Una Carta al Director publicada esta semana en este diario (Ultimas Noticias), en la cual un lector le preguntaba a Julio Borges su posición en relación a la página digital cuyo nombre tomo para titular este artículo, mellevó a visitar un espacio en internet que creía desaparecido, desde el fracaso de los eventos en los que se enfrascó la oposición durante los años recientes.
La sorpresa fue mayúscula, no sólo porque la tal página aún está activa, sino porque ha sido actualizada recientemente, en una reedición corregida y aumentada de ese odio enfermizo y degradante que aún remueve los espíritus de mucha gente (si es que de personas así se puede decir que tienen espíritu).
Ensu fascista y facinerosa introducción, reconócelos.com dice que “esta página web pretende fijar en su memoria las caras de las personas que apoyan y participan en el gobierno...”, “la intención de esta página es que los venezolanos de bien y todos los ciudadanos del mundo conozcan las caras y antecedentes de los protagonistas de este proceso político”.
Como los cobardes no firmannunca, la página es apócrifa.
Nadie asume su autoría. Pero allí figura una lista de 253 personas, con fotografías incluidas dividas en 12 categorías, con el exclusivo fin de que el usuario identifique a esos enemigos a los que en algún momento habrá que pasar factura por su apoyo a este gobierno.
Sobre una periodista que aparece en la lista, a quien un usuario dedica asquerosas líneas, se afirma que “faltarán postes” para colgarla a ella y a todos esos venezolanos que han apoyado de una u otra manera este proceso.
Las calificaciones que sobre esas 253 personas hace la página están cargadas de odio, de insultos, amenazas y un inagotable reservorio de epítotes de toda índole, sólo superadas en algunas ocasiones por los textos que hacen llegar a la misma sus enfermos visitantes. Si después del 12 de abril de 2002, cuando vimos en directo y sin anestesia lo que las “civilizadas turbas” del Este de Caracas hacían con instalaciones diplomáticas, con funcionarios del gobierno y diputados, en tan sólo doce horas después de su pírrica victoria, no hay que hacer un esfuerzo de imaginaciónmuy grande para deducir lo que estos nazis criollos están pretendiendo, para el hipotético caso de que algún día volvieran a tener el poder en sus manos.
Acerca de la lista de Súmate, divulgada en segunda instancia por el diputado Luis Tascón, se ha pronunciado todo aquel que combate la exclusión y el revanchismo.
Me incluyo. Pero sobre la tal lista sólo hemos sabido, hasta ahora, que ha servido para privar del derecho al trabajo a algunos venezolanos. Condenable asunto. Sin embargo, no conocemos de nadie que haya sido colgado por figurar en ese lote, ni mucho menos que el controvertido diputado la haya hecho pública con la intención de que el pueblo los reconociera, los buscara y los matara. Tampoco.
¿Hay alguien maltratado, vejado o torturado por haber firmado contra Chávez?
No sé si Julio Borges dio respuesta al lector. Francamente no me interesa la opinión del personaje. Lo que sí importa es que la gente entre en esa página, lea y se pregunte si son estos los venezolanos que pueden hablar en su nombre.