La madre era alérgica a los animales y mi amiga tenía en casa dos juguetones boxer y otros animales. La única solución fue “abandonar” a su esposo, hijos por una semana y dedicarse a compartir con su madre.
Su madre se recuperaba emocionalmente pues había enviudado dos años antes y recién había retomado ciertos hábitos que la habían consolado: tenía como costumbre ir al bingo-casino acompañada de su esposo dos veces por semana, por las noches.
La hermana acompañaba a su madre, quien contaba con cierto poder adquisitivo –médica especialista, jubilada–, para ir a “distraerse” al casino.
Una vez en casa de su madre, mi amiga la notó más animada, “con otro semblante”, y lo primero que ésta le manifestó fue su deseo de que la acompañase en esa semana al casino.
Mi amiga recurrió a la excusa del reposo y que de noche no saldría a un casino; la madre tenía sus cartas, le dijo “los casinos trabajan las 24 horas y si vamos en la mañana nadie te verá hija”.
Pueden imaginarse lo que pasó, en el casino estaba jugando su jefe –dueño de la compañía– un ludópata que perdía millones diariamente (riqueza proveniente de la explotación de los trabajadores) y sin oír explicaciones la mandó a botar.
Mi amiga, invadida por la sumisión no luchó, le dio la razón al jefe y se echó la culpa de lo sucedido.
Si quieres conocer en forma amena, sencilla y científica, que mi amiga sí tenía otra salida, puedes buscar el libro de Vicente Romano: La formación de la mentalidad sumisa, en La 8va Feria Internacional del Libro que se realiza en el Teatro Teresa Carreño. ¡Vámonos de libros!
Nota: baje el libro, "La formación de la mentalidad sumisa" aqui
http://www.minci.gob.ve/libros_folletos/6/p--22/tp--37/libros_folletos.html
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