aquí, en esta selva, andes lo que andes, esperaremos escucharte; mientras, con el beso de todos en la frente, hasta luego Sara, te queremos.


 Con Chávez en ristre y venciendo, por la gloria vivida y las victorias por venir.
El Socialismo es Vida.
 
 
caciquenigale@yahoo.es

"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."
Simón Bolívar, El Libertador. Guayaquil 5 de agosto de 1829.


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Yldefonso Finol

Economista. Militante chavista. Poeta. Escritor. Ex constituyente. Cronista de Maracaibo

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