La semana pasada nos formulamos esa pregunta. Una lectora se encargó de responderla. Por la pertinencia de sus palabras, la citamos textualmente: “Cada vez que leo tus artículos, siento que te metes en mis pensamientos y me robas las ideas; por momentos siento que te metes en mi piel y me robas mis sentires; por momentos siento que te metes en mi corazón y me robas mis arrecheras y escribes. Dios y nosotras nada más sabemos lo que nos ha tocado pasar desde el día en que se nos fue nuestro Comandante. Desde ese día siento, y no exagero, que ando al borde de la indigencia, y no porque sea amante de lo material, sino porque la inflación y la negligencia de los nuestros han permitido que unos pocos nos desangren. No exagero cuando digo que ando reventada de tanto caletear bolsas de los alimentos acaparados; ando reventada de tanto pensar y pensar: ¿cómo salimos de este berenjenal?”.
“Aunado a esto -continúa la lectora-, tengo la dicha o la desdicha de ser funcionaria pública y eso me permite oler de cerca el estiércol y el cinismo. Me permite tener la desdicha de escuchar arengas de ‘los nuestros’ que han hecho fortunas con el erario público y la esperanza del pueblo. ¿Cuántos vivieron de nuestro Comandante y ahora pretenden vivir de su recuerdo? ¿Por qué sigues escribiendo? ¿Por qué seguimos escribiendo? En estos días, en esos días, cuando siento que ando caminando en una tormenta de arena, en esos días de desespero, en esos días que siento a llaga viva mi condición de huérfana sin mi Comandante, dije y juré: seguiré, seguiré y seguiré porque tengo la esperanza de que dentro de 20 años o los años que sean necesarios, pueda sentarme a contarles a mis nietos y bisnietos que por aquellos años 2014 nosotros, los hijos e hijas de Chávez, lloramos y lloramos, resistimos y resistimos, luchamos y luchamos, jamás claudicamos y gracias a nuestro sacrificio hoy puedan correr libres en una patria socialista. Haz tuya también mi esperanza, querida Mariadela, no nos queda otra”.
Hago propias las palabras de esa amable lectora y las suscribo. Por ahora nos tomamos un descanso. Volveremos en septiembre con la ilusión de que el horizonte nacional esté un poco más despejado y que allá en el Medio Oriente alguien haya tenido el guáramo de detener a Israel en su acción genocida. ¡Amén!.