Verdades bien dichas

Febrero es también el mes de la memoria

Febrero es un mes rebelde, heroico, revolucionario y romántico, pero es también época propicia para ejercitar la memoria. El 27 de febrero de 1989 fuimos testigos de excepción de un suceso histórico que estremeció los cimientos de nuestra patria. El Caracazo debe ser recordado como una fecha triste, sin lugar a dudas. Fue un acontecimiento vergonzoso que enlutó miles de hogares venezolanos. Aún a esta fecha no existe precisión en torno al número de víctimas fatales de ese suceso que marcó la rebelión de un pueblo valiente que se cansó de un modelo hambreador y excluyente.

Hace 23 años, esta humilde comunicadora era apenas una estudiante de provincia que vivió en primer plano la masacre, la tormenta social generada por un gobierno arrodillado al FMI y que conoció bien de cerca el comportamiento de unos cuerpos de seguridad enloquecidos que salieron con la orden expresa de dispararle a cualquier cosa que de moviera.

Febrero es un mes de hacer memoria porque los venezolanos y venezolanas no debemos olvidar jamás las razones de esa explosión social. Debemos comparar modelos, políticas y acciones. A los gobiernos de entonces no les temblaba el pulso para aumentar la gasolina al doble. Mucho menos tomaban pausa para triplicar el precio de los alimentos o para darle rienda suelta a los banqueros y que hicieran lo que diera la gana con las tasas de interés. Todo quedaba en familia y el pueblo pues que se friegue, total gobernaba el hombre de las vacas gordas y todo iba a marchar bien.

No contaban con la reflexión y mucho menos con la irreverencia de quienes ya habían olfateado que había un camino a la insurgencia para cambiar ese estado de cosas. Hoy tenemos un gobierno distinto y construimos un modelo que se perfecciona con el esfuerzo colectivo al cual no le tiembla el pulso para bajar las tasas de interés, entregarle casas a los pobres, homologar pensiones o asegurar que la riqueza petrolera de este país se traduzca efectivamente en bienestar social y beneficios para todas las áreas.

El petróleo es cosa de todos y aún cuando algunos intenten acciones desesperadas para sabotear la política social de este gobierno, tenemos la fortaleza necesaria de ese pueblo incluido, reivindicado y dignificado que es la muralla más eficaz en la defensa de lo que hemos alcanzado.

23 años después Venezuela es otra, pero después de 23 años del Caracazo nuestra patria aún llora a los muertos de aquellos días. Aplaudimos y respaldamos las tareas de la defensoría del pueblo y otras instancias que aún trabajan por alcanzar la justicia plena en torno a aquellos abominables hechos.

El amor desenfrenado es sanador…

El amor desenfrenado de este pueblo hacia su líder será sanador, de eso no nos cabe la menor duda. Sabemos que todos saldremos robustecidos de esta nueva prueba que nos pone la vida. Está siendo probado el líder en su fortaleza y estamos siendo probados nosotros todos, dispuestos a dar nuestra vida por quien nos ha guiado por la senda de la justicia, la igualdad social y el orgullo nacional.

Sólo los miserables siguen a los miserables es una gran verdad que alguien dijo por estos días, a propósito de las dantescas celebraciones de algunos opositores recalcitrantes que tristemente disfrutan con la enfermedad de Chávez. Ellos mismos pasan del ridículo a la estupidez pues en algunos momentos dudan del estado de salud del jefe de estado y líder de la revolución y luego hacen un festín insultante y provocador dando por cierto las especies necrofílicas de sus cronistas y charlatanes más consagrados.

En un sentido documento a través del cual solicitó ante la Asamblea Nacional la autorización para su nuevo viaje a Cuba el presidente Chávez, el estadista Chávez, el hombre Chávez citó a Bolívar en carta a Antonio José de Sucre en abril de 1817 donde le dice al valiente mariscal que el gran poder existe en la fuerza irresistible del amor. Nosotros hoy parafraseamos a Bolívar y le decimos a nuestro líder que será precisamente el gran poder del amor, como expresión del gran poder de Dios el mejor medicamento y la mejor terapia para sobrellevar esta nueva prueba de vida y de fortaleza que le puesto el destino al líder y a su pueblo.

El retorno de Chávez será contundente, definitivo y masivo porque Chávez somos todos, en cada hogar, en cada hombre, en cada mujer, en cada joven y en cada adulto mayor de esta patria  hay un Chávez latente. Vamos que la lucha es larga y se trata no solo de aligerar la carga, sino saberla llevar. Decía Salomón que el ánimo es la más sana medicina. Animo Chávez. Fuerza hermano, fuerza amigo, fuerza presidente que nosotros llevamos la carga por ti.

natachainatti@gmail.com



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Natacha Inatti


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