Trabajo entonces el asunto con dos hipótesis o situaciones y ambas coinciden en un propósito. Supongamos efectivamente, que el tiempo total del proceso (9 horas) y el promedio de más o menos tres minutos por electores en las máquinas no cuadran para llegar a nivel de votación que se supuestamente se logró. Si esa hipótesis tiene sentido y es demostrable, está claro que la primarias en la MUD tuvo entre sus objetivos, seleccionar al candidato y darle un puntillazo al otrora partido del pueblo. AD-NUEVO TIEMPO y COPEI no pudieron entrar en ese jueguito del posible fraude porque lo dejaba doblado por uno de los petimetres y maripositas de los que en una oportunidad hablara Ramos Allup. Así pues, que estos resultados expresados en estos términos, pueden verse como una venganza de la nueva derecha, cuya planificación se produjo con premeditación y alevosía para bajarle los ánimos a los adecos y proseguir con el proceso de darle cristiana sepultura a dos cadáveres: AD-NUEVO TIEMPO y COPEI.
Si los votos responden a la participación del piso político que la oposición tiene en el país, en poco cambia la situación, porque la derrota de AD, en vez de ser una venganza lograda por una componenda fraudulenta del sector más rabioso de la oposición, responde realmente a un sentimiento que busca igualmente salirse de estos dos cadáveres insepultos.
Pienso que AD-NUEVO TIEMPO y COPEI deben interesarse en una investigación con sus respectivas pruebas, con el objeto de conocer, si van lentamente caminado hacia al cementerio o si por el contrario, una parte de la MUD estuvo interesada en utilizar las primarias para darle continuidad a un proceso natural de enterrar lo que ya no sirve para nada. En ambos casos, la talanqueras comienzan a colocarse y posible ver a muertos y vivos iniciar los saltitos.
Otro punto oscuro de estas primarias es la votación alcanzada por Pablo Medina. Aunque se sabía que entraría de quinto, debe sentirse muy mal al darse cuenta que ese lunar de la política venezolana que es Diego Arria lo haya duplicado en votos. Una manera muy fea de irse muriendo políticamente.