Siempre, cuando escribo artículos, en máquinas de escribir tradicionales (empecé en el bachillerato en la de mi padre), luego la pequeña que compré en Sears, después la de letras de estilo me regalo la madre viuda i renové en Madrid, la eléctrica de esferitas cambiables, i así progresos sucesivos hasta llegar a la computadora, allá por la década del 70 cuando, para entrar a la sorprendente Internet, se compraba un modem voluminoso, colocado afuera. Cuando escribo para la prensa cotidianamente, apenas traigo un papelito con los puntos a tratar, i escribo de un solo tirón con absoluta libertad, no siendo lo mismo si se trata de un ensayo, un cuento, un discurso, una conferencia, etc. Por eso, a veces aunque utilizo el corrector automático que trae la computadora, esta desliza siempre errores o los pasa por alto o se “cuelan” los que algunos califican “de dedo”; pero también es distinto en los trabajos más profundos o complejos, cuando la revisión se repite varias veces. Además de cuidar la ortografía, recuerdo a mi brillante intelectual i amigo, Tito Balza Santaella, quien me recordaba siempre el cuidado con el uso de los relativos. Lo que no excluye que pueda cometer errores. Nadie es perfecto, ni Azorín. Entonces, continúo.
Tengo un pequeño libro de portada azul de Jorge Luis Borges, que estimo una joya: se trata de SIETE NOCHES, de la editorial Fondo de Cultura Económica, de la Colección Tierra Firme. Allí, este argentino genial, recopila 7 conferencias que dictó creo que el Belgrado, capital de la desaparecida Yugoeslavia, sobre siete temas que expone de manera brillante i bella. Con frecuencia vuelvo a alguna de esas noches, como también lo hago también con ciertos capítulos del Quijote, mi héroe ficticio o literario (el literario sería Don Miguel) o al pensamiento de Bolívar, mi héroe real i amado, cuando pienso o tal vez sueño despierto. En este maravilloso libro de Borges, que he citado, se publica también lo escrito de primer intento por el autor, i las tachadura, correcciones, observaciones al margen, etc., que son muchas, muchas en cada página i en la segunda “noche” o conferencia (2) La Pesadilla, inicia así: “Los sueños son el género, la pesadilla, la especie” prometiendo hablar primero de los sueños i después de las pesadillas.
Es obvio que no va escribir de psicología, como puede hacerlo un médico, como mis amigos i colegas ya desaparecidos, neurólogos i psicólogos, Humberto Gutiérrez o José Struve Romero que publicaron textos sobre los sueños, sino que hace metáforas i se siente influido por la obra Mind of Man de Gustav Spiller, quién decía que los sueños corresponden al plano más bajo de la actividad mental, con lo que expresa no estar de acuerdo, pues sus ideas sublimizan más bien, esa actividad de la mejor computadora de la naturaleza, como es el cerebro humano, capaz de crear. Sin embargo, me detengo aquí.
Por ahora, entonces, tenemos dos enseñanzas. Cómo se exagera el cuidado del idioma para hacer una conferencia, i cómo los sueños, es creatividad sub consciente, nos puede llevar a la especie, pesadilla que es lo que tienen ciertas personas, como la del médico fantasma José Rafael Marquina (quien debe tener una espiritualidad como la que le atribuyen a José Gregorio Hernández) para ser el principal médico tratante del Presidente i Comandante, Hugo Chávez Frías, sin que nadie lo vea. Un profesional i docente de ciencia médica que, seguro estoi, no ha leído nunca un Manual de Deontología o de Ética Médica, i mucho menos una obra estupenda como EL DIAGNÓSTICO MÉDICO DE Pedro Laín Entralgo, las obras de la Dra. Kühler-Ross, LA ANTOLOGÍA SOBRE LA MUERTE Y EL MORIR, de Robert Fulton, Eric Markusen, Greg Owen i Jane L. Scheiber, etc., porque en los Estados Unidos todo es tecnología, avances espectaculares científicos, deshumanización de la medicina, etc., i eso hasta llevó hace años a la OMS (i en nuestro país, a la antigua i momificada FMV) pedir que se enseñara ética médica en nuestras universidades i universidades del mundo; pero creo que en el Imperio del Norte solamente enseñan técnicas capitalista para explotar debidamente el conocimiento médico, i por ello se presta el citado médico, para emitir opiniones disparatadas, ignorante hasta del pronóstico médico, que es predicción científica. Carente de toda moralidad i principios éticos a todas luces, recibe unos “honorarios” no profesionales sino por desestabilización política ordenada por Departamento de Estado. Si es venezolano, es una vergüenza de pitiyanqui rastrero.
Por eso, es un sueño sucio el que tiene para su patria i para el mejor presidente de la era republicana, lo que le convierte la basura mental de su sueño en pesadilla, tal como la pesadilla que tiene toda la oposición venezolana. Esa pesadilla, les hace olvidar no solamente la realidad que ven todos los días, sino la belleza de idioma que tenemos i especialmente de las matemáticas i la lógica, incluyendo hasta el no admitido científicamente, sentido común. Allí está precisamente el único progreso i esperanza que les queda: la pesadilla no desaparecerá, sino que el 7 de octubre, se agravará i se hará crónico el padecimiento de la especie entre los sueños. I la pesadilla les presenta cada noche, los tiempos de la debacle de Irene Sáenz i el Caudillo de la señora K.Gamus. ¿Estarán soñando o teniendo pesadillas también, con Robert Kennedy? Mientras tanto dos cosas los perturba más; Chávez se ha hecho universal; lo dicen los miles de libros hasta en 8 ó 10 idiomas, i ser ícono, apoyo e inspiración de todos los indignados del planeta; i con ello también, después de dos siglos, Simón Bolívar ha salido del mármol i el Panteón Nacional, para hacerse más Universal de lo que ya era, porque es el auténtico Simón, libertador de pueblos.
robertojjm@hotmail.com